Una de las cosas que más me gusta de ser una mamá millennial, es que nos ha tocado vivir la maternidad en una época en la que tenemos muchísima información al alcance nuestra mano.
Sin embargo, así como hay información útil y verídica, existen muchos sitios que publican datos erróneos o información imprecisa, creando solo confusión en las madres y padres que les leen. Por eso en esta ocasión, quiero pedirles algo: no crean todo lo que leen en Internet.
Mi idea para escribir este artículo surgió a raíz de una serie de publicaciones que leí de uno de los sitios de maternidad más grandes que hay en México. No podía creer cuando veía que recomendaban darles agua de coco desde recién nacidos como reemplazo de la leche materna o que decían que los niños de 0 a 6 meses debían tomar 700 ml diarios de agua. Sabemos perfectamente que la Organización Mundial de la Salud recomienda que los bebés sean alimentados exclusivamente con leche los primeros seis 6 meses.
Pero mi mayor sorpresa y coraje fue cuando leí una publicación en la que ponían que si le dabas de comer a menudo a tu bebé y hacía popó al menos 3 veces al día, estabas dándole la leche que necesita. ¿A un bebé de qué edad? ¿Qué alimento? ¿Cuánto es "a menudo"? Esta es la clase de desinformación que hace que se perpetúe esa creencia de "mi leche no le llena".
El objetivo de estas palabras que escribo no es evidenciar este sitio porque, a pesar de que creo que no deberían confiar en sus contenidos, así como ellos lo publican habrá otros que también lleguen a recomendar cosas que no son seguras ni las indicadas por profesionales.
Creo que lo que verdaderamente debemos hacer es ser madres y padres informados. Pero informados en serio. ¿A qué me refiero con esto? A que no sólo nos quedemos en leer un artículo y ya.
Es sumamente importante tener presente que no porque una página popular o famosa publique cierta información quiere decir que sea verdadera o recomendable. Por eso quiero invitarlos a que cuando lean algo, cuestionen siempre su veracidad.
Cómo saber si una información es cierta
Cuando yo me convertí en madre era muy inocente e inexperta. A pesar de que me había leído algunos libros, la mayoría eran del embarazo. Nunca me preparé realmente para el momento en que llegara mi hija. Entonces además de apoyarme en el pediatra, recurrí a Internet. Encontré que existían muchos sitios de maternidad en los cuales podría buscar algún consejo o recomendación.
Desafortunadamente así como hay sitios muy profesionales, hay otros cuyos contenidos son redactados de manera informal o sin citar fuentes que respalden el contenido que mencionan. Para esto quiero proponerles que siempre que lean algo, especialmente cuando se trate de la salud y bienestar propio y de sus hijos se hagan las siguientes preguntas:
- ¿Quién lo recomienda?
- ¿Dónde está el estudio o investigación que respalda estos datos? (Especialmente cuando se incluyen estadísticas)
- ¿Enlazan a buenas fuentes de información?
- ¿Es un profesional de la salud fiable?
- ¿Es una marca y por tanto parte interesada?
- ¿Es una persona con ganas de excesiva atención?
Para algunos sitios es muy fácil publicar artículos mencionando que "los profesionales recomiendan" o agregando estadísticas para darle seriedad al contenido pero nunca mencionan de dónde obtuvieron esa información. De algún lado tuvo que salir, ¿no?
El citar fuentes es muy importante, y es una de las cosas que más me gusta de los contenidos de Bebés y más. Los editores tenemos indicaciones de que si vamos a hablar de estudios o recomendaciones de salud, debemos incluir el estudio científico o la investigación realizada. De igual manera, cuando se trata de información, regularmente citamos a los sitios de la Organización Mundial de la Salud y las Asociaciones Española y Americana de Pediatría.
Por supuesto que también somos humanos y cometemos errores, se nos puede llegar a escapar un detalle pero hacemos lo posible por proporcionar siempre información verídica y con fundamentos o pruebas que la sustenten.
De igual manera, no debemos dar por buenos los rumores o experiencias alarmistas que parten de redes sociales como Facebook sin respaldo de la policía o de fuentes médicas. Antes de compartir y asumir que son ciertos, hay que verificar su veracidad.
Así que mamás, papás: cuestiónense siempre todo lo que leen. No se trata de que no confíen en ningún sitio ni de que no crean en nada. Se trata de que simplemente corroboren que la información y consejos que están leyendo sean los recomendados.
Fotos | iStock
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