Durante el embarazo hemos de tener en cuenta ciertos consejos para comer de una manera segura, ya que en esta etapa hay que cuidarse por dos. Además, el sistema inmunológico sufre cambios durante el embarazo, por lo que el tema de la seguridad alimentaria cobra relevancia. En casa es más sencillo seguir ciertas normas pero, ¿qué pasa cuando salimos a comer fuera de casa en el embarazo? ¿Qué hay que tener en cuenta?
No nos vamos a privar de un capricho como comer en nuestro restaurante favorito de vez en cuando, o tomar unas tapas en el bar, pero sí hay ciertos riesgos que no podemos asumir. En realidad, las condiciones para que comer sea seguro no difieren demasiado de lo que debemos tener en cuenta si estamos en casa. Comer fuera de casa durante el embarazo puede ser seguro: veamos de qué manera.
La higiene es fundamental. Aunque determinados programas de televisión nos han enseñado que "no es oro todo lo que reluce" y que detrás de una bonita fachada puede haber una cocina desastrosa, no vayas a lugares que parezcan sucios o sin certificado de apertura (puestos callejeros, venta ambulante...). Mejor cambiar de sitio ante las sospechas... y a veces los baños son un buen indicador de la limpieza del lugar. Ahí dirigimos nuestros pasos.
Lávate las manos antes de comer, una regla básica en casa y en cualquier lugar para evitar riesgos y como medida higiénica complementaria a la preparación de la coimida adecuada (que en este caso no depende de nosotros). Siempre mejor agua corriente y jabón (secado al aire o con papel desechable), pero también podría ser mediante servilletas especiales con gel o alcohol para la limpieza de manos.
Igual que en casa, mejor no compartas cubiertos o vasos con otras personas que pueden estar incubando alguna enfermedad o infectados.
Ojo con las sobras que nos llevemos a casa. Aunque la práctica de llevarse las sobras de la comida a casa es buena y en los tiempos que corren hemos de cuidarnos mucho de no desperdiciar alimentos, hay que tener en cuanta algunos puntos. Las sobras han de estar en envases bien cerrados, sin mezclar platos o alimentos y sobre todo han de refrigerarse sin dejar pasar mucho tiempo (unas dos horas desde que se sirvió). La proliferación de microorganismos dañinos se da con rapidez a temperaturas ambientes y más con las temperaturas altas. Después, a la hora de consumir esas sobras, hay que volver a calentarlas totalmente. Para evitar que haya exceso de sobras, hay que intentar pedir lo justo.
Si hacemos nuestro pedido en un local de comida para llevar, tampoco podemos tardar mucho en llegar a casa y consumir o refrigerar. Pero, ¿hay algo que no podamos pedir, en este u otro establecimiento de comida?
Alimentos de la carta a evitar durante el embarazo
Los alimentos a evitar de la carta de un restaurante durante el embarazo están directamente relacionados con el riesgo de trasmitir enfermedades. Los restaurantes especializados en pescado crudo tal vez tengan que esperar, pero pocos locales no tienen en la carta platos deliciosos y aptos para la embarazada.
Lo que no conviene es optar por platos demasiado grasos, con exceso de azúcar... sobre todo si tenemos exceso de peso. Pero un día es un día y un capricho es posible: un helado, un postre de chocolate, una hamburguesa o hot dog de comida rápida... Los que sí están vetados en la dieta de la embarazada son los siguientes ingredientes, elementos o forma de cocinado (más bien ausencia de esta):
Atención al metil-mercurio del pescado, ya que como sabemos, es un metal que se acumula en el organismo y puede dañar al feto. Entonces, de la carta habremos de saltarnos los pescados azules como pez espada (emperador), atún rojo, tiburón, lofolátilo o lucio.
Evita la listerioris, una infección causada por una bacteria que puede hallarse en determinados alimentos o ingredientes y que afecta especialmente a mujeres embarazadas, fetos y recién nacidos. Entre los alimentos a evitar tenemos, pescados o carnes crudos (carpaccios, sushi...), frutas y verduras sin lavar, embutidos sin una buena curación y otros derivados cárnicos, leche sin pasteurizar y quesos blandos...
Los platos han de estar muy hechos: carnes, pescados, huevos... No comas nada que parezca recalentado o que salga templado, ya que los riesgos de que esté contaminado aumentan. La toxoplasmosis es peligrosa durante el embarazo (si no la has pasado antes) y la mejor manera de prevenirla es no comiendo alimentos crudos, mal lavados o de origen dudoso (sin controles de calidad...).
Cuando no tengas seguridad sobre los ingredientes de algún plato, pregunta y evítalo si existe posibilidad de que incluya alguno de los alimentos anteriores o brotes de verdura sin lavar...
Bebe agua embotellada y cerrada, el agua sin tratar puede ser peligrosa en muchas zonas. Si están en países con riesgo de aguas contaminadas, esta norma es básica y se ha de aplicar incluso al hielo de las bebidas.
Por supuesto, como en casa, evita las bebidas con alcohol y asegúrate de que no entra como ingrediente o "aliño" en ningún plato. El café o las bebidas excitantes o con gas tampoco son recomendables.
Los zumos o batidos recién preparados en locales pueden no estar pasteurizados, por lo que mejor dejarlos para otra ocasión y con más razón si se trata de un lugar que no nos dé garantías de limpieza en el proceso de elaboración.
En definitiva, teniendo en cuenta estos puntos las embarazadas pueden comer de manera segura fuera de casa y no te preocupes si tienes que privarte de algo que te apetezca muchísimo: dentro de poco podrás disfrutarlo y además junto a tu bebé.
Fotos | Thinkstock
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