La pubertad de las niñas está marcada por un acontecimiento importante que desde el punto de vista biológico y hormonal refleja los cambios que empiezan a ocurrir, y los que seguirán: os hablo de la menarquía o primera menstruación.
Cualquiera de las señales que se manifiesten en el cuerpo de niñas que se acercan a la adolescencia, pueden hacerles sentir confusas e inseguras, aunque es cierto que muchas los esperan con ilusión. Creo que la diferencia puede estribar en la capacidad que hayan tenido sus padres en facilitarles información y anticiparles cambios.
Pensándolo bien, seguro que la actitud de la sociedad también influye, veréis… normalmente en las sociedades occidentales no tenemos ocasiones de conectarnos con nuestros ritmos biológicos, y por otra parte tampoco celebramos que las niñas ya empiezan a ser grandes. En cambio, aún se observan en sociedades ancestrales, distintas formas de celebrar que la niña se convierte en mujer, porque esto es un regalo para la tribu entera: ya son fértiles. En Brasil, Norteamérica, África o Sri Lanka aún persisten rituales en los que las chicas cambian de vestimenta, de peinado e incluso se hacen tatuajes.
Celebrar el tránsito
Yo personalmente cuando la niña tenga su menarquía, no festejaré tanto que es fértil (suele suceder entre los 12 y 16 años, y sería prematuro celebrar que ya puede ser mamá), como que a partir de ese momento vivirá ciclos que le permitirán experimentar sensaciones muy diferentes, y conocerá un poco más el funcionamiento de su aparato reproductor.
En la actualidad existe mucha más comunicación entre padres e hijos en temas que antes eran tabú (la sexualidad, las drogas), pero aún así la menstruación continua siendo algo que en ocasiones se oculta. Y si hasta hace 30 años, las mujeres que rodeaban a la púber le transmitían conocimientos y experiencias (nos lo contó Carla Trepat durante esta entrevista), hoy se ha perdido mucha de esa sabiduría.
¿Qué contar a las niñas sobre la menstruación?
En primer lugar debemos tener claro que las pequeñas requieren que se les anticipen acontecimientos que tienen que ver con su desarrollo y su cuerpo. Y aunque en la actualidad la información fluye muy fácil y tienen acceso a ella de forma bastante rápida, necesitan que su madre (o su padre) les aproximen cómo se sentirán.
También sería útil explicar por qué ocurre: el ciclo suele ser de 28 días, durante los cuales los cambios hormonales están orientados a preparar el útero para acoger un óvulo que, al no ser fecundado, provoca la limpieza del útero que ya no tiene que albergar al cigoto.
Es muy importante no ocultar información sobre la menstruación a las niñas (ni a los niños), aunque tampoco tendría sentido obligarles a escuchar nuestras explicaciones si no les apetece. A la edad en que sucede la menarquía muchos niños ya no tienen ganas de preguntar a sus padres, pero esto no quiere decir que no les debamos hablar: podemos aprovechar momentos de reunión familiar, visitas al supermercado para comprar las compresas de mamá, o experiencias propias.
Eso sí, que no nos den miedo las preguntas, aunque pensemos que son pequeños para saberlo, porque el resto de cambios empiezan unos dos años antes de producirse la menarquía: crecen los senos, aparece el vello, se ensanchan las caderas, aparece flujo vaginal meses antes del primer sangrado, etc
Y también necesitaran la experiencia de su madre en la utilización de compresas o tampones, higiene, y medidas para aliviar el malestar de los días de menstruación.
¿Qué pueden hacer las mamás con sus hijas?
Que no vivamos en una sociedad tribal, no quiere decir que no podamos celebrar el tránsito con nuestras hijas: es posible salir a pasar una tarde especial, visitar la farmacia para comprar un paquete de compresas, comprar unos dulces para tomar en casa, y sobre todo mostrar nuestra alegría por esa niña que crece.
También podemos concertar un cita con la ginecóloga o ginecólogo para que nos brinde a ambas un poco más de información
Olvidemos los mitos que nos transmitieron nuestras abuelas sobre la menstruación y encaremos el tema abiertamente… al fin y al cabo su vida seguirá más o menos igual, con la diferencia de que a partir de ahora será cíclica. Merece la pena estar a su lado para vivir la experiencia.
Imágenes | daveparker, rolands.lakis, Arhus en Flickr En Peques y Más | Educación sexual en familia: un reto para los padres de hoy, Femenino Plural es un proyecto para facilitar el encuentro entre madres y hijas preadolescentes