¿A quién no le gusta comer rico y saludable, sin tener que pasar mucho tiempo en la cocina? Y es que en la vorágine del día a día, encontrar el equilibrio entre la gestión efectiva del tiempo y la preparación de comidas deliciosas puede convertirse en un desafío constante.
Pero aquí es donde entra en juego el "batch cooking", una técnica inteligente de cocinado que se convierte en el gran aliado para ahorrar tiempo sin renunciar a la calidad de lo que comemos.
Ahora bien, dentro de la amplia gama de recetas de batch cooking que podemos preparar, en mi opinión hay una que destaca especialmente por su enorme versatilidad, sencillez y sabor: la salsa marinera.
Te cuento cómo preparar una salsa marinera exquisita y la cantidad de usos que puedes darle para convertir un plato sencillo, en una receta exquisita.
La mejor receta de batch cooking para ahorrar tiempo y que combina con un gran número de platos
Lo que más me gusta de la receta de salsa marinera es su enorme versatilidad en la cocina, siendo capaz de transformar el sabor de una gran cantidad de platos elaborados con arroz, pasta, verduras, pescados o mariscos.
Pero lo mejor de la salsa marinera es que no solo sirve de base para preparar otras recetas. Incorporando una pizca de creatividad culinaria, esta salsa también se convierte en la salsa estrella de múltiples platos, dando un giro completo a su sabor.
De este modo, invirtiendo tan solo 20 minutos en la cocina, podrás tener una salsa riquísima y muy fácil de preparar. A la hora de congelarla puedes hacerlo en varios recipientes individuales, para utilizarla según te convenga.
Dos recetas de salsa marinera, a cada cual más exquisita
Aunque hay infinidad de recetas de salsa marinera, te voy a compartir cómo la preparo yo. Siempre me gusta hacer dos versiones diferentes y congelarla, para después darle el uso que mejor se adapte a mi plato.
Salsa marinera simple
Esta salsa que a continuación te propongo puede utilizarse como base para preparar casi cualquier pescado blanco. En mi opinión, los que mejor combinan son el bacalao, el rodaballo, la merluza, el lenguado, el gallo, el besugo y la lubina. ¡Verás que el sabor del plato cambia completamente añadiendo esta salsa!
También resulta perfecta para acompañar unas almejas al vapor, unos mejillones, unas navajas y por supuesto, un plato de gambas o langostinos.
Y si quieres que tu menestra de verduras o tu plato de pasta cocida tenga un sabor espectacular, no tienes más que regarlo con esta salsa marinera tan sencilla de preparar.
Ingredientes
- Tres o cuatro tomates maduros, que vamos a rallar con un rallador.
- Tres dientes de ajo picados finamente (puedes utilizar las bolsitas de ajo picado congelado de venta en supermercados como Mercadona).
- Una cebolla grande picada finamente (puedes utilizar las bolsitas de ajo picado congelado de venta en supermercados como Mercadona).
- Aceite de oliva virgen.
- Una cucharadita de azúcar (opcional, para equilibrar la acidez de los tomates).
- Una cucharada de harina.
- Pimentón dulce (la puntita de una cuchara).
- Medio vaso de vino blanco.
- Perejil fresco.
- Una cucharadita de orégano seco
- Una cucharadita de albahaca seca
- Sal y pimienta al gusto
Importante: es recomendable que adaptes las medidas y cantidades en función de la cantidad de salsa marinera que desees preparar.
Preparación
- En un sartén con aceite de oliva comenzamos sofriendo el ajo y la cebolla, y más tarde incorporamos el perejil.
- Incorporamos una cucharadita de harina y el pimentón dulce. Removemos.
- A continuación, añadimos los tomates rallados y el azúcar para equilibrar la acidez. Dejamos que se sofría todo a fuego lento. El tomate tiene que quedar bien hecho.
- Añadimos el orégano y la albahaca secos. Agregamos sal y pimienta al gusto. Dejamos unos minutos a fuego lento, removiendo constantemente.
- Incorporamos el vino blanco y dejamos al fuego para que se reduzca.
- Por último, añadimos un chorrito de agua hasta conseguir la consistencia más o menos líquida que deseemos.
Si deseas una textura más suave, puedes usar una licuadora de mano para triturar la salsa, o dejarla con trozos si prefieres una textura más rústica.
Salsa marinera con mariscos
Esta otra versión de salsa marinera resulta mucho más completa y sabrosa, pues incorpora mariscos y moluscos. Yo la utilizo para sorprender con un increíble y exquisito plato de pasta, una fideuá o un arroz, aunque también puede disfrutarse sola como guiso de mariscos.
Ingredientes
Además de los ingredientes de la primera salsa, añadiremos los siguientes:
- 300 ml de caldo de pescado (podemos comprarlo ya hecho para ahorrar tiempo, o prepararlo nosotros).
- 200 g de almejas
- 200 g de calamares, limpios y cortados en anillas
- 200 g de sepia, limpia y cortada en trozos
- 200 g de mejillones, limpios y sin conchas
- 200 g de gambas peladas
Otra buena opción para ahorrar tiempo es comprar el preparado congelado para sopas y paellas que venden en Mercadona. Su precio es de aproximadamente 4 euros, y trae 700 gramos de producto variado.
Preparación
- En un sartén con aceite de oliva comenzamos sofriendo el ajo y la cebolla, y más tarde incorporamos el perejil.
- Incorporamos las almejas, calamares, sepia, mejillones y gambas. Removemos para sellar ligeramente los mariscos.
- Incorporamos una cucharadita de harina y el pimentón dulce. Removemos.
- A continuación, añadimos los tomates rallados y el azúcar para equilibrar la acidez. Dejamos que se sofría todo a fuego lento. El tomate tiene que quedar bien hecho.
- Añadimos el orégano y la albahaca secos. Agregamos sal y pimienta al gusto. Dejamos unos minutos a fuego lento, removiendo constantemente.
- Incorporamos el vino blanco y dejamos al fuego para que se reduzca.
- A continuación, se añade la cantidad de caldo de pescado deseado, dependiendo del espesor que quieras que tenga la salsa.
La salsa marinera no es una receta cualquiera, sino que es la clave para desbloquear un abanico de posibilidades en la cocina sin tener que dedicar mucho tiempo. Ya sea en su versión más simple o en la compleja, resulta ideal para acompañar un gran número de platos, transformando por completo su sabor sin apenas esfuerzo.