Cuál es el tamaño del estómago de un recién nacido

Cuál es el tamaño del estómago de un recién nacido
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Muchas madres se preocupan los primeros días tras haber tenido a su bebé porque del pecho sólo sale calostro y en poca cantidad, pensando seguramente que de sus pechos debería estar emanando ya leche cual fuente de un parque.

Algunas enfermeras poco informadas parecen no tener tampoco muy claro cuánto tienen que comer los bebés los primeros días porque recuerdo escuchar en la unidad de neonatos de un hospital de mi ciudad a una decirle a una madre, después de que le diera el pecho, que “y ahora, como aún no te subirá la leche hasta de aquí unos tres días, le damos un biberón” (de esto hace ahora tres años).

Digo poco informadas porque para entender cuánto debe comer un recién nacido quizás sería interesante saber cuál es el tamaño del estómago de los bebés recién nacidos. Sabiendo esto seguro que las madres se preocuparán menos, las abuelas estarán más tranquilas y las enfermeras obviarán el biberón del “hasta que tengas leche”.

El tamaño del estómago del bebé el primer día

Imaginad a un bebé recién nacido y ahora tratad de responder mentalmente a la pregunta que os hago: ¿Cuál es el tamaño de su estómago? Lo más probable es que estéis pensando en un estómago del volumen de una pera pequeña, o un albaricoque. Los más atrevidos dirán que del tamaño de una pelota de tenis.

Pues bien, el primer día, cuando el bebé acaba de nacer, su estómago es capaz de albergar unos 5 a 7 ml de leche, o lo que es lo mismo, tiene un estómago del tamaño de una canica.

No sólo es realmente pequeño, sino que los primeros días es muy poco elástico y por eso al principio comen poquísimo (no pueden comer más, no les cabe).

Si habéis acertado, enhorabuena, si no lo habéis hecho, quizás habríais acertado de haber usado la lógica. La cantidad de calostro que sale del pecho de las mujeres es poca, muy poca en comparación a lo que comerán pasados unos días cuando ya tomen leche.

Es poca porque el bebé no puede tomar más, por eso es absurdo decirle a una madre que su hijo se queda con hambre porque sólo está tomando el calostro. Me pregunto cómo hemos llegado hasta aquí los humanos teniendo en cuenta que antiguamente no venía una enfermera a decirte que el bebé tenía que tomar un biberón porque sólo estaba tomando calostro.

Si el tamaño del estómago de los bebés hubiera sido mayor, o si hubieran necesitado algo más para vivir, las mujeres segregarían más calostro y no sólo unas gotas cada pocas horas.

La naturaleza es bastante imperfecta en muchos aspectos, pero en esto no, precisamente, y por eso el bebé pide un poquito de calostro cada dos horas o menos, para llenar su canica del que es conocido por muchas personas como “oro líquido”, por su color amarillento y porque es un aporte incuestionable de nutrientes y defensas para el bebé (tanto que, cuando una mujer ha decidido dar biberón, hay muchos profesionales que recomiendan que, al menos, ofrezca el calostro a su bebé).

El tamaño del estómago del bebé en el tercer día

Ya no hace falta que vuelva a preguntaros qué tamaño creéis que tendrá el estómago del bebé en el tercer día, porque probablemente os volveréis a equivocar (esta vez quizás os quedéis cortos).

El estómago de un bebé crece rápidamente en los primeros días, llegando al tercer día a ser del tamaño de una pelota de ping-pong o del tamaño del puño del bebé. Tampoco es que sea muy grande, pues equivale a unos 22 a 27 ml de líquido, pero es unas cuatro veces más grande que dos días atrás y no me negaréis que es un gran crecimiento.

Es posible que al tercer día no haya tampoco mucha producción de leche por parte de la madre y que esté en un punto en que el bebé sigue tomando calostro y toma ya algo de leche (si regurgita echa tranquilamente el volumen de una cuchara, pero de color amarillento). Esto es lógico, sigue sin hacer falta más, a la vista del tamaño del estómago.

Supongo que con estos datos que os estamos ofreciendo estaréis entendiendo también por qué los bebés comen tantas veces al día. Si nosotros los adultos comemos unas 3-5 veces al día ellos pueden llegar a hacerlo unas 10 ó 12 veces. Como comen tan a menudo muchas abuelas se preocupan: “pero nena, si hace media hora que ha comido, no puede tener hambre otra vez, tú no tienes leche”.

No digo que no puedan tener razón, porque a veces hay problemas y si un niño tiene mucha hambre lo lógico es que pida muchas veces, pero, en condiciones normales, con un bebé que se está alimentando bien, lo habitual es que cada hora y media, a veces más, a veces menos, pida comer.

El tamaño del estómago del bebé el décimo día

Bebé recién nacido y estómago

Hacia el décimo día el estómago del bebé ha seguido creciendo hasta tener un tamaño similar al de un huevo grande de gallina. Esto equivale a unos 60 a 81 ml de capacidad. Como a los diez días las mujeres ya segregan la llamada leche de transición, habiendo aumentado el volumen en cada tetada, todo sigue viento en popa.

Madre e hijo se compenetran: ella produce más leche y el bebé va aumentando el tamaño de su estómago para tomarla. O quizás sea al revés, el tamaño del estómago del bebé aumenta y el cuerpo de la madre, que lo sabe, produce más leche para darle lo que necesita.

¿Magia? No, lógica evolutiva

Explicado de esta manera seguro que muchos pensaréis que parece como magia. Ciertamente, el cuerpo humano es una “máquina” que funciona a las mil maravillas y es increíble descubrir la lógica que hay detrás de cada mecanismo y cada proceso.

Empezando por la leche materna, que cambia su composición según sea el bebé (si el bebé es prematuro la leche es muy diferente que si el bebé es a término) y siguiendo con lo que hemos comentado hoy: al principio un bebé no necesita apenas comida, pero sí muchas defensas, y por eso la naturaleza le regala el calostro.

Luego empieza a necesitar más alimento, su estómago crece y el volumen de leche que produce la madre también. Está todo previsto, todo pensado, para que no haya que preocuparse mucho, sino simplemente dar el pecho según el niño vaya demandando.

Quizás la evolución no tuvo en cuenta que algunas madres confiarían poco en su capacidad de alimentar a su hijo, que algunas abuelas creerían que los bebés tienen que comer mirando a un reloj o que algunas enfermeras pensarían que un niño estaría más sano y más alimentado con un biberón que lo dejara bien lleno.

Fotos | Tarale, aviyklein en Flickr
En Bebés y más | La alimentación a demanda en los bebés, beneficiosa para su desarrollo cognitivo, El biberón también se da a demanda, Por qué se dice que la lactancia materna es a demanda (I)

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Comentarios cerrados
    • Cada día se aprende una cosa nueva. Muchas veces se quiere hacer al bebé más grande de lo que es, cada cosa en su momento. Se asocia a comer más y a bebé gordito con salud y cuando somos adultos pensamos lo contrario. Una toma de leche equilibrada y cada niño tiene su metabolismo, unos son más quietos y otros no paran.

    • Qué curioso. No sabía que el estómago del bebé creciera tanto en tan poco tiempo. Sí sabía que con el calostro era suficiente hasta que llegara la subida de la leche, pero no entendía por qué no pasaban hambre mientras tanto. Me imaginaba que debían nacer con el estómago lleno de algo que después se convertiría en meconio, y que por eso no tendrían mucha hambre. Por otro lado, a mí también me pasó algo parecido a lo que cuentas de la enfermera de neonatos. Pero en mi caso tenía "justificación": como me habían hecho la cesárea y el niño estaba en la incubadora, estuvimos muchísimas horas separados y le dieron biberones de leche artificial. Le daban 10 ml cada tres horas. Después empecé a sacarme leche, primero me salía el calostro y le daban el biberón de calostro y un poco de leche. Hasta que ya tomaba solo leche materna, y las cantidades las aumentaban poco a poco. Pero es verdad que las enfermeras de la UCIN saben muy poco de lactancia, por lo menos en el hospital donde nació mi hijo no saben casi nada. Por ejemplo, antes de darle el biberón me lo ponía al pecho, para que mamara lo que pudiera, que no era mucho porque era muy chico y se cansaba enseguida. Así que las enfermeras me decían que me lo pusiera 10 minutos en cada pecho. La mayor parte de esos 10 minutos eran para que el niño lograra engancharse el pecho. Cuando por fín lo conseguía, me lo tenía que cambiar de pecho para que se tirase otro ratazo intentando engancharse al otro pecho y no mamase casi nada. Así que les dije que mejor me lo dejarba 20 minutos en un solo pecho. Pero no lo entendían. Me costó trabajo hacerles comprender que 10+10 = 20. Y cuando el niño estaba animado tomando su tetita, le tenía que quitar el pecho de la boca para darle el bibi. Porque si estaba más tiempo al pecho, decían ellas, estaba muy cansado para tomarse el biberón y además no dormía lo suficiente hasta la siguiente toma. Además, todas estas cosas nos las decían en tono de regañina y hasta se peleaban entre ellas. Yo seguía ingresada porque no había manera de que me bajara la tensión. ¿Cómo me iba a bajar si todos los días me llevaba alguna irritación con las de la UCIN? Tampoco me atrevía a quejarme, porque tenían a mi hijo. No lo tenía yo, lo tenían ellas, y eso te da mucha impotencia. Al final me quejé y al día siguiente estaban más suaves que un guante. Como ha dicho Silvia, qué recuerdos aquellos. Como para escribir un libro.

    • Jajaja Armando, a mi me pasó lo que dices al principio...pero no me lo dijo sólo la enfermera sino el pediatra! De hecho me marcó en la cartilla que la lactancia era mixta y me dijeron muy claramente que teta y bibe hasta que yo notara que tenía "leche de verdad". Qué recuerdos aquellos :D

    • A mí me pasó lo mismo, vino la enfermera, meapretó el pecho y dijo asustada que no tenía leche, que mi bebé se iba a morir de hambre. Yo me preocupé y parece que el pediatra tambien pues trataba de meterle varios biberones con leche cuando se lo llevaban por la noche. Pero menos mal mi bebé era un poco más listo que todos nosotros y se negó a toda marca de leche al punto que, el pediatra (o la enfermera), preocupado porque se deshidratara le dio agua con azucar. Por eso, la enfermera del siguiente turno se admiraba de co´mo mi bebé se agarraba del pecho pues no agarraba el biberón de ninguna manera.

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