El sarampión es una enfermedad altamente infecciosa que provoca la muerte de entre el 1% y el 5% de los niños que la padecen en los países en desarrollo.
Esta tasa de mortalidad puede ascender hasta el 25% entre las poblaciones desplazadas, malnutridas y con acceso deficiente a la atención de salud. El sarampión puede ocasionar también graves complicaciones de salud como neumonía, encefalitis, diarrea aguda y ceguera.
La administración de la vacuna previene el sarampión, sin embargo no es sencilla en muchos contextos, los de los países en vías de desarrollo, y en otros se va olvidando su importancia.
En los últimos años los países desarrollados han visto como desciende el número de vacunaciones, lo cual se traduce en nuevos brotes de sarampión cuando parecía que estaba controlado, y en que, por ejemplo, la OMS recomiende vacunarse contra el sarampión antes de viajar a Europa.
No obstante, y en lo referido a los países en desarrollo que históricamente han tenido dificultades para acceder a la vacunación, la OMS ve motivos para el optimismo, dado que el aumento de los esfuerzos destinados a la inmunización se ha traducido en un descenso del 74% de la mortalidad mundial a causa del sarampión.
Las mayores reducciones de muertes han correspondido a las regiones del Mediterráneo Occidental (90%) y África (89%), cuya aportación a la reducción de la mortalidad mundial por sarampión ha sido del 16% y 63%, respectivamente. Se calcula que este logro de salud pública ha evitados unos 3'6 millones de muertes por sarampión en ese periodo.
La OMS y el UNICEF han desarrollado una estrategia para reducir la mortalidad por sarampión que consiste en cuatro objetivos:
Suministrar a todos los niños una dosis de la vacuna contra el sarampión a los nueve meses de edad o poco después mediante los servicios de salud habituales.
Ofrecer a todos los niños una segunda oportunidad de inmunización contra el sarampión, generalmente mediante campañas masivas de vacunación.
Establecer un sistema eficaz de vigilancia del sarampión.
Mejorar la atención dispensada a las personas con sarampión, incluido el suministro de suplementos de vitamina A.
Gracias a esta estrategia, en la Región de la OMS de las Américas se ha eliminado el sarampión. Las otras tres regiones de la OMS (Europa, Pacífico Occidental y Mediterráneo Oriental) también han fijado objetivos regionales respecto a la eliminación del sarampión.
Es esperanzador que se vaya cumpliendo el objetivo de las Naciones Unidas de reducir la tasa de mortalidad por sarampión en el mundo, lo cual no quiere decir que, tal y como está la situación en nuestro entorno, debamos descuidarnos y suponer que el problema está superado.
Vía | OMS Foto | BioWiki En Bebés y más | Un brote de sarampión en Rute obliga a vacunar a todos los bebés mayores de seis meses, Qué dice la liga para la libertad de vacunación acerca de las epidemias de sarampión