Acabamos de conocer una noticia que a pesar de ser buena nos asombra, acaban de legalizar el trasplante de órganos infantiles en Rusia, algo que hasta el momento estaba prohibido. Entonces ¿qué ocurría antes?, irremediablemente los niños aquejados de una enfermedad que precisaba un trasplante tenían dos opciones, o acudir a otro país para llevarlo a cabo (algo improbable dada la economía de la mayoría de las familias) o morir irremediablemente.
A partir de ahora cientos de niños podrán salvar su vida gracias a un trasplante, la nueva reglamentación legal que lo permitirá ya se encuentra en marcha. Es realmente incomprensible, ¿por qué no se podían realizar trasplantes de órganos infantiles?, al parecer existían diversos temores y cuestiones morales contra su permisión. Cada año, hasta 500 niños podrán acceder a un nuevo órgano que les permita continuar una vida truncada por la enfermedad. La reglamentación contempla como condición principal que la extracción del órgano donante se realice siempre que se haya certificado la muerte clínica del cerebro del donante.
Este es un tema delicado que Rusia ha abordado bastante tarde, debieran haber legalizado hace bastante tiempo las donaciones de órganos infantiles y no dejar morir a algunos niños o permitir que sus familias pasen verdaderos apuros económicos de por vida por tener que buscar la solución en el exterior, un dato, un trasplante de hígado en EE UU tiene un coste en torno a los 100.000 dólares.
Algo que realmente resulta difícil de comprender es la oposición de quienes defienden los derechos humanos a esta nueva medida. Indican que no se puede reconocer a un paciente como muerto si algún órgano de su cuerpo funciona, aunque el cerebro no funcione. A los opositores les proporcionamos una pequeña puntualización, la decisión de permitir la extracción de los órganos de un niño muerto cerebralmente atañe a los padres y no a ellos.
Vía | El Financiero Más información | Kommersant