La seguridad en casa es muy importante, incluso en ocasiones, con la máxima seguridad, se dan todo tipo de accidentes con los pequeños. Ahora recordamos una curiosa situación de una amiga nuestra, era muy prudente pero aún así, un descuido propició un accidente que por fortuna no fue grave. Tenía al niño de dos añitos junto a ella en su habitación y estaba colocando ropa en las perchas del armario.
Tuvo la fatalidad de dejar una percha sobre la cama y en un descuido el niño se clavó el gancho en la base de la lengua, como la percha tenía una pequeña bola al final, ésta no salía y tuvieron que acudir a urgencias, afortunadamente el niño prácticamente ni se enteró y el accidente pasó a ser algo de poca importancia gracias a que no hubo gravedad alguna.
En la noticia, podemos ver que hasta el 42% de las lesiones por accidente que se producen son caseros, siendo baño, cocina y garaje los lugares más peligrosos. Estos son los datos de la comunidad gallega, podemos hacernos una idea sobre el resto del territorio español. En la comunidad gallega, los accidentes caseros son la primera causa de la mortandad infantil en menores de 14 años. Según un estudio realizado por ocho hospitales gallegos, el 5,2 % de los 12.868 menores que participaron en el estudio fallecieron, y un 40% sufrió secuelas tras un accidente casero. Los datos son bastante contundentes, es necesaria una mayor responsabilidad y extremar las precauciones para evitar estos fatales desenlaces.
Por los datos que aporta la noticia, deberemos extremar las precauciones en las estancias que antes hemos indicado y especialmente en la cocina, ya que hasta un 70% de los accidentes se producen, son en esta estancia de la casa. El baño se lleva el 20% y el garaje un 5%. Otro dato importante a tener en cuenta es la edad del niño, ya que desde los 6 meses hasta los dos años de edad es la franja en la que existe mayor riesgo de accidentes, coincidiendo con el comienzo del gateo. Muchos son los posibles accidentes que pueden suceder, pero también son muchas las posibilidades de evitarlos, así lo consideran los profesionales.
La curiosidad del niño y su afán por descubrir son uno de los factores de riesgo que pueden propiciar estos accidentes, está en nuestra mano poder minimizarlos y evitar desgracias de las que podíamos haber tenido cura.
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