Como ya sabemos la fiebre no es una enfermedad, en realidad es una señal de alarma que suele dispararse cuando el organismo está luchando contra el foco de una infección determinada. En Conocer la fiebre puedes acceder a la información necesaria para saber un poco más sobre este mecanismo defensivo.
Ante un brote de fiebre debemos tener en cuenta una serie de síntomas para que cuando el médico nos pregunte, nosotros podamos exponérselos, así el médico realizará un diagnóstico certero.
Debemos prestar atención al apetito que el bebé presenta, si es poco o mucho. Constatar si muestra evidencias de estar desganado, sin ganas de jugar y respondiendo poco a los estímulos que le realizamos. La respiración, si presenta dificultad y tiene tapada la nariz, vomita lo que le damos de comer, tiene diarrea, le duelen los oídos, presenta palidez, excesiva sudoración, parece que tiene dificultades para mover la cabeza o llora mucho.
Todos estos síntomas suelen aparecer al cabo de las 24 horas después de haber aparecido la fiebre, muchos especialistas aconsejan que se espere al menos estas 24 horas siempre que la temperatura no sea excesiva, ya que pasado este tiempo el pediatra puede contrastar los datos que le proporcionan los papás y realizar adecuadamente un diagnóstico y su tratamiento.
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