Muchos padres se preguntarán si es positivo estar desnudos delante de sus hijos. Los especialistas afirman que ver desnudo a los padres hace que el niño descubra el cuerpo humano de una manera natural y espontánea.
Para los niños pequeños, la desnudez es algo natural, el pudor es algo impuesto. A los niños les encanta correr y saltar desnudos, se sienten libres de ataduras. El observar a sus papás desnudos, cambiándose de ropa o duchándose, hace que los niños adquieran una noción del cuerpo humano de forma natural.
A la edad de los 2-3 años los niños empiezan a fijarse en las diferencias de la anatomía entre los sexos y a compararlo con el suyo, movido por la curiosidad, sin connotaciones sexuales. Es la etapa de explicarles las diferencias que hay entre el cuerpo del hombre y de la mujer.
Sin embargo, la desnudez impuesta, mostrada es percibida como un acto de agresión para los niños. Es violenta para el pequeño que está en plena construcción psíquica y deberá lidiar solo con los sentimientos de vergüenza, malestar, de culpabilidad.
Un ambiente demasiado restrictivo, donde la desnudez sea algo prohibido puede ser negativo para su desarrollo y la relación con su cuerpo. Basta que le digamos a un niño que no mire para que eso sea lo primero en hacer. Vivir la desnudez, sin exhibicionismos, sin ostentación, pero limitada es saludable para los pequeños.
Más información | Revista Psychologies La familia y la desnudez