Hace unos días disfruté mucho explicándoos la emocionante, aunque triste a la vez, historia de una familia que estaba adoptando a bebés muy enfermos y hoy lo haré contando otra historia increíble, igualmente fruto de la enfermedad de los niños, que siempre es duro hablar de ello, de una aventura iniciada por una mujer, madre adoptiva, que ha decidido que va hacer lo posible y lo imposible por lograr que su hijo conozca a sus padres biológicos antes de perder la visión por completo.
La historia de Molly Sano
La protagonista de hoy es Molly Sano, una mujer natural de Seattle, madre adoptiva de un niño de origen chino llamado Bennett. El pasado mes de diciembre le dieron la terrible noticia de que su hijo padece el síndrome de Usher, un trastorno genético por el cual quienes lo padecen sufren sordera y acaban teniendo graves problemas visuales, en ocasiones hasta el punto de llegar a la ceguera.
Ante esta noticia, Molly no se lo pensó, y a pesar de que su hijo tiene solo 3 años de edad, decidió que tenía que conocer a sus padres biológicos antes de que pase el tiempo y la visión sea peor.
Para ello ha viajado más de 9.000 kilómetros, de Seattle a Shangai, con la esperanza de encontrarlos. En palabras de la propia madre a China Daily:
Tenemos la esperanza de que pueda ver a sus padres biológicos con sus propios ojos, para que pueda tener recuerdos visuales especiales de ellos antes de que pierda su vista.
Y es que el síndrome es bastante variable en cuanto al tiempo de aparición de la ceguera, pero se considera que la ceguera nocturna les llega entre los 3 y los 16 años, la pérdida de campo visual entre los 4 y los 16 años (siguen viendo nítidamente, pero solo una parte, ya sea el centro de la imagen, ya sea en visión de donut, perdiendo el centro) y la pérdida de agudeza visual entre los 4 y los 28 años.
Vamos, que en el mejor de los casos sucedería a partir de los 16 años, pero en el peor todo empezaría a los 3-4 años. De todas maneras, depende mucho de la evolución y los médicos le dijeron que probablemente todo sucedería después de la adolescencia.
No ha querido esperar a que él se lo pidiera
Muchos pensarán que aún tiene margen, que son unos cuantos años y que probablemente no había prisa, pero ella ha tenido en cuenta algo muy importante: cuanto más tiempo pase, más difícil será para ella dar con sus padres biológicos.
Al parecer, tras conocer el diagnóstico, empezó a contactar con las autoridades y hospitales de la provincia de Zhejiang, con la esperanza de encontrar alguna pista acerca de sus padres. Bennett nació en Ningbo y sus padres le pusieron de nombre "Long Miao". En mayo del 2012 fue abandonado junto a una nota que decía: "No sabemos qué otra cosa podíamos hacer. Somos demasiado pobres para criarlo. Esperemos que alguien le puede ayudar". Y es que Bennett, por su síndrome, nació sordo.
Fue llevado a un centro de acogida donde Molly, que es intérprete del lenguaje de signos, y su pareja, también sorda, lo adoptaron en febrero del 2014. Habiendo pasado dos años de ese momento, pensó que si quería tener éxito debía hacerlo ahora, dado que dentro de unos años será mucho más difícil seguir la pista y encontrar a las personas que pueden recordar dónde estaba Bennett cuando fue abandonado. Porque esa es otra, lo va a tener difícil, dado que el bebé fue encontrado con la nota y no entregado personalmente, pero a pesar de ello esta mamá no ha dudado en intentarlo y por ello nos parece una misión increíble.
Esperemos que lo logre y que dentro de un tiempo podamos explicar que Bennett encontró a sus padres, que seguro hubieran querido cuidarle pero que, por tener pocos medios, creyeron que estaría mejor con otras personas.
Vía | Babyology
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