Como madre de tres hijas, me emociona el mensaje de empoderamiento que ha dado Pink a su hija y al mundo entero en los MTV Video Music Awards la noche del lunes.
En su discurso (que puedes ver aquí) mencionó que su hija Willow le había dicho un día: “Soy la niña más fea que conozco… Parezco un niño con el pelo largo”. La cantante le respondió con una palabras que todas las madres deberíamos decirles a nuestras hijas para que aprendan a quererse como son.
"Cuando la gente se ríe de mí dicen que parezco un chico, que soy demasiado masculina, que mi cuerpo es muy fuerte.
-¿Ves que me deje crecer el pelo?: ‘No mamá’. -¿Ves que modifique mi cuerpo? ‘No mamá' -¿Ves que me afecte la opinión de la gente? ‘No mamá’ - Pero, ¿ves como lleno estadios alrededor del mundo? 'Si, mamá'.
Muy bien cariño, entonces nosotras no cambiamos. Nosotras tomamos la gravilla y la concha, y hacemos una perla".
Dar mensajes positivos
Nuestras hijas son preciosas, sean como sean a la vista de los demás. Lo importante es cómo se sientan ellas con respecto a su imagen, no los comentarios de la gente.
Y aquí es donde los padres, y especialmente las madres que tenemos niñas, tenemos mucho trabajo que hacer. Un trabajo silencioso que día a día vaya alimentando la autoestima de nuestras hijas con mensajes positivos acerca de su cuerpo y de su personalidad, pero también acerca de nuestros cuerpos frente a ellas. Hablar positivamente de nuestro aspecto hará que nuestras hijas se sientan identificadas y utilicen el mismo positivismo para hablar del suyo.
Para nuestras hijas mamá es la más guapa, lógico, y ellas lo son para nosotras, pero debemos transmitirles seguridad, para que no les afecten comentarios negativos que puedan venir de fuera. Aprender a valorarse y quererse sin importar si son diferentes a las demás niñas. Al contrario, sacar provecho de esa diferencia, porque es ahí donde está lo que las hace únicas. Como Pink.
En Bebés y más | Una madre nos recuerda la importancia de hablar positivamente sobre nuestros cuerpos frente a nuestras hijas, Cuanto más te obsesiones con tu peso mayor es el riesgo de que se obsesione tu hija