¿Es mejor madre aquella que cría con apego?

Ayer Eva nos mostró una portada de la revista Time en la que una mujer aparecía amamantando a un niño de 3 años (la misma que veis aquí arriba) acompañada de un titular sorprendentemente polémico: ¿Eres suficientemente madre?

El artículo se basa en la llamada crianza con apego, o crianza respetuosa, por llamarla de otra manera, y con el titular pretende provocar una autoevaluación por parte de las madres, para que cada una se sitúe entre las madres que sí son suficientemente madres y las que, por no criar con apego, o por hacerlo de otra manera, deberían situarse por debajo en el baremo de madres suficientes y madres insuficientes.

Está claro que se trata solamente de un titular, de una frase impactante y desafortunada, porque no es más madre la de la portada por dar el pecho a un niño de tres años, ni es menos madre la que no amamanta. Como dije hace unos días en otra entrada: el amor de un padre o una madre no se mide.

Esto no va de hacer un concurso a ver quién es la madre más sacrificada, la más abnegada o la que pasa más tiempo con sus hijos. Esto no es una competición para ver quién es madre de primera y quién madre de segunda. Esto va de tratar de educar a los hijos de la mejor manera posible porque en el momento que nace un bebé sus padres adquieren la responsabilidad de hacer de él una buena persona, feliz, autónoma y libre.

El subtítulo parece decir otra cosa

Dejando de lado el titular podemos leer el subtítulo, que nos sirve para saber por dónde van los tiros: “Por qué la crianza con apego lleva a algunas madres a extremos y cómo el Dr. Bill Sears se convirtió en su gurú”. Tras hacernos creer con el título que el tema es una oda a la crianza con apego, que hace que las madres sean las más completas y preparadas, las más suficientes, resulta que la crianza con apego hace que las madres lleguen a extremos. Aquí es donde yo me pregunto: ¿Extremos? ¿Qué extremos?

¿De qué extremos hablamos?

Ahora hace tiempo que no defiendo mis principios de crianza con nadie, básicamente porque es algo que desgasta mucho y al final acabas cansándote, pero tiempo atrás sí encontraba gente (más en los foros que en el cara a cara) que etiquetaba la crianza con apego como extremista. Eso de dar el pecho hasta no sé cuándo, eso de dormir con un bebé hasta que es mayor y se va solo a su cuarto, eso de llevarlo todo el día colgado… eso es llegar a unos extremos que, al parecer, han sido valorados del mismo modo desde la revista Time.

Sin embargo a mí no me parece que esto sea un extremo. Es como si alguien me dice que soy muy extremista porque soy educado con todo el mundo: “hombre, no seas tan educado, ni un extremo ni el otro”, que sería algo así como, no seas un mal educado, pero tampoco seas educado con todo el mundo. O como si alguien me dice que soy muy extremista porque hago caso de todas las señales de tráfico: “ni tanto ni tan poco, algunos semáforos en rojo te los puedes saltar, hombre…”.

Para mí son extremos, si hablamos de crianza, el ser un padre totalmente permisivo, que deja a sus hijos que hagan lo que quieran y cuando quieran, a riesgo de que hagan demasiado o demasiado poco y el ser un padre totalmente autoritario, pendiente de disciplinar a su hijo de manera que apenas puede desarrollar su propio “yo”.

Entonces, poniendo en un extremo una educación pasota y en el otro una educación asfixiante yo situaría en medio aquella en la que los padres dejan libertad, pero no dejan que el niño llegue a faltar al respeto a los demás, aquella en que existen unas normas y unos valores (o límites, si queremos llamarlos así), pero son negociables, aquella en la no castigas ni pegas, pero muestras cuáles son las consecuencias de sus actos, esa en la que se respeta a los niños porque pretendes que así aprendan a respetar a los demás. Para mí esto no es un extremo, para mí es el término medio.

Dar el pecho, colechar, portear…

Tres de las cosas que suelen definir a los padres que siguen el “método” de la crianza con apego (en la revista hablan de método, como si hubiera unas instrucciones para ello) son la lactancia materna a demanda, el colecho y el llevar al niño cerquita de sus padres para que esté más tranquilo.

En las fotos de la revista vemos a madres amamantando, como si sólo pudieran formar parte del selecto club de las personas que educan a sus hijos según los principios de la crianza con apego aquellas que dan el pecho a sus hijos, y por extensión aquellas que colechan y portean.

Esto es un error garrafal de concepto, porque la crianza respetuosa no se resume en dar el pecho a un niño que mama de pie, en dormir con él o en portearlo, sino que se resume en tratar a los niños del mismo modo que a nosotros nos gusta que nos traten, en respetar sus necesidades, sus convicciones y sus ideas, escucharles, hablar, dialogar, negociar, buscar soluciones a los problemas, etc.

Todo esto se puede hacer sin dar el pecho, sin portear a los niños y durmiendo en camas separadas, aunque sí es cierto que cuando son más pequeños, si respetamos sus necesidades, lo habitual es que no se desteten hasta que tienen varios años, que duerman con los padres, porque es donde se sienten más seguros y que vayan cerca de mamá o papá, en un portabebés, porque es donde están más tranquilos.

Pero, qué pasa si un niño está incomodo colechando, qué pasa si a los dos años deja de mamar porque dice que no quiere más o porque eso de que salga poca o nada de leche, estando mamá embarazada, es desmotivador… qué pasa si una madre da teta, colecha y portea, pero luego va de grito en grito, de cachete en cachete y de amenaza en amenaza, pues pasa que esto no es un “como yo colecho soy mejor madre o como yo utilizo un portabebés soy más que tú”.

Esto no va de eso, criar a un hijo con apego, de manera respetuosa, tratando de ser mejores personas para ser un mejor ejemplo y tratando de controlar los automatismos irrespetuosos que viven en nosotros, en situación de letargo, es algo mucho más grande, mucho más extenso, algo que forma parte del modo de vivir la vida de las personas. No es una pose ni una moda, es ver a los niños como personas y tratarlos como tal, simplemente.

Por poner un ejemplo, mis dos hijos mayores no son porteados ni amamantados desde que tenían 2 años y medio, momento en que ambos lo dejaron por iniciativa propia. ¿Es peor madre mi mujer por no darles el pecho que una madre que les amamanta cuando tienen 3 años?

¿Soy yo suficientemente padre?

Si os fijáis en el artículo de la revista, en ningún momento se habla del padre. Parece que eso de la crianza respetuosa, o simplemente eso de la crianza, es cosa de madres. Si el ser suficientemente madre es cuestión de amamantar a niños grandes, como vemos en las fotos, ¿dónde quedamos los padres?

Hace ya tiempo que lo de “eres el padre porque pusiste la semillita” ha pasado a la historia, creo yo, así que me habría gustado mucho ver en esas fotos a los padres de las criaturas, parejas de las madres suficientes o insuficientes, que también compartimos ojeras, tiempo con los hijos, brazos y en general la vida de nuestros hijos.

Una madre pasa más tiempo con sus hijos porque es la que tiene la baja maternal, es la que amamanta y suele ser el referente, el cuidador principal de los niños (y los niños, en consecuencia, la buscan siempre a ella cuando son pequeñitos), pero eso no hace que ella les quiera más, que ella sea mejor o que ella sea más que el padre.

El Dr. Bill Sears es el gurú de estas madres

La mayoría de estas madres tienen como nexo común los postulados del Dr. Sears, de quien ya hemos hablado en Bebés y más. Al ser pediatra y a la vez publicar libros, es el referente al que pueden aferrarse cuando aparecen las críticas y las dudas.

En España ocurre algo parecido con Carlos González, que con su libro “Bésame mucho“ ha cambiado la forma de pensar de muchas madres y padres, explicándoles por qué los niños son como son y por qué hacen lo que hacen. No es un método González, de igual modo que no existe el método Sears, es simplemente conocer las necesidades de los niños para entender sus demandas.

El Dr. Sears tiene una página web, de hecho, donde comparte muchos de los artículos que ha escrito.

El debate queda servido

Sé que he “hablado” mucho y he dicho muchas cosas. Podéis estar de acuerdo conmigo o no, pero me (nos) gustaría conocer vuestras opiniones al respecto, que nos digáis qué os ha parecido eso de evaluar a las madres según su modo de educar, de alimentar, etc.

Más información | Time
En Bebés y más | El pack completo para ser ecomadre, ¿Existe el pack Crianza Natural: parto natural, colecho, no vacunas, porteo y lactancia a demanda? (I) y (II), La crianza natural, los consejos gratuitos y cómo evolucionan los padres que crían con apego (I) y (II)

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