Cuando los adolescentes se adentran en esta etapa de la vida, experimentan una serie de fenómenos psicológicos característicos que pueden sesgar su percepción de la realidad.
Hablamos en artículos anteriores de la audiencia imaginaria, esa sensación que tienen de que los demás (esa audiencia) están muy pendientes de ellos, como si actuaran para un público. Pues bien, unido a este fenómeno aparece otro: el de la fábula personal, que va muy ligado al egocentrismo de tipo social propio de esta etapa (la dificultad para entender que los demás pueden también vivir cosas similares a las suyas).
Así, si a tu hijo adolescente le cuesta salirse de su punto de vista y se siente un ser único y especial, al que nadie entiende porque vive cosas que nadie antes ha vivido, es probable que esté experimentando la llamada fábula personal, un concepto descrito por el psicólogo David Elkind.
Fábula personal en la adolescencia: ¿qué es?
La fábula personal es un fenómeno psicológico propio de la adolescencia que describió el psicólogo David Elkind, y que se explica por el pensamiento aún inmaduro del adolescente.
Ilusión de invulnerabilidad
Según un artículo de Alma Rodríguez y colaboradores, implica que el adolescente se forma una imagen irreal de sí mismo, sintiendo que es diferente y único al resto del mundo y que nada negativo le puede suceder (este último fenómeno también ha recibido el nombre de fábula de invencibilidad).
"Nadie me entiende"
Así, el concepto hace alusión a la tendencia de los adolescentes a considerar sus experiencias como únicas e incomprensibles para otras personas. De esta forma, se sienten seres únicos y especiales, y experimentan la idea de que nadie ha vivido jamás lo mismo que ellos. Y por ello se sienten incomprendidos por los demás.
La fábula personal también es la historia que el adolescente construye acerca de su vida, una historia que se cuenta a sí mismo y que se basa en la creencia de que es un ser muy importante para muchas personas (es decir, para su audiencia imaginaria, otro concepto explicado en un artículo anterior).
A través de este fenómeno, el adolescente, en el contexto de búsqueda de su propia identidad, busca la diferenciación (aunque de forma inconsciente) respecto a los demás.
Fantasía de omnipotencia e inmortalidad
Unido a esta fábula personal, con frecuencia el adolescente experimenta fantasías de omnipotencia e inmortalidad. Esto le lleva a asumir, en algunas ocasiones, graves conductas de riesgo, porque cree que situaciones como embarazos no deseados, adicción a las drogas o accidentes, solo les suceden a los demás, nunca a ellos.
Así lo afirman Crews y colaboradores (2007) en un artículo de Ximena Palacios publicado en la Revista Ciencias de la Salud; según ellos, la fábula personal, junto a otros factores, facilita la emisión de conductas de riesgo, en especial por medio de la búsqueda de estimulación externa y experiencias novedosas.
¿Cuándo disminuye este egocentrismo?
A partir de los 15-16 años el egocentrismo típico de la adolescencia, a partir del cual se sustenta el fenómeno de la fábula personal, va disminuyendo.
Y esta audiencia imaginaria que comentábamos poco a poco es sustituida por una audiencia real, cuando se dan cuenta de las diferencias entre sus propias preocupaciones y las de los demás (cuando son capaces de empatizar un poco más).
Así, a medida que se hacen mayores, y gracias al hecho de compartir e intercambiar pensamientos, sentimientos, preocupaciones y sueños con sus pares, los adolescentes van dejando atrás esta fábula personal.
Lo que les ayuda a hacerlo en realidad es el hecho de descubrir las múltiples coincidencias que existen entre ellos y los demás; así, no eran tan únicos como se imaginaban (y por suerte, otros también les pueden entender).
¿Cómo entender a mi hijo adolescente?
La superación de la fábula personal es un proceso evolutivo normal, que depende del tiempo y de lo que haga con ese tiempo el adolescente; es decir, de sus experiencias, de cómo las viva y de su madurez.
Así, en la medida en la que sea más capaz de expresar sus sentimientos y también, de escuchar los de los demás, desarrolla también su empatía.
Podríamos decir que esa empatía, ese "salir de su propia visión", les ayudará a entender que, aunque efectivamente sean seres únicos, no son omnipotentes ni inmortales, y no pasa nada. Es más, entender su realidad de forma más objetiva, y menos sesgada, les ayudará a tomarse las cosas de forma más serena y realista.
Como padres debemos acompañarles desde el respeto y la empatía, entendiendo la etapa en la que están y poniéndonos en su lugar, ya que nosotros también pasamos por ello.
Y sobre todo, entender que cuando nos dicen que no les entendemos, no es porque haya malo en nosotros, sino porque en ese momento es probable que estén experimentando esta fábula personal, este sesgo a la hora de interpretar su realidad que les lleva a pensar que nadie ha vivido antes lo mismo.
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