La crianza natural, también llamada crianza con apego, es una manera de educar a los hijos algo diferente a los estándares conocidos desde hace unas décadas.
Por definirla de algún modo, en la educación habitual, la que recibimos la mayoría de adultos de hoy en día, se considera al niño como un ser con capacidad e intención de tomar el control de todo cuanto le rodea, y sobretodo de sus padres, y el objetivo es controlarle, limitarle y doblegarle para evitarlo.
La crianza natural, en cambio, tiene una visión menos catastrofista de las intenciones de los bebés y niños e intenta entender su mundo emocional, tratándoles de un modo más respetuoso, en muchas ocasiones de tú a tú, con el fin de permitir a los niños que sean ellos mismos (y no exactamente lo que los padres quieren que sean), que sean libres (pero respeten la libertad de los demás) y que sean responsables, amables y honrados porque crean que deben serlo.
Aunque el objetivo podría considerarse en algunos aspectos similar (lógico, todos queremos que nuestros hijos sean personas de bien), los métodos son muy diferentes y, como la crianza natural es minoritaria y más “moderna", es habitual recibir críticas y consejos gratuitos de las personas que creen que, al no mantener un control exhaustivo y una negación de sus deseos, a menudo incoherente (“para que no sepa que lo puede tener todo en la vida"), estás criando (creando) a una persona sin normas, sin valores, consentida y que cree que todo debe girar a su alrededor.
Los papás y mamás reconvertidos
Somos muchos, yo diría que la mayoría, los papás y mamás que defendemos una crianza más respetuosa con nuestros hijos, cuyos conocimientos (o cuya ignorancia, según se mire) nos llevaban a educar a nuestros hijos del mismo modo que nuestros padres y profesores hicieron con nosotros.
En mi caso personal, el miedo a perder el control, o el miedo a ser controlado por un hijo mío hacía que me parecieran bien o necesarios algunos métodos que hoy me parecen una auténtica aberración.
Como ya dije en su día, seguir los instintos para criar a un hijo puede ser peligroso, ya que el instinto, una palabra que suena a comportamiento innato, está “contaminado" en muchas ocasiones (casi siempre) por las vivencias personales y por lo que observa y se escucha decir en el entorno.
Entonces, al nacer mi primer hijo, empecé a leer libros y a recabar información relativa a los bebés y mi falso instinto y los miedos a tener hijos que me controlaran se desvanecieron para dar paso a un nuevo Yo, más consciente con las necesidades de mi bebé, más respetuoso con sus ritmos y su crecimiento, con más ganas de implicarme en su crianza y aceptando el reto de tratar de educar a mis hijos haciéndoles sentir queridos.
Esta transición que yo viví la pueden firmar muchísimos padres y madres que, herederos de un modelo de crianza más o menos autoritario decidieron un buen día, por la razón que sea, romper la cadena e iniciar un nuevo camino en el trato con los hijos.
La crianza natural motiva por ser minoritaria
Una de las características casi definitorias de la crianza natural es que es un modo de criar minoritario. La gente sigue educando a sus hijos del modo tradicional y se siguen aceptando como buenas frases como “los niños tienen que dormir en su cama porque necesitan su espacio", “ahora dicen que está prohibido, pero un buen cachete a tiempo soluciona muchas cosas", “déjalo que llore, que ya se cansará", “cuando tiene una rabieta lo que hay que hacer es no hacerle ningún caso" o el pensar que los bebés “toman el pelo" o “te toman la medida", entre otras cosas.
Y en estas aparecen unos cuantos padres y madres, cuya escala de valores da un vuelco increíble al nacer sus hijos, poniendo a éstos encima de todo, dedicados a estudiar y a entender el comportamiento de los bebés para criarlos de un modo respetuoso y consciente y se dan cuenta de que el modo en que han sido educados y el mundo en el que viven hicieron que como adultos vieran normal tratar a las personas más frágiles de la sociedad como si fueran los más resistentes, haciendo uso de la violencia física y/o verbal y de otros métodos que ningún adulto permitiría para sí.
Entonces estos padres y madres sienten (sentimos) que hay una nueva verdad, una nueva opción, otra manera de hacer las cosas y aparece la necesidad lógica de mostrar al mundo, de uno u otro modo, que se puede educar sin herir, que se puede criar con abrazos y besos y que todo ello puede ayudar a acabar con la epidemia de baja autoestima que afecta a, yo diría, la mayor parte de la población occidental (el problema es que aumentando la autoestima de la población disminuirían las necesidades de consumo y el sistema se tambalearía… pero esto es otro tema).
Aparecen las ganas de mostrar lo aprendido al resto
Con la motivación de ver que el mundo podría cambiar si quisiera, que la sociedad enferma en la que vivimos podría mejorar con una nueva generación de personas empáticas y respetuosas y con las ganas de mostrar a los demás un nuevo camino por recorrer, los padres y madres inician su particular “campaña informativa".
En vez de zapatillas deportivas del nº 16 y en vez de unos pendientes estos padres empiezan a regalar libros de Carlos González y Rosa Jové, imprimen estudios para la cuñada embarazada o para la amiga que dice que en cuanto pueda vuelve a trabajar y le explican lo importante que es que en la primera hora no les separen, lo importante que es para el bebé que el cordón siga latiendo una vez haya nacido y lo buena que es la lactancia materna (todo cierto, sin duda).
Entonces, algunos se dan cuenta de que su círculo personal es muy limitado y deciden crear un blog personal en el que explicar sus vivencias, sus inquietudes y sus cabreos y en el que difundir aquellos artículos afines a este estilo de crianza (algunos incluso lo hacen a través de Bebés y más, ejem).
Continuará...
A partir de aquí los padres van experimentando una serie de cambios ya que no todo el mundo quiere escuchar una nueva verdad y porque los consejos gratuitos también llegan desde las personas afines al estilo de crianza más tradicional, pero esto lo veremos en otro momento con la segunda parte de esta entrada.
Fotos | Flickr – christyscherrer, N.R., oksidor
En Bebés y más | La crianza con apego (Attachment parenting), Sobre el neomachismo y la crianza con apego, La química del apego seguro, La teoría del apego de John Bowlby