Con la llegada de la primavera llega también el cambio al horario de verano. Así, en la madrugada del sábado 26 de marzo al domingo 27 tendremos que adelantar nuestros relojes y a las 02:00 horas serán las 03:00, ganando una hora más de luz al día.
Como este cambio horario supone dormir una hora menos y que la noche llegue más tarde, los más pequeños pueden ver afectados sus biorritmos. Por eso, os damos algunos consejos para sobrellevarlo lo mejor posible hasta que vuelvan a acostumbrarse.
¿Cómo afecta el cambio de hora a bebés y niños?
Bebés y niños son especialmente susceptibles a este cambio de hora que altera su ritmo vigilia-sueño, pudiendo producir desajustes del sueño, problemas de atención, irritabilidad, enfados, desánimo, cansancio... especialmente en las primeras horas escolares.
Mientras que para los adultos puede suponer un leve desajuste el primer día, la Asociación Española de Pediatría (AEP) nos recuerda que el reloj biológico de los niños puede tardar en ajustarse varios días e, incluso una semana.
A esto se suma además un trastorno propio de esta época del año, la astenia primaveral, un trastorno temporal que se caracteriza por un estado de apatía y cansancio generalizado, problemas de sueño e incluso dolores musculares e irritabilidad.
Cómo ayudarles a sobrellevar el cambio de hora
Explicarles el cambio de hora
Si tu hijo tiene edad de comprender la noción del tiempo, explícale en qué consiste el cambio de hora con palabras acordes a su nivel de entendimiento.
Esto le ayudará a comprender por qué cuando despierten será más de noche que antes, pero las tardes serán más largas.
Prepararse para el nuevo horario
Lo más conveniente es que empecéis unos días antes adelantando unos 15 minutos la hora de comer, de estudiar y de irse a la cama, para que el cambio sea gradual.
El problema viene cuando llega el lunes, si el niño va al cole… porque por la noche le costará dormirse más temprano y al día siguiente no hay más remedio que hacer caso al despertador con la hora nueva. Así que, tened a mano una buena colección de libros para leer y mucha paciencia para relajar al niño.
Serán duros los primeros madrugones, pero por la noche estarán más cansados y es probable que caigan rápidamente en los brazos de Morfeo. Ya veréis que en dos o tres días, a lo sumo una semana, todo vuelve a la normalidad.
Rutinas relajantes antes de dormir
Les costará más dormirse, así que podemos recurrir a rutinas relajantes previas a acostarse, como un baño templado, una cena ligera y uno -o varios- cuento de buenas noches.
Respetar las horas de sueño
Es importante cumplir con las recomendaciones de sueño según la edad, pues un correcto descanso repercute positivamente en el desarrollo del niño. Así, los pediatras recomiendan que los niños descansen un mínimo de 10 horas diarias, cifra que se eleva hasta las 11 ó 12 horas si hablamos de niños en edad preescolar.
En Bebés y más | Así se beneficiarían bebés y niños si desaparece el cambio de hora