¿Dar paga a los niños? A partir de qué edad, cómo y cuánto darles

¿Dar paga a los niños? A partir de qué edad, cómo y cuánto darles
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Dar la paga o los niños, ¿sí o no? Este tema suele generar mucho debate y opiniones enfrentadas. Por un lado, hay padres que consideran que no es necesario dar paga a los niños, al menos mientras son pequeños, pues todas sus necesidades están cubiertas. Pero otros opinan que dar paga es una buena forma de comenzar a educar a los niños en finanzas.

Aunque no hay decisión mejor que otra y cada familia hará lo que considere mejor según sus circunstancias, los expertos consideran que tener contacto con el dinero desde temprana edad ayuda a los niños a entender cómo funciona la economía a pequeña escala-

Si te estás planteando dar paga a tu hijo, te contamos cómo puede beneficiarle y qué tener en cuenta para que la paga sea educativa.

Siete beneficios de dar paga a los niños

La educación financiera de la población es clave para el desarrollo económico, libre y próspero de un país, por lo que es fundamental enseñar a nuestros hijos desde que son pequeños conocimientos económicos básicos, así cómo el funcionamiento del dinero y la importancia del ahorro.

En este sentido, la paga puede convertirse en una herramienta muy educativa para enseñarles conceptos y prácticas financieras básicas, tanto a corto como a medio y largo plazo.

Pero además de aprender finanzas a pequeña escala, los niños que reciben una paga aprenden otros aspectos importantes, como por ejemplo:

El valor de las cosas

Si cada vez que nuestros hijos nos piden algo nosotros se lo compramos, nunca aprenderán el esfuerzo y sacrificio que nos supone ganar el dinero. En cambio, si les asignamos una paga entenderán la necesidad de ahorrar para conseguir un objetivo y aprenderán a valorar lo que tienen.

Responsabilidad

Otra lección importante que los niños aprenden es que no se puede gastar más de lo que se tiene, por tanto, es fundamental gestionar el dinero correctamente para satisfacer nuestras necesidades presentes y futuras.

Aprender a ahorrar repercute de forma positiva en habilidades tan importantes como la responsabilidad, la autogestión y el esfuerzo.

Consumo responsable

Cuando los niños aprenden a gestionar su propio dinero, interiorizan también la importancia del consumo responsable, así como de hacer un ejercicio de autocontrol y reflexión antes de comprarse algo ("¿merece la pena invertir casi todos mis ahorros en este juguete? ¿Voy a aprovecharlo realmente, o es fruto de un capricho pasajero?").

Paciencia

La paga ayuda a entrenar la paciencia y a entender que las cosas que queremos no siempre se consiguen en el momento. Poco a poco, a base de tiempo, paciencia y ahorro el niño verá cumplido su sueño (tener un juguete nuevo, unas zapatillas de la marca que le gustan...), lo que a su vez contribuye a fortalecer su autoestima y confianza ("he sido capaz de ser paciente y ahorrar hasta conseguir lo que quería").

Trabajo en equipo

En algunos casos podría ser necesario que todos los miembros de la familia contribuyeran según sus posibilidades para conseguir un objetivo común, como por ejemplo un viaje.

En estas circunstancias funciona muy bien colocar un bote de cristal que poco a poso se vaya llenando con las aportaciones de todos los miembros de la familia. Luchar por un objetivo en común fomenta la responsabilidad en los niños y el trabajo en equipo, y cuando se consigue ese objetivo la satisfacción que se siente por el trabajo realizado es inmensa.

Toma de decisiones y aprendizaje de errores

Por último, la paga es también una excelente forma de iniciarse en la toma de decisiones económicas a pequeña escala y de aprender de las consecuencias aparejadas a esas decisiones.

Así por ejemplo, si damos paga al niño y ese mismo día se la gasta de golpe, rápidamente entenderá que esa forma de actuar no le va a permitir ahorrar para conseguir objetivos mayores.

Cuándo empezar a dar paga y qué tener en cuenta antes de hacerlo

Tanto la edad, como la frecuencia y cantidad de paga que decidamos dar es algo muy personal que depende de cada familia y situación.

Aún así, es recomendable ser coherentes y tener en cuenta las necesidades del niño a la hora de establecer estos criterios.

Hay padres que deciden esperar a la preadolescencia (entre los 10-12 años) para comenzar a dar paga a sus hijos, pues consideran que a partir de ese momento los niños ya están más preparados para entender el valor del dinero y su correcta gestión.

Pero también hay familias que optan por dar paga en el momento en que sus hijos empiezan a manejar con soltura las sumas y las restas. En estos casos, la asignación de una paga no solo fomenta el aprendizaje de ciertas habilidades matemáticas, sino que además les entrena en la toma de pequeñas decisiones a la hora de elegir por sí mismos lo que quieren comprar sin la intervención de los padres.


Sea como sea, si hemos tomado la decisión de dar paga a nuestro hijo esto es lo que deberíamos tener en cuenta:

Acordar la cantidad y periodicidad de la paga

paga

En cuanto a qué cantidad de dinero es la más adecuada, cada familia deberá valorarlo en función de la edad del niño y de sus necesidades. Para ello, podemos organizar una reunión familiar en la que la que el niño pueda expresarnos para qué quiere la paga y cuáles son sus objetivos cuando reciba el dinero.

De este modo nos resultará más sencillo acordar una cantidad, aunque por lo general, se suele considerar suficiente una paga de dos euros semanales para niños menores de 10 años, y de cinco euros semanales para los preadolescentes. No obstante, puesto que las necesidades cambian y los niños crecen, podría ser necesario fijar nuevos acuerdos en un futuro.

Educar previamente en finanzas 

Dar paga al niño no solo implica poner el dinero en sus manos sin más, sino inculcarle una serie de conceptos financieros básicos para que aprenda a manejar ese dinero de forma coherente, responsable y educativa.

Confiar en las decisiones del niño

Ahora bien, una vez que hayamos educado a nuestro hijo en finanzas es tarea de los padres confiar en ellos y en su criterio para utilizar el dinero como consideren. En este sentido, no podemos estar metiéndonos en sus asuntos, opinando o criticando sus gastos o impidiéndoles tomar ciertas decisiones. Es su dinero - y salvo que detectamos algo extraño que nos obligue a intervenir- debemos darles libertad para hacer lo que deseen.

No usar la paga como premio o castigo

La paga no debe convertirse en una forma de chantajear a los hijos, castigarles o dársela únicamente ligada a su buen comportamiento. Una vez tomada la decisión de dar paga, esta debe darse sin condición.

Pero también podría ser necesario en determinados momentos recurrir a la paga del niño para reponer algo que haya estropeado o perdido. En estos casos es fundamental hacerlo de manera educativa y positiva, y jamás a modo de represalia.

Paga extra: ¿cómo abordarlo?

Pero además de la paga fija y periódica con la que los niños satisfacen sus deseos más cotidianos, en un momento dado nuestro hijo podría manifestarnos la necesidad de conseguir algo más de dinero para un determinado objetivo al que no llegaría fácilmente mediante el ahorro.

En estos casos hablaríamos de una paga extra, y como sucede en el mundo real, esta paga exige un mayor esfuerzo y sacrificio, por lo que podríamos vincularla a un trabajo extra que pueda realizar el niño.

¡Pero, ojo! Por 'trabajo extra' no nos referimos a las tareas domésticas cotidianas que los niños deberían hacer por sí solos como contribución al hogar, ni por supuesto a tareas que no les corresponde hacer por edad o que resultan abusivas.

Se entiende por 'trabajo extra' aquellas tareas que los niños no hacen habitualmente, pero si las hicieran nos resultaría de gran ayuda y por tanto, queremos valorárselas. Por ejemplo: ayudarnos a limpiar el coche, a recoger las hierbas del jardín, acondicionar el garaje...

También podemos enseñarles a sacarse un dinero extra haciendo otras actividades, como por ejemplo ayudando a algún vecino a podar los setos de su jardín, elaborando pulseras y vendiéndolas entre amigos y familiares, o dando clases particulares a niños más pequeños si sus conocimientos se lo permiten.

Sea como sea, jamás debemos sobornar o chantajear a los niños con la paga extra. Además, debemos informarles anticipadamente en qué va a consistir su trabajo y cuánto les daremos por ello, así como darles plena libertad para decidir si lo aceptan o no.

Foto de portada | Freepik

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