Hoy celebramos el Día Mundial del Sueño, una fecha instaurada en 2008 por la Asociación Mundial de Medicina del Sueño con el objetivo de crear conciencia acerca de la importancia de dormir bien.
La adquisición de unos correctos patrones de sueño comienza en la infancia, por lo que es importante que los padres inculquemos a nuestros hijos unos hábitos y rutinas saludables previas a irse a la cama que favorezcan su correcto descanso.
Si quieres que tu hijo tenga cada noche un sueño reparador y feliz, asegúrate de cumplir estos sencillos gestos cotidianos.
Crea una rutina previa al sueño
Los momentos previos al sueño son muy importantes, ya que se reduce la actividad del día y se prepara al niño para un descanso reparador, imprescindible para su desarrollo.
Es fundamental crear una rutina previa al sueño desde que el niño es bebé, incorporando hábitos que harán que el niño llegue a la cama relajado y descanse mejor.
Cada familia debe establecer los hábitos que mejor se adapten a su estilo de vida. Nosotros os proponemos algunos como un baño o ducha calentita, un suave masaje con aceite de almendras antes de ponerse el pijama y un dulce momento de conexión previo a meterse en la cama.
Respeta los horarios de ir a dormir
Un buen descanso es tan importante en la infancia como llevar una dieta sana o la práctica de ejercicio, por eso, entre otras cosas hemos de garantizar que duermen el número de horas recomendadas a su edad.
Puesto que la mayoría de los niños debe despertarse a una hora concreta para ir al colegio o a la escuela, es fundamental asegurar su correcto descanso procurando que siempre se vayan a la cama a la misma hora.
Es normal que durante los fines de semana o los periodos vacacionales este horario se flexibilice, pero en todo momento debemos asegurarnos que su descanso es el adecuado, tanto en calidad como en duración.
Cuéntale un cuento
Leer a nuestros hijos un cuento antes de dormir no solo fomenta nuestra conexión y su hábito lector desde temprana edad, sino que trae consigo importantes beneficios para su desarrollo físico, cognitivo y emocional.
Además, acabar el día sumergiéndose en las páginas de un libro o en la historia que narramos ayuda al niño a evadirse, a relajar su mente, a liberar estrés y promueve que tenga dulces sueños.
Favorece la relajación del niño
Poner en práctica hábitos relajados antes de dormir favorece el descanso, muy especialmente en el caso de los niños que parecen alterarse justo antes de irse a la cama.
Entre las prácticas más recomendadas para inducir la calma y favorecer el correcto descanso estaría la respiración profunda y consciente, la meditación guiada, la música relajante o los masajes suaves. A muchos niños también les relaja que sus padres se tumben a su lado o les den la mano mientras se quedan dormidos.
Recuérdale lo mucho que le quieres
Cuando son bebés, los padres no dudamos en acurrucar, abrazar y "comernos a besos" a nuestros hijos. Sin embargo, a medida que los niños van creciendo, tendemos a distanciarnos físicamente los unos de los otros, engullidos por las prisas, el estrés del día a día y la desidia de la rutina.
Pero la noche es el momento perfecto para "reencontrarnos" con nuestros hijos y volver a conectar mediante el beso de buenas noches; un beso que debemos dar con todos nuestros sentidos y nuestro corazón, siendo plenamente conscientes de ese momento tan íntimo y puro que estamos teniendo.
Para el niño, dormirse con el recuerdo del beso, la caricia en la cara y el "te quiero" de mamá y papá es sumamente beneficioso, pues entre otras muchas cosas contribuye a fortalecer su autoestima y confianza, y a sentirse querido e importante. Además, la sensación placentera y de bienestar que aportan los besos y muestras de afecto le ayudarán a conciliar el sueño y favorecerán su correcto su descanso.
Atiende siempre sus necesidades
Hay niños que dan mil vueltas en la cama antes de quedarse dormidos, que piden cuento una y otra vez o que siempre encuentran la excusa perfecta para atraer nuestra atención y evitar el momento de apagar la luz.
Este tipo de comportamientos son muy frecuentes en niños de corta edad, y aunque pueden resultar un tanto desesperante para los padres, es importante que entendamos por qué nuestro hijo reclama continuamente la atención y qué podemos hacer para ayudarle a conciliar el sueño de forma feliz y relajada.
Favorece un buen despertar por la mañana
Pero tan importante es asegurarnos que nuestro hijo se duerme feliz y relajado, como que se despierta en las mismas condiciones.
Y es que con frecuencia acabamos engullidos por las prisas de la mañana sin ser conscientes de lo perjudicial que resulta para el niño comenzar el día con semejante dosis de estrés y celeridad.
Por ello, tomémonos tiempo y procuremos un despertar respetuoso, con caricias, abrazos y besos. A muchos niños también les gusta despertar con música suave y luz tenue, facilitando así su adaptación al mundo por la mañana.
Fotos | Portada (iStock); Foto 1 (Foto de Artem Podrez en Pexels)
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