El Programa Ciudades Amigas de la Infancia es una iniciativa de UNICEF, que se impulsa en España y en otros muchos países fruto de la necesidad de promover el conocimiento y el respeto de la Convención sobre los Derechos del Niño en el ámbito más cercano a la vida cotidiana de la infancia: el municipio, las ciudades y pueblos donde viven los niños.
Una Ciudad Amiga de la Infancia es aquella que se compromete a respetar los derechos de los niños. En la que las políticas, los programas y el funcionamiento general toma en cuenta las voces, necesidades, derechos y prioridades de los más pequeños.
En la guía "Pongamos a la infancia en la agenda política local" (Manual básico para responsables políticos municipales) aparecen los nueve pilares básicos o elementos de este marco conceptual, que están interconectados y son interdependientes, y están dirigidos hacia un objetivo común: mejorar la vida real de la infancia.
El primer pilar básico es promover la participación activa de la infancia, fundamental para todo el proceso y para el resto de elementos.
Participación infantil: promoviendo la implicación activa de los niños y niñas en los asuntos que les afectan; escuchando sus puntos de vista y tomándolos en consideración en los procesos de toma de decisiones.
Un marco legal amigo de la infancia: asegurando una legislación, un marco reglamentario y procedimientos que sean consecuentes con la promoción y la protección de los derechos de toda la infancia. En este sentido, se van dando pasitos encaminados a que se tengan en cuenta los derechos de los niños en todo el mundo, como el reciente convenio para que los niños y niñas puedan, acompañados por un adulto o una asociación, presentar quejas mediante un proceso adaptado a ellos y defender sus derechos ellos mismos ante una instancia internacional.
Una estrategia de derechos de la infancia para todo el municipio: desarrollando una estrategia o una agenda detallada y exhaustiva para construir una Ciudad Amiga de la Infancia, basada en la Convención.
Una comisión de Derechos de la infancia o un mecanismo de coordinación: desarrollando estructuras permanentes en el gobierno local que garanticen una consideración prioritaria a la perspectiva de la infancia.
Análisis y evaluación del impacto en la infancia: garantizando que existe un proceso sistemático que analice y evalúe el impacto de las leyes, las políticas y las prácticas sobre la infancia: previo, durante y posterior a su aplicación.
Un presupuesto para la infancia: garantizando el compromiso adecuado sobre los recursos y el análisis de los presupuestos dirigidos a la infancia. Como sabemos, en estos momentos de crisis este punto estaría bastante desatendido, pues existen prioridades en las administraciones para que los municipios funcionen y tener más o menos contentos a todos (los niños, claro, no se quejan).
Un informe periódico sobre el estado de la infancia: garantizando la recogida de información y el adecuado seguimiento sobre el estado de la infancia así como de sus derechos.
Dar a conocer los derechos de la infancia: garantizando la sensibilización sobre los derechos de la infancia entre los adultos y los niños y niñas.
Abogacía independiente para la infancia: apoyando a las ONG’s y desarrollando instituciones independientes de derechos humanos (defensores del menor o comisionados para la infancia) que promuevan los derechos de la infancia.
Como veis se trata de pilares básicos para construir una ciudad o un pueblo amigos de la infancia, y aunque algunos sean más factibles (realistas, si queréis, en este contexto) que otros, todos van encaminados a mejorar las condiciones de vida de los más pequeños que son los más indefensos, de los que menos se oye su voz a la hora de organizar nuestro mundo.
Vía | Ciudades amigas Foto | San Jose Library En Bebés y más | Ciudades amigas de los niños, Las ciudades son hostiles a los niños, Nuevas zonas de juego en pueblos y ciudades