¿Verdad que cuando leíste la entrada que escribimos hace dos días explicando que un estudio confirmaba que los bebés se portan peor con sus madres, creíste que era cierto?
Tranquilo, no eres el único. Yo también me lo creí, como miles de personas que lo han compartido y como cientos de páginas que, como nosotros, explicamos la noticia y le dimos difusión. Pues bien, el estudio ha resultado ser falso, una broma de la página Mom news daily a la que muchos estamos todavía intentando encontrar la gracia.
Todo daba a entender que era cierto (o casi todo)
No era el día de los inocentes, no era el April Fool's Day ni era el día de "vamos a inventar un estudio y gastar una broma". Porque además, si intentas gastar una broma te inventas una historia surrealista, algo que sorprenda, algo que haga que la gente diga "¡Anda ya, eso no puede ser verdad! ¿O sí? ¿Es cierto o es mentira?", y no algo que, como dijimos, solo confirmaba algo que todos ya sabemos: que los bebés cambian de comportamiento según con quién esté.
Así que por eso, cuando me enteré de que todo era una broma, me quedé con cara de "pues vale, pero no lo entiendo", porque no tiene sentido ni gracia alguna.
Publicaron una entrada diciendo que la Universidad de Washington había realizado el estudio, que el investigador, KP Leibowitz, había cogido una muestra de 500 familias y había observado la reacción de los niños ante diferentes situaciones. Nos dejaban con sus palabras e incluso con declaraciones de familias que habían participado en el estudio. Todo daba a entender que era cierto, porque no había nada raro en todo ello.
Lo único que me hizo dudar fue el no ser capaz de encontrar la publicación. Siempre que hablo de estudios busco el original para leer qué dice y para ofrecer el enlace, pero en este caso no fui capaz de hallarlo. De hecho, buscando por el apellido del autor, aparecían algunas publicaciones relacionadas (vamos, que existen investigadores apellidados Leibowitz que estudian el comportamiento humano). Pensando que ya se publicaría más adelante o que simplemente el problema era mío, que no lo encontraba, decidí fiarme de la página y de tantas otras que le habían dado difusión, y publicar la entrada.
Ahora, dos días después, me entero a través de Papás e hijos, que contactó con una editora de esa página, que todo era una mentira.
Pero es que los niños sí se comportan diferente con la gente
Así es. Lo expliqué como un "confirma", porque a todos los padres nos ha pasado, o porque conocemos a gente que lo explica. ¿Quién no conoce a alguien que te dice que sus hijos, con los abuelos, se portan genial? ¿O que salen a la calle y todo el mundo dice lo buenos que son y responden eso de "sí, si los vieras en casa no dirías lo mismo"?
Incluso en el colegio, como yo os expliqué mi caso, donde mis hijos son niños modélicos para luego, en casa, mostrarse como realmente son: niños. Y ahí lo dejo. Niños. Podría decir niños terribles, pequeños diablos, monstruos en formación, pero no. Son niños, y cuando están con sus padres, en un clima de confianza, no tienen que actuar de ninguna manera, sino simplemente ser como son.
¿Que se portan mal, lloran, pegan, chillan y hacen rabietas? Claro, así son los niños muchas veces cuando algo no les gusta o cuando no haces lo que quieren que hagas. En el colegio están con mucha más gente y aunque a veces tengan momentos así, no tienen tanto tiempo ni tanto protagonismo para hacerlo (además, los profesores no creo que les hagan tanto caso como puede hacer una madre o un padre), así que es en casa cuando exigen y donde se generan más conflictos.
Con nosotros son niños y con nosotros utilizan las herramientas que tienen y conocen para tratar de conseguir lo que quieren. Y no lo digo en mal. No lo digo de manera negativa y despectiva en plan "nos manipulan", sino todo lo contrario. Están aprendiendo a tratar de conseguir lo que creen que necesitan. Están aprendiendo a pensar. Están aprendiendo a satisfacer sus necesidades, de igual modo que nosotros tratamos de satisfacer la nuestras a nuestra manera.
Y es positivo que lo hagan porque, como digo, así piensan y aprenden cómo lograr sus objetivos. Si entre medio consideras que se está pasando, que se está portando muy mal, que te está haciendo daño, que es muy caprichoso y no deja de pedir cosas, es hora de revisar vuestra relación. Un niño feliz, un niño que se siente querido, un niño que pasa mucho tiempo con sus padres y que tiene una relación sana con ellos no tiene necesidad de llamar tanto la atención, ni de gritar, ni de comportarse mal, ni exige que le compres tal o cual cosa continuamente (quizás os interese leer la entrada "Los niños, el amor y el materialismo"). Tendrá sus momentos, claro, pero nada que te haga pensar que tu hijo es imposible.
Si eso sucede, es el momento de cambiar algo. ¿Quizás ahora estás menos con él? ¿Quizás ha cambiado algo en su vida? ¿Quizás no estás ejerciendo de madre (o de padre) y le dejas todas las decisiones a él, cuando te está pidiendo que hagas de madre y las tomes tú por él? ¿Quizás tiene problemas con otras personas o en otros entornos y te lo está intentando hacer saber así? Piensa, indaga, averigua, porque si un niño está cambiando, si contigo no tiene buena relación, te está diciendo, sin palabras, que "necesito que me escuches, me comprendas y hagas algo al respecto".
Gracias a Mom News Daily
Acabo dando las gracias a Mom News Daily por inventarse dicho estudio, pues gracias a ellas he tenido la oportunidad de hablar de los niños, de los padres y de su comportamiento en dos entradas, en la anterior y en esta, y dejar así algunos consejos para aquellos padres que lo están pasando mal con sus hijos y que entran en una espiral de gritos, amenazas y castigos cuando lo que tienen que hacer es lo contrario, buscar la manera de acercarse de nuevo al corazón de sus hijos y encontrar el error, el fallo, el suceso que inició que la relación empezara a deteriorarse, y poner remedio.
Gracias, pero no lo volváis a hacer, por favor. El estudio es falso pero como broma es absurda, pues bien podría haber sido cierto. Vamos, que seguro que si alguien se dedica a estudiar a los bebés y niños en diferentes contextos obtendrá las mismas conclusiones, que el comportamiento con las personas más cercanas no es igual que con personas menos conocidas. No conocía vuestra página y era la primera vez que entraba a leeros. La primera y la última, claro.
Fotos | iStock
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