Embarazo de gemelos: las molestias más habituales en cada trimestre y cómo aliviarlas
En todo embarazo se producen ciertas molestias en cada una de las etapas de la gestación, síntomas fisiológicos que aumentan en el caso de tratarse de un embarazo de gemelos o mellizos.
Se producen en la madre cambios a nivel tanto físico, como metabólicos y emocionales. El incremento hormonal, al tratarse de dos bebés, se refleja en las molestias más habituales en cada trimestre de embarazo.
Embarazo gemelar: molestias del primer trimestre
En el primer trimestre es cuando la mujer más acusa los cambios hormonales. El organismo de la embarazada es un cocktail de hormonas propiciando algunas de las molestias más habituales, así como cambios de humor repentinos.
Náuseas y vómitos
La hormona del embarazo segregada por la placenta, la gonadotropina coriónica humana, es la responsable de las náuseas y vómitos en el embarazo. Algunas mujeres no las sienten, pero otras lo llevan realmente mal, llegando incluso a vomitar varias veces al día y durante todo el embarazo, con riesgo de hiperémesis gravídica.
Se recomienda hacer comidas pequeñas y frecuentes a lo largo del día, preferir los carbohidratos (verduras, hortalizas, cereales integrales, legumbres...) y evitar las comidas copiosas, los alimentos demasiado grasos, las frituras, los picantes, el café y el te.
Cansancio y sueño
Al aumentar el volumen de sangre más que en un embarazo único, el corazón y los órganos involucrados trabajan más de lo habitual, además se forma la placenta y los principales órganos del bebé, por lo que es normal que haya un mayor consumo de energía.
La mujer se siente cansada y somnolienta, y si a esto le sumamos el malestar por los vómitos y el estrés emocional, es lógico que el cuerpo pida descanso. Y ahora más que nunca, por tu salud y la de tu bebé debes atender sus necesidades.
La mejor solución para el cansancio y el sueño en el embarazo es descansar siempre que se pueda. Cualquier ratito es bueno para dar una cabezadita, la siesta, después de almuerzo, antes de cenar e irse a dormir más temprano de lo habitual. La dieta sana y el ejercicio moderado también contribuyen a elevar el nivel de energía.
Sensibilidad de los pechos
La hinchazón y sensibilidad en los pechos es una de las primeras señales de embarazo. Desde los primeros días, los senos empiezan a prepararse para la lactancia. Los elevados niveles de progesterona y estrógenos hacen que crezcan y se vuelvan más sensibles, tanto que en ocasiones duelen al más mínimo roce de la ropa.
Puede que por el agrandamiento de los pechos sea necesario ajustar la talla del sujetador, a una o dos tallas más. Son preferibles los de tela de algodón, sin costuras ni aros que puedan incomodar.
Mareos y desmayos
El volumen sanguíneo aumenta en las primeras semanas, reduciendo la tensión arterial y produciendo mareos que en algunos casos llegan a desmayos.
Pueden aparecer en cualquier momento del día, pero es más probable tener un mareo después de comer o al levantarse bruscamente.
Si te sientes mareada, tienes que recostarte con las piernas en alto o sentada con la cabeza entre las rodillas para facilitar el retorno sanguíneo. Lleva siempre un caramelo en el bolso por si acaso, si sientes una bajada de tensión, un dulce ayudará a elevar el nivel de azúcar en sangre.
Palpitaciones
Suele ser una molestia habitual que se produce por un aumento de la frecuencia cardíaca a partir del segundo o tercer trimestre en embarazos únicos, pero que en el caso de embarazos gemelares pueden aparecer desde el primer trimestre.
Molestias del embarazo gemelar en el segundo trimestre
En el segundo trimestre, las molestias más habituales en esta etapa en un embarazo único se agravan o adelantan cuando se trata de un embarazo de más de un bebé.
Dolor pélvico
Es una molestia que aparece en este trimestre y dura hasta el momento del parto intensificándose a medida que avanza el embarazo. Se debe a la actuación de dos hormonas, relaxina y progesterona, responsables de que los ligamentos de la pelvis se relajen para dejar lugar a los bebés.
Es un dolor generalizado en la zona de la pelvis, las ingles e incluso en la parte baja de la espalda, que en ocasiones puede ser leve y en otros un dolor agudo y punzante que dificulte realizar ciertas tareas de la vida diaria.
Lo más recomendable es el descanso, no realizar esfuerzos, evita levantar peso y levántate con cuidado.
Acidez o ardor de estómago
El ardor, acidez o pirosis es una molestia digestiva que se explica por causas diversas, desde el aumento del tamaño del útero (que deja menos espacio al estómago) a factores hormonales que producen alteraciones gástricas.
Lo sufren muchas mujeres embarazadas y es bastante desagradable. Para prevenirla, evita las comidas copiosas (mejor comer poco varias veces al día), come despacio, evita comidas picantes fritas o especiadas, evita bebidas con gas, café o refrescos con cafeína y cena al menos dos horas antes de irte a la cama.
Edema
El aumento de volumen sanguíneo hace que se acumule un exceso de líquido en los tejidos de la embarazada, provocando hinchazón y sensación de pesadez en los pies y en las piernas.
Para aliviar la hinchazón debes evitar estar muchas horas de pie o sentada, intentar caminar y elevar las piernas para facilitar el retorno venoso. El edema puede descender a tobillos y pies, así que procura evitar los calcetines que aprieten y los zapatos incómodos.
Date duchas de agua fría en las piernas, come fruta y bebe mucho líquido para mantenerte hidratada.
Ciática
A partir del segundo trimestre es habitual que la embarazada sufra de ciática. Es un dolor intenso en la parte baja de la espalda que se produce al inflamarse el nervio ciático. Es un dolor que se extiende hacia abajo por la parte trasera del muslo y se ramifica detrás de la rodilla hasta el pie. Puede aparecer en un solo lado en los dos.
Es provocado por la distensión de los ligamentos de la zona producidos por una hormona segregada en el embarazo llamada relaxina.
Para combatir la ciática, lo más recomendable es practicar ejercicio, controlar el aumento de peso, hacerse masajes y evitar las malas posturas. Cuando el dolor aparece, colocar calor seco en la zona.
Estreñimiento
La mitad de las embarazadas sufren estreñimiento en algún momento del embarazo. En el caso de embarazos gemelares, debido a la compresión ejercida por el útero y la ralentización del funcionamiento intestinal provocado por la progesterona puede aparecer a partir del segundo trimestre. En las mujeres que ya lo sufrían antes del embarazo, el problema puede incluso agravarse.
Lo más efectivo para prevenir el estreñimiento durante el embarazo es beber mucha agua, así como aumentar el consumo de alimentos ricos en fibra (frutas, verduras y cereales integrales) y practicar ejercicio de forma habitual.
Un truco natural: dejar en remojo por la noche varias ciruelas y albaricoques secos. Por la mañana beber el líquido y comer la fruta mezclada con yogur.
Hemorroides
Ligado al estreñimiento, las hemorroides pueden aparecer hacia el segundo trimestre de embarazo.
Es un trastorno circulatorio provocado por la dilatación de la venas, que sumado al estreñimiento produce un aumento de la presión en los vasos rectales, haciendo que aparezcan las hemorroides. Pueden producir picor o dolor, en algunos casos un dolor muy intenso, e incluso a veces sangrar.
Así como una alimentación rica en fibra para evitar el estreñimiento, cuando aparecen las dichosas hemorroides, las puedes aliviar con baños de asiento de agua fría, no retrasar ir al baño cuando sientas ganas y limpiar bien la zona después de ir.
Molestias del embarazo gemelar en el tercer trimestre
En la última etapa de la gestación, el aumento del tamaño del útero sumado al peso de la barriga produce molestias más acusadas en la madre que se agravan hacia el final del embarazo. Como por ejemplo:
Indigestion
El tamaño del útero comprime los órganos que intervienen en la digestión haciéndola más lenta y pesada. Esto provoca malestar estomacal, gases y sensación de que todo lo que comes te sienta mal.
Al igual que se recomienda cuando hay acidez, lo más aconsejable es evitar las comidas copiosas y pesadas, tomar pequeñas raciones a lo largo del día, comer lentamente y masticar bien las comidas. Come al menos una hora antes de acostarte y duerme semi incoporada.
Insomnio
Hacia el final de embarazo es habitual que a la embarazada tenga insomnio debido a que el tamaño de la barriga les impide encontrar una posición cómoda y sumado a las preocupaciones al acercarse el momento del parto.
Si tienes dificultades para conciliar o mantener el sueño durante la noche procura mantener un horario fijo para acostarte y levantarte, evita las bebidas estimulantes que contienen cafeína y teína, así como bebidas con gas y realiza actividad física. También recuerda que la mejor posición para dormir es sobre el lado izquierdo.
Falta de aire
La elevación del diafragma hace que disminuya la capacidad respiratoria, lo cual produce una sensación de que les falta el aire hacia el final del embarazo.
Es normal tener esta sensación de ahogo, especialmente cuando realizan ejercicio, caminan o suben escaleras. También a la hora de tumbarse boca arriba.
Dolor de espalda
El aumento del tamaño del útero hace que la madre se arquee hacia atrás produciendo un desequilibrio en la postura corporal y un dolor, a veces realmente intenso, en la parte baja de la espalda.
Si sufres de dolor de espalda, sigue estos sencillos consejos para prevenirlo: cuida tu postura para evitar dañar la espalda (por ejemplo, cuando vayas a agacharte hazlo flexionando las rodillas, no la cintura), practica ejercicio, utiliza calzado adecuado (ni muy altos ni muy bajo), date masajes y aplica calor seco localizado si es necesario.
Orinar con frecuencia
A medida que avanza el embarazo y aumenta el tamaño del útero, también aumenta la presión sobre la vejiga en la última etapa del embarazo, provocando que deba vaciarse con mayor frecuencia. Esto hace que tengas ganas de orinar a cada rato, tanto durante el día como durante la noche, despertándote varias veces.
En las últimas semanas de embarazo, cuando la barriga desciende y ejerce aún mayor presión sobre la vejiga son habituales las pérdidas de orina, que pueden suceder por un estornudo o una carcajada, por lo que es recomendable que protejas tu ropa interior con una pequeña compresa.