Probablemente alguna vez te ha pasado lo mismo que a muchos tras una noche en la que no has dormido lo suficiente: sientes como si estuvieras nadando en una piscina de miel, tratando de avanzar lentamente mientras el cansancio te pesa.
Esto se debe a que la falta de sueño no solo afecta nuestra energía y estado de ánimo, sino que también tiene un impacto significativo en el funcionamiento de nuestro cerebro, y que puede afectarnos a corto y largo plazo.
Conocer los efectos que un mal descanso tiene en el cerebro es importante, no solo para poder comprender lo que puede pasar al no dormir las horas recomendadas, sino para motivarnos a tomar las medidas necesarias para tener una noche de sueño reparador siempre que sea posible.
¿Qué le sucede al cerebro cuando dormimos poco?
Un descando inadecuado o insuficiente deja a nuestro cerebro exhausto, por lo que no puede desempeñar sus funciones de manera óptima: resulta más difícil concentrarnos o aprender cosas nuevas, y se ven afectadas nuestras habilidades mentales y nuestro estado emocional.
Por ejemplo, cuando estamos desvelados es normal sentirnos más impacientes o propensos a tener emociones no muy agradables con cambios de humor. Por otro lado, sentirnos cansados también puede afectar nuestra toma de decisiones al no lograr pensar, meditar o reflexionar bien las cosas.
Son muchas las investigaciones que han explorado cómo la falta de descanso afecta al cerebro y nuestro rendimiento cognitivo, por lo que daremos solo un breve repaso por algunas de ellas:
De acuerdo con un estudio, la falta de sueño induce efectos similares a los de estar ebrio, ralentizando el pensamiento y el tiempo de reacción, mientras que otra investigación encontró que un sueño deficiente también disminuye la retención de información, lo cual incluye la capacidad de seguir instrucciones.
Según otro análisis, dormir poco también puede alterar la forma en que se comprende la información emocional, lo que puede afectar situaciones en las que reconocer el contexto emocional es importante, como al analizar un problema o tomar una decisión.
Finalmente, otro estudio encontró que las personas que no duermen lo suficiente tienen más probabilidades de tomar decisiones arriesgadas y pueden centrarse en una recompensa potencial en lugar de en las desventajas.
Siete sencillos hábitos para mejorar la calidad del sueño y cuidar tu cerebro
Si no tenemos una rutina que nos ayude a lograr un buen descanso, es posible que se nos dificulte un poco el dormir las horas recomendadas cada noche. Y es que un sueño saludable comienza incluso mucho antes de irnos a la cama.
Estas son siete cosas sencillas que puedes hacer cada noche para mejorar tu rutina de sueño, descansar mejor y cuidar la salud de tu cerebro:
- Establece un horario regular de sueño. Intenta acostarte y levantarte a la misma hora todos los días para regular tu reloj biológico.
- Crea un ambiente propicio para dormir. Mantén tu habitación oscura, fresca y tranquila para facilitar el descanso.
- Evita el uso de pantallas antes de dormir. La luz azul de dispositivos electrónicos puede alterar tu ritmo circadiano, dificultando el sueño.
- Practica técnicas de relajación. El yoga, la meditación o la respiración profunda pueden ayudarnos a reducir el estrés y conciliar el sueño.
- Limita la cafeína. Al ser estimulante, puede interferir con la calidad de tu sueño, así que si bebes café procura hacerlo con moderación y evita su consumo en las horas cercanas a la hora de dormir.
- Haz ejercicio regularmente. La actividad física puede mejorar la calidad del sueño al ayudarnos a conciliarlo más rápido y tener un descanso profundo. Pero ojo: evita hacer ejercicio intenso justo antes de acostarte porque podrías tener el efecto opuesto.
- Establece una rutina de relajación antes de dormir. Leer un libro, escuchar música suave o tomar un baño caliente nos ayudan preparar mente y cuerpo para descansar.
Foto de portada | Andrea Piacquadio en Pexels