Escribir a mano tiene beneficios para el cerebro que un teclado no puede igualar. Pero lo hacemos poco

En un mundo donde vemos teclados y pantallas táctiles por todos lados, la escritura a mano parece una actividad cada vez más anticuada. Es posible que la última vez que hiciste una lista de la compra o tomaste apuntes, no lo hicieras con papel y lápiz.

Sin embargo, numerosos estudios señalan que, aunque escribir a máquina o en dispositivos electrónicos es más eficiente, la escritura a mano sigue teniendo beneficios únicos para el cerebro que no pueden ser igualados por la tecnología.

Escribir a mano facilita la memoria y el aprendizaje

Escribir a mano no es solo una actividad física, sino que implica una interacción profunda entre los sentidos y el cerebro. Sostener un bolígrafo, aplicar presión sobre el papel y formar letras son acciones que requieren la activación de múltiples áreas cerebrales.

De hecho, un estudio llevado a cabo por la neurocientífica Mellissa Prunty revela que este tipo de escritura activa áreas cerebrales relacionadas con el procesamiento sensorial y motor, mejorando la lectura y ortografía en niños. Este proceso ayuda no solo a los más pequeños, sino también a los adultos, al reforzar la capacidad de retener y recordar información.

En relación a todo esto, un estudio en el que participaron 42 adultos que aprendían árabe descubrió que los participantes que aprendieron las letras escribiéndolas a mano las reconocieron más rápido, les resultó más fácil nombrarlas y fueron mejores para pronunciar las letras recién aprendidas en comparación con las personas a las que se les pidió que aprendieran los nuevos caracteres escribiendo o simplemente mirándolos.

Mayor activación neuronal durante la escritura manual

Un estudio reciente dirigido por Audrey van der Meer, de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, comparó la actividad cerebral de estudiantes que escribían a mano con aquellos que tecleaban.

Los resultados fueron sorprendentes: las áreas cerebrales activadas durante la escritura manual eran mucho más extensas y profundas que las que se activaban al escribir con un teclado. Estas áreas incluían regiones clave para la formación de memoria y el aprendizaje, lo que sugiere que escribir a mano fomenta una mayor activación neuronal y conexiones cerebrales.

Además, las oscilaciones alfa y theta, que están relacionadas con el aprendizaje, también se activan durante la escritura manual, pero no se observan en la mecanografía.

Las áreas cerebrales activadas durante la escritura manual son mucho más extensas y profundas que las que se activan al escribir con un teclado.

Escritura lenta, comprensión profunda

Escribir a mano tiene otra ventaja clave: obliga a la mente a ralentizarse y procesar la información de una manera más profunda. Mientras que al teclear es fácil transcribir casi literalmente lo que escuchamos o leemos, al escribir a mano debemos seleccionar con mayor cuidado las palabras y conceptos clave que queremos plasmar.

Este proceso de reflexión permite que la información se asiente en la memoria a largo plazo. Es decir, la lentitud de la escritura manual puede ser su mayor ventaja. Al no poder escribir todo lo que oímos o leemos, nuestra mente filtra la información, organizándola y haciéndola más personal, lo que facilita su retención.

La importancia de mantener la escritura a mano en las escuelas

En los últimos años, muchas escuelas han empezado a eliminar la enseñanza de la escritura a mano, en particular la cursiva, para dar prioridad a la mecanografía en dispositivos digitales.

Sin embargo, los investigadores advierten sobre las posibles consecuencias de esta tendencia. El proceso de escribir letras a mano ayuda a los niños a desarrollar una comprensión más sólida y duradera de las mismas, lo que se traduce en una mejor alfabetización y aprendizaje.

El futuro: equilibrio entre lo digital y lo manual

En definitiva, mientras que el mundo digital ha revolucionado la forma en que vivimos y trabajamos, no debemos subestimar los beneficios únicos de escribir a mano. Es cierto que la tecnología facilita muchos aspectos de nuestras vidas, pero la escritura manual sigue siendo una herramienta muy potente para fortalecer nuestra memoria, aprendizaje y habilidades cognitivas.

Mantener un equilibrio podría ser la clave para aprovechar lo mejor de ambos mundos. Al final, no se trata de renunciar a la tecnología, sino de seguir cultivando una habilidad que ha demostrado ser invaluable para nuestro cerebro y nuestras capacidades cognitivas.

Foto | Portada (Freepik)

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