Un nuevo estudio podría explicar por qué procrastinamos: pensar mucho es incómodo para el cerebro

Un nuevo estudio podría explicar por qué procrastinamos: pensar mucho es incómodo para el cerebro
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Sabemos que, tras realizar actividades que requieran cierto esfuerzo físico, nuestro cuerpo se agota y necesita descanso. Y lo mismo sucede cuando nos encontramos ante determinadas situaciones, ya sea momentos estresantes o que requieran de mucha concentración: nos sentimos mentalmente cansados.

Pero aunque seguramente hemos hecho nuestras propias conclusiones sobre por qué nos sentimos así, la ciencia finalmente ha encontrado la razón detrás de ello: a nuestro cerebro le incomoda pensar mucho.

Así lo ha revelado una investigación reciente, en el que se incluyeron los datos de 170 estudios con información de 4.670 participantes. Estas fueron las interesantes conclusiones que se encontraron sobre el funcionamiento de nuestro cerebro.

Por un lado, tenemos el resultado principal de este estudio: realizar cosas requieran esfuerzo mental es incómodo para nuestro cerebro. Pero no solo eso, esa incomodidad viene acompañada de emociones no placenteras.

Desde frustración hasta incomodidad o enojo, el hacer actividades mentales que requieran cierto esfuerzo, como resolver problemas difíciles o realizar tareas de trabajo que sean complejas, resulta agotador para nuestro cerebro. En pocas palabras, no le agrada.

Y esa sensación es proporcional al esfuerzo que realicemos, pues en promedio, las personas que reportaron haber realizado un mayor esfuerzo mental, también reportaron mayores niveles de frustración, estrés e irritación.

Por otro lado y de acuerdo con los investigadores, esto podría explicar por qué tendemos a alejarnos o evitar aquellas actividades que sean mentalmente demandantes, y podría ser una razón detrás del por qué procrastinamos y solemos aplazar o dejar hasta el final el realizar ciertas tareas:

"Esto sugiere que, incluso en situaciones diseñadas para ser atractivas o gratificantes, las personas aún consideran que el esfuerzo es aversivo. Este hallazgo podría ayudarnos a comprender mejor por qué a menudo evitamos tareas que requieren esfuerzo mental, aunque sean importantes o gratificantes a largo plazo", compartió Louise David, una de las autoras del estudio, para PsyPost.

Los investigadores señalan que continuarán estudiando ésto para tratar de entender mejor cómo funciona el cerebro, pero nos dejan con un recordatorio importante: la necesidad de tomar pausas y permitirle a nuestro cerebro descansar y recuperarse tras hacer esfuerzos mentales.

Foto de portada | Nataliya Vaitkevich en Pexels

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