"Gano mucho más que mi marido": cómo gestionar la diferencia de sueldos en la pareja y evitar el divorcio

"Gano mucho más que mi marido": cómo gestionar la diferencia de sueldos en la pareja y evitar el divorcio
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"Gano mucho más que mi marido". Si es tu caso y este tema os supone tensión o conflictos varios, ya sea porque no llegáis a acuerdos o porque la desigualdad genera inseguridades en el otro, en este artículos hablamos sobre cómo gestionar la diferencia de sueldos en la pareja y evitar el divorcio.

Hablamos de una situación que podemos enfocar de tal forma que, en lugar de que la disparidad salarial se convierta en una fuente de conflicto, podamos abordarla como un equipo, buscando soluciones que fortalezcan la relación. ¿Cómo hacerlo? Te presentamos aquí cinco claves.

1) Hablar, hablar y hablar

Imaginemos un escenario donde, en lugar de tener discusiones tensas sobre dinero, decidimos sentarnos con nuestra pareja en un ambiente relajado, quizás con una taza de café caliente entre las manos.

Este espacio nos da la oportunidad de hablar abierta y sinceramente sobre nuestras finanzas. Es un momento para compartir nuestras preocupaciones, sueños y metas financieras. Aquí, la clave es la comunicación honesta y la disposición para escuchar y comprender las perspectivas de ambos.

Se trata de plantear el tema de forma tranquila y de preguntarse mutuamente si esto supone un problema para alguno de los dos; si es así, en qué sentido es un problema, y cómo podemos solucionarlo. ¿Este tema le genera inseguridad o malestar a nuestra pareja? ¿Por qué? Es por la -anticuada y machista- creencia social de que "los hombres son los que tienen que traer el pan a casa?" Fomentemos un ambiente seguro para que comparta cómo se siente.

2) Tener una cuenta para gastos comunes

Algo que también nos puede ayudar a trabajar este tema es abrir una cuenta bancaria conjunta y domiciliar en ella los recibos comunes. Esta es una forma de decir, vale, uno gana más que el otro, pero hay cosas que debemos y podemos pagar conjuntamente, y no pasa nada.

Luego, otros gastos a parte o gastos "extra", donde el otro no llegue, podemos llegar a un acuerdo para pagar nosotros más si podemos (y que en el futuro, si los sueldos cambian, la situación pueda revertirse).

3) Relativizar y pensar en las cosas que aporta el otro más allá del dinero

Otra clave es relativizar y desdramatizar, en la medida de lo posible. Por otro lado, en el día a día frenético, es fácil pasar por alto las numerosas formas en que nuestra pareja contribuye al hogar más allá de su salario.

Desde cuidar de los niños hasta mantener el hogar en orden, desde ofrecer apoyo emocional hasta compartir momentos de alegría y tristeza, estas contribuciones son importantes. Está claro que no todo es el dinero.

Parecen cosas obvias pero, el hecho de reconocer y apreciar estas formas de contribución no monetaria, nos ayuda a construir una buena base para nuestra relación, basada en la gratitud y el respeto mutuo.

4) Trabajando en equipo: recordar y definir los objetivos comunes

Está claro que las diferencias salariales pueden convertirse en una fuente de tensión si no las abordamos adecuadamente. Sin embargo, en lugar de verlas como un obstáculo, podemos transformarlas en una oportunidad para establecer metas económicas compartidas.

Sentémonos con nuestra pareja y exploremos juntos qué queremos lograr en nuestra vida a nivel económico y/o financiero: ¿Estamos ahorrando para un viaje de ensueño? ¿Deseamos comprar una casa?

¿Nos gustaría planificar para el futuro de nuestros hijos? ¿Qué puede aportar cada uno, de forma realista? Al definir estas metas financieras comunes y la forma de abordarlas, creamos un sentido de propósito y dirección en nuestra relación. Nos convertimos en un equipo comprometido en alcanzar esas metas u objetivos conjuntos, sin importar quién gane más dinero.

5) No vale acomodarse

Sin embargo, no siempre todo es tan fácil como hablarlo y arreglarlo. A veces las personas se acomodan porque "el otro gana más" y claro, "ya van haciendo". Pero eso es dañino a la larga y acaba desgastando.

Por eso, si tienes la percepción de que es justamente lo que está ocurriendo con tu pareja, que se ha acomodado/relajado, y que eso afecta a la dinámica económica y familiar, es momento de abordar este tema, aunque sea incómodo. Plantéaselo de forma clara, no evitéis esta conversación. De igual forma, tenéis que actuar como un equipo.

Algo más que la suma de los salarios: la felicidad de la pareja

Claro que el dinero es importante, pero no tanto el hecho de "quién gana más o gana menos", sino más bien cómo gestionamos esas diferencias, identificando qué tipo de conflictos nos pueden suponer y por qué. Y sobre todo, cómo abordarlos.

Sin embargo, también resulta evidente que, una vez todo esto se trabaja, al final del día lo más importante en una relación no es la cantidad de dinero que cada uno aporta, sino cómo trabajamos juntos para construir una vida feliz y satisfactoria, aún y ganando salarios distintos.

Foto | Portada (Serie Sucession, 2018)


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