Tres comportamientos de los padres narcisistas que destrozan la autoestima de sus hijos

El narcisismo es un patrón de personalidad y comportamiento que implica una necesidad constante de buscar la admiración y la aprobación de los demás, fantasías de grandeza, egoísmo y además, una gran dificultad para empatizar y para salirse de uno mismo.

Claro, si pensamos en esta forma de ser aplicada a la crianza... Las consecuencias negativas para los hijos aparecen fácilmente, porque son padres insensibles a las necesidades de sus hijos. Pero, ¿cómo son los padres narcisistas?

El psicólogo estadounidense Mark Travers explica en un artículo de Psychology Today que hay tres comportamientos (o dinámicas) propias de los padres narcisistas que acaban destrozando la autoestima y el desarrollo de sus hijos. Descubre cuáles son.

1) El 'niño de oro' (o niño dorado)

Este comportamiento en realidad es un tipo de dinámica familiar disfuncional. La situación sería la siguiente; un niño es favorecido y amado por sus padres, pero si, y sólo si, se ajusta a las condiciones que se le imponen (es decir, a lo que se espera de él).

Por ejemplo, cuando el "niño de oro" se desempeña bien académicamente, un padre narcisista podría inclinarse a recompensarlo desproporcionadamente y alardear de sus logros ante todos los que lo rodean.

Pero qué ocurre, que un día de repente el niño puede reducir su rendimiento; entonces es cuando el padre narcisista aplica una injustificada o desproporcionada disciplina, o un castigo. Esta dinámica no es fácil de diagnosticar, ya que, desde fuera, puede parecer que el niño está siendo colmado de amor, cuidado y aprecio. Pero desde dentro, lo que ocurre es:

  • El niño puede desarrollar una definición errónea del amor.

Qué ocurre, que cuando el cuidado es condicional, manipulador y explotador, el niño aprende que el coste del amor es nunca defraudar a sus seres queridos bajo ninguna circunstancia. Y esto en realidad es cegarles ante cualquier abuso que puedan enfrentar más adelante en la vida.

  • El niño no logra desarrollar un sentido de sí mismo.

Cuando el padre narcisista convierte al "niño de oro" en una extensión de sí mismo, el niño nunca tiene la oportunidad de explorar su propia individualidad. De esta forma, su personalidad, gustos y opiniones son monitoreados y dictados de cerca por los padres. Rebelarse podría costarles el amor de sus padres, pero obedecer, sin que ellos lo sepan, les cuesta su autonomía, su libre albedrío y la oportunidad de separarse de sus padres.

2) El chivo expiatorio

Película The Shining (1980)

Y luego encontramos una dinámica opuesta a la anterior, que es el chivo expiatorio. Si el niño de oro soporta la presión de ser perfecto, el chivo expiatorio se convierte en el "chivo expiatorio" de cualquier cosa que salga mal en la vida del padre narcisista. En relación a ello, un estudio de 2023 publicado en The Journal Of Psychology, explica cómo el uso de chivos expiatorios narcisistas puede provocar ansiedad y depresión en los niños.

Este chivo expiatorio, además, absorbe las ondas de choque de cualquier conflicto familiar y suele ser objeto del escrutinio y la crítica del narcisista. Por ejemplo, si un hermano se perdió entre la multitud durante una salida, el chivo expiatorio "debe haberse distraído y soltado su mano".

O si el niño ha sido castigado desproporcionadamente por un maestro de escuela, es que "debe haber hecho algo para incurrir en malos tratos". Tal y cómo explica el psicólogo, un chivo expiatorio podría desarrollar uno de los siguientes mecanismos de afrontamiento para sobrevivir al abuso que sufre, los cuales son desadaptativos:

  • Se sale de control. Si el niño se da cuenta del abuso del padre narcisista, puede desarrollar una vena rebelde, adoptando comportamientos imprudentes y peligrosos debido a su mentalidad de "nada que perder" y desarrollar resentimiento hacia sus hermanos que no son tratados tan mal como ellos.
  • Su mundo interior implosiona. Cuando un niño no recibe más que abuso durante un período prolongado, especialmente durante sus primeros años, aprende a internalizarlo. Esto puede conducir a tendencias de baja autoestima, autoaislamiento y autodesprecio.

3) El 'niño perdido'

Finalmente, el tercer comportamiento del padre narcisista tiene que ver con el concepto de 'el niño perdido'. En esta dinámica, el niño perdido es el miembro más invisible de un hogar dirigido por un narcisista. Este niño generalmente recibe poca o ninguna atención por parte del padre narcisista, creciendo sin rumbo debido a la falta de orientación y/o atención.

Por lo general, son niños que están a cargo de su propia educación y que buscan validación, sabiduría y apoyo fuera de su familia. Como rara vez existe un diálogo bidireccional con el niño perdido, es posible que perciba la vida como un viaje en solitario, poniendo en grave peligro sus relaciones en la edad adulta.

Así, el niño perdido se ve forzado a madurar antes de tiempo y a desarrollar una autonomía que no le corresponde por edad, porque sabe que no puede contar con sus padres narcisistas (los cuales además, no actúan como sus referentes; de ahí lo de 'perdido').

Foto | Portada (Película Matilda, 1996)

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