Lo suspendieron por copiar con IA. Sus padres demandarán al instituto porque "perjudican las opciones de su hijo de ingresar en una universidad prestigiosa"

Lo suspendieron por copiar con IA. Sus padres demandarán al instituto porque "perjudican las opciones de su hijo de ingresar en una universidad prestigiosa"
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El uso de la inteligencia artificial (IA) en la educación ha generado intensos debates en los últimos años, pero ahora se suma un nuevo factor a la controversia: los padres litigantes, aquellos que buscan proteger a toda costa las oportunidades académicas de sus hijos, incluso si ello significa cuestionar las normas escolares.

En un reciente caso ocurrido en Massachusetts, unos padres han decidido llevar a los tribunales a un instituto por castigar a su hijo tras ser descubierto utilizando IA para completar una tarea de Historia. En lugar de aceptar el castigo, argumentan que la sanción está poniendo en peligro el futuro académico de su hijo, quien aspira a ingresar en una universidad de élite.

El caso: entre la IA y las expectativas universitarias

La historia empieza cuando Dale y Jennifer Harris, padres de un estudiante de secundaria, presentan una demanda contra el distrito escolar de Hingham, Massachusetts. ¿La razón? Su instituto castigó a su hijo por copiar mediante inteligencia artificial.

En su demanda, los padres alegan que el manual del estudiante no prohibía de forma explícita el uso de IA para completar tareas. Su hijo recibió una calificación de 65 sobre 100 en la tarea y fue castigado con una detención un sábado, medidas que, según la familia, podrían reducir significativamente sus posibilidades de ser aceptado en universidades como Stanford.

La demanda presentada por los Harris va más allá de la simple sanción. En ella, acusan al instituto de llevar a cabo un "proceso destructivo y despiadado" que está socavando el historial académico impecable de su hijo. Para estos padres, el castigo no solo es injusto, sino que amenaza directamente el futuro académico de su hijo, algo que están dispuestos a combatir en los tribunales.

Además, en la demanda aclaran que la IA generativa se utilizó únicamente para investigar la tarea, y no para escribirla.

Padres helicóptero: ¿protección o sobreprotección?

Este caso no es solo un reflejo de los conflictos que surgen en torno al uso de la IA en las aulas, sino que también ilustra un fenómeno más amplio y creciente: el de los padres helicóptero. Estos padres, con la intención de proteger a sus hijos, a menudo acaban interfiriendo en el desarrollo natural de su autonomía y responsabilidad.

En lugar de aceptar que su hijo cometió un error y que la sanción forma parte del aprendizaje, estos padres se indignan ante la idea de que su hijo sea castigado, porque consideran que sus opciones académicas y futuras están en juego.

Este tipo de sobreprotección puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Así, al defender a sus hijos en todas las circunstancias, los padres helicóptero impiden que los jóvenes desarrollen habilidades esenciales como la resiliencia, la responsabilidad y la capacidad para aprender de los errores.

En cierta forma, los Harris están enviando un mensaje claro a su hijo: evitar las consecuencias es más importante que asumir la responsabilidad.

La respuesta del instituto y el papel de la IA en la educación

Por su parte, el distrito escolar de Hingham se ha defendido afirmando que el uso de "tecnología no autorizada" está prohibido en su manual para estudiantes. Además, señalan en una reciente moción de desestimación, que el castigo fue "relativamente indulgente", teniendo en cuenta la gravedad del incidente.

Argumentan que, si se fallara a favor de la familia Harris, se abriría la puerta para que más padres insatisfechos desafíen las sanciones académicas en los tribunales, creando un precedente complicado para las instituciones educativas.

Y es que el uso de la IA en las aulas es un tema que sigue siendo objeto de debate. Mientras algunas escuelas intentan prohibir su uso, otras empiezan a adaptarse lentamente a esta nueva realidad.

La tecnología de IA generativa, como ChatGPT, llegó para quedarse, y aunque su potencial para facilitar el aprendizaje es innegable, también plantea serios retos, dudas y preguntas en términos de integridad académica.

La falta de regulaciones claras a nivel estatal o federal solo complica la situación. En el caso de Massachusetts, aún no existen directrices específicas sobre el uso de IA en las aulas, lo que ha dejado a muchos distritos escolares lidiando con esta nueva tecnología de forma independiente.

Más allá del debate de la IA: la necesidad de aprender de los errores

Lógicamente, este acto que ha hecho el jóven tampoco es descabellado (hay cosas mucho más graves), y se puede entender hasta cierto punto que haya utilizado la tecnología para avanzar más rápido en su trabajo. En realidad, la IA es un complemento, una herramienta más. Sin embargo, el debate va más allá de la IA (ya que esto daría para otro artículo...).

Y es que el caso de los Harris pone de manifiesto una cuestión más amplia: la dificultad de muchos padres para aceptar que sus hijos enfrenten consecuencias por sus acciones.

La idea de que un castigo, aunque sea merecido o coherente, pueda afectar las "opciones de futuro" de un joven es un temor que mueve a muchos padres a actuar de manera desmedida. Pero aquí es importante recordar que el verdadero aprendizaje no reside solo en obtener buenas notas, o en ser aceptado en una universidad de prestigio.

Los jóvenes necesitan aprender a enfrentarse a las consecuencias de sus actos y desarrollar la capacidad de superarlas. Si les negamos esta oportunidad, corremos el riesgo de criar a una generación que no esté preparada para los problemas del mundo real.

Foto | Portada (Freepik)

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