La diarrea aguda consiste en un aumento en el número de deposiciones y/o una disminución en su consistencia, que sobreviene rápidamente. Se puede acompañar de síntomas como nauseas, vómitos, fiebre o dolor abdominal. La causa más frecuente es la infección gastrointestinal, que produce una gastroenteritis o inflamación de la mucosa gástrica e intestinal.
Debido a ello, el término "diarrea aguda" se emplea prácticamente como sinónimo de gastroenteritis aguda de causa infecciosa. En el caso de bebés y niños, ante un cuadro de este tipo hay que acudir a los servicios médicos para que el especialista haga el diagnóstico adecuado y establezca el tratamiento más conveniente, según la gravedad de la diarrea.
En la mayoría de los casos sólo es necesaria una valoración del niño mediante una adecuada historia clínica y una cuidadosa exploración física para establecer las indicaciones pertinentes.
Como hemos comentado en otras ocasiones, la gravedad de la diarrea está en relación con el grado de deshidratación, que es el mayor peligro que entraña (y más cuanto menor es el niño), por lo que es fundamental una valoración lo más exacta posible de ésta, para evitar el retraso en el tratamiento y las intervenciones innecesarias.
Según la evidencia científica existente, las recomendaciones de actuación de la Asociación Española de Pediatría en nuestro medio frente a niños menores de cinco años con un cuadro de diarrea aguda, sin enfermedades de base, serían:
Rehidratación oral durante tres-cuatro horas en niños con deshidratación leve-moderada, seguida de una reintroducción rápida de la alimentación habitual junto con suplementos de solución rehidratante para compensar las pérdidas mantenidas.
En los niños con diarrea sin deshidratación se aconseja el mantenimiento de la alimentación habitual, asegurando suplementos de solución rehidratante para compensar pérdidas mantenidas.
Mantenimiento de la lactancia materna en todos los casos.
No utilización, en la mayoría de los niños, de una leche sin lactosa o de un hidrolizado de proteínas de leche de vaca.
En general, no es necesario el uso de agentes farmacológicos para el tratamiento de la diarrea aguda (se considera la eficacia del racecadotrilo en el tratamiento sintomático de la diarrea, siempre asociado a la rehidratación oral, así como en determinados casos del ondansetron; antibioterapia en casos muy concretos).
Hemos de recordar que estos consejos están dirigidos a los especialistas médicos y no debemos ponerlos en práctica sin su supervisión, pues ante un cuadro de diarrea aguda en el bebé o en el niño hay que acudir al pediatra. El especialista establecerá, una vez examinado el pequeño, cómo actuar ante la gastroenteritis.
Vía | Aeped Foto | Chefranden en Flickr En Bebés y más | Diarrea: el peligro de la deshidratación, La mejor alimentación si hay gastroenteritis