Las diez prácticas de crianza más controvertidas: los métodos para dormir

Yo nunca había oído hablar de “métodos” hasta que una amiga nos preguntó, con nuestra primera hija recién nacida, cuándo empezaríamos a “aplicar el método”. Fue la primera vez que escuché hablar de Estivill, y no daba crédito ni a sus propuestas ni a que alguien planeara llevarlas a cabo con su bebé así de buenas y primeras, sin ni siquiera saber cómo dormía, como un “plan de crianza”.

El sueño de los bebés es un tema que suscita mucha preocupación en los padres. Si nosotros tuviéramos la facilidad para adaptarnos a su ritmo, no sería un problema. Pero los bebés no duermen como los adultos, y a pesar de ser algo normal, eso puede suponer un trastorno para aquellos que necesitan estar descansados y a los que les puede el agotamiento.

Todos necesitamos descansar, y si a la falta de sueño se unen los llantos, los padres pueden llegar a intentar buscar una solución donde no hay un problema. Es ahí donde entran en juego los famosos “métodos”, que hay para todos los gustos, aunque en realidad se reduzcan a dos tendencias o “técnicas”.

Hay dos corrientes claras respecto al sueño, la que defiende el Dr. Sears, cuyos máximos exponentes en España serían Carlos González y Rosa Jové y la que defiende el Dr. Ferber, cuyo método ha sido adaptado aquí por el Dr. Estivill. También hay métodos intermedios, como el propuesto por Tracy Hogg, una alternativa a Estivill de la que os hablamos ampliamente.

Muchos padres señalan que el método Estivill les ha dado bueno resultados como hemos comprobado en los comentarios a algunos posts en los que ha surgido un interesante debate entre seguidores y detractores del famoso método.

La polémica está servida. A aquellos que les ha funcionado señalan que el niño no sufre, y sus detractores llegan a indicar que tendrán daños irreversibles.

En realidad, como hemos apuntado más arriba, el método Estivill se basa en otro anterior que también suscitó polémica en Estados Unidos, el método Ferber. Parece ser que más recientemente Richard Ferber ha declarado que sus técnicas se han de aplicar sólo a aquellos bebés que no pueden dormirse sin ser arrullados.

Pero ambos (y sus derivados) carecen de base científica y por lo poco que he leído de Estivill se basa en una tabla de tiempos entre los llantos del bebé e ir a atenderlos (sin cogerlos en brazos; ¡hasta dónde llega el tema del “malacostumbramiento”!).

Hay alternativas al método Estivill. Tan sencillas como acompañar al bebé, atenderle en su llanto y hacer acopio de paciencia. En el otro extremo de lo que promueve el método Estivill tenemos las teorías de Rosa Jové y su “Dormir sin lágrimas”, o autoras como Sheila Kitzinger, con un enfoque más comprensivo, empático y cariñoso, de las que también os hemos hablado ampliamente en el blog.

Los bebés saben dormir

Autores como Ferber o Estivill señalan que los bebés aprenden a dormir mediante determinados hábitos. En realidad, a los bebés no hay que enseñarles a dormir, ellos ya duermen en el útero materno.

Pero su tránsito al mundo exterior es duro, reciben muchos estímulos, todo es nuevo para ellos y no saben distinguir el día de la noche. A eso se le suma la necesidad de alimentarse a menudo o de estar cerca de un cuidador para asegurar la supervivencia.

Todo hace que los bebés se despierten bastante a menudo durante los primeros meses, y la mayoría durante mucho tiempo más. Y es normal, incluso saludable.

Muchos padres y expertos en crianza creen que está mal el dejar a un niño pequeño solo llorando, incluso durante unos pocos minutos. Los partidarios del sueño “sin lloros” consideran que el enfoque conductista es perjudicial para los niños y consideran que puede dañar su sentido de seguridad en el mundo y provocarle daños emocionales. Algunos expertos en psicopedagogía aseguran que la técnica puede traumatizarlos.

Tal vez no sea demasiado consciente de la desesperación a la que pueden llegar unos padres por el cansancio de no dormir. Ya he contado alguna vez que mis hijas han dormido toda la noche alrededor de los cuatro meses. Pero antes de eso las noches no eran nada idílicas, pero nunca, nunca me acordé de aquella pregunta que nos hicieron de recién nacidas, “¿Cuándo vais a empezar a aplicar el método?”.

Considero que los bebés no se encasillan en ningún manual de instrucciones y que necesitamos mucho amor, atención, tiempo y paciencia para encontrar la mejor “solución” para nuestros hijos y para toda la familia.

No sé si habrá daños emocionales irreversibles en los bebés que “aprenden” a dormir con métodos conductistas del tipo de los señalados.

Pero si tengo que posicionarme en un lado de este debate respecto a los métodos para dormir, claramente lo hago en el que cree que a nadie le gusta llorar, que los bebés no lloran porque quieren ni entienden de chantajes, y que se sienten mejor si les acompañamos, cuidamos y cogemos cuando lloran.

Las diez prácticas de crianza más controvertidas

  • El cachete
  • El colecho
  • La lactancia materna
  • La operación pañal
  • La lactancia materna prolongada
  • Fotos | Augustudios, CaraFreckles en Flickr
    En Bebés y más | ¿Cuándo duermen los bebés toda la noche?, El Dr. Estivill evitó seguir su método con su nieto (y consigo mismo), No sólo del método Estivill duerme el niño, Lo que el Dr. Estivill debería explicar (si fuera sincero), El método para dormir de Tracy Hogg: una alternativa a Estivill

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