Una reacción curiosa que hemos podido contemplar es la de una niña de dos añitos que se llama Julia. Nos visitaron unos amigos (los papás de Julia), tras un buen rato de conversación surgió un tema con el que en un principio nos reímos todos, pero en realidad es un problema a solucionar, al parecer, cada vez que nuestros amigos se prodigan gestos de amor y cariño, Julia se pone a gritar y casi a llorar, impidiendo que ambos progenitores puedan darse un beso o un abrazo.
Nos hicieron una demostración en directo, la pequeña no tenía reparo alguno a mostrar su enfado a pesar de que nosotros estuviéramos delante. Sus padres nos explicaron que esta actitud era bastante normal, según las consultas que ellos realizaron, los niños pequeños en ocasiones suelen querer acaparar para sí mismos a uno de los progenitores y en ocasiones resultan muy efusivos. Por norma general es el progenitor del sexo contrario el que recibe toda la atención del hijo. Los padres siguen los consejos que les han proporcionado los especialistas, deben hacer comprender a la niña que no existe la exclusividad y que no se puede "dejar de lado" a uno de los progenitores, deben ser tratados por igual.
Las muestras de cariño entre los papás serán finalmente aceptadas por Julia, en ningún caso se deben esconder, en lugar de ello, es necesario hacer partícipe a la niña y sobre todo, no darle ningún motivo con el que ella pueda creer que interfiere en la relación de ambos.
Las reacciones de los niños pequeños siempre sorprenden, en este caso esperamos que la situación se resuelva rápidamente y se terminen las protestas y enfados de la pequeña Julia.