Los parques de bolas o el ocio infantil enlatado

Los parques de bolas o el ocio infantil enlatado
11 comentarios

Una de las propuestas de ocio que más ha crecido en los últimos años los los parques de bolas, que se multiplican en centros comerciales, en restaurantes o en locales independientes para disfrute de los niños y desembolsos de los mayores.

Porque, como es lógico, divertirse en el parque de bolas no es gratis, y no digamos si se acompaña de una celebración de cumpleaños. Y si los parques de bolas hubieran sido la revolución en cuanto a entretenimiento se refiere, no tendría nada que añadir. Pero los niños no se divierten más en estos sitios.

Los niños disfrutan en un parque, en el campo, en una casa, con sus juegos, sus manualidades, sus deportes… y si los mayores les organizamos una fiesta, un concurso, carreras o cualquier juego tradicional, el disfrute es el doble.

Porque en definitiva, ¿qué hacen en el parque de bolas? Sudar y cansarse mucho, subir y bajar, una actividad física que es buena, y que les divierte, pero que no les da oportunidad de jugar de otras maneras, ni tan siquiera de hablar con los padres (que no están junto a ellos) y a duras penas con sus amigos o los otros niños, pues suele haber bastante jaleo.

Y también está el tema del lanzamiento de bolas, que puede llegar a ser peligroso, u otros riesgos como los derivados de la diferencia de edades entre unos niños y otros o la ausencia de vigilancia. Además todo esto se da en un espacio reducido, acotado, acristalado o con redes, y con posibilidades limitadas. Un entretenimiento enlatado.

Creo que los niños con quienes mejor se lo pasan es con sus padres, cuando jugamos juntos. Y en el parque de bolas no solemos entrar los papás…

Pero eso es precisamente lo que buscan muchos progenitores en este lugar: que sus hijos jueguen junto a ellos de manera más o menos segura (no diría controlada) y tener tiempo para ellos, para su café, su charla… una manera de “desconectar” (o de “seguir desconectados”, según los casos).

Cumpleaños bolas

Cumpleaños en el parque de bolas

Hoy las casas son pequeñas, los bares no quieren niños, parece que hay que invitar a toda la clase al cumpleaños… ¿y dónde meter tanta gente para una celebración? En el parque de bolas, no hay otra opción, al menos que alguna de las condiciones anteriores no se cumpla.

Si tienes una casa grande (o alguien te la deja), si tienes un bar amigo de los niños o no vas a invitar a toda la clase de tu hijo, es más fácil organizar la fiesta sin recurrir a los parques de bolas. Y pasárselo en grande con los pequeños.

Probablemente tendremos menús más sanos, y la fiesta saldrá más barata. No habrá piscina de bolas o toboganes, pero podemos inventar nuestros propios laberintos, jugar al escondite, hacer pompas de jabón o saltar a la comba. Los juegos tradicionales, sanos, divertidos y gratis.

Podemos contar un cuento, hacer una búsqueda del tesoro, pintarnos las caras, cantar canciones, colorear dibujos, organizar una carrera de sacos, disfrazarnos… Los niños pueden hablar entre ellos y con nosotros. ¿Cuántas de estas actividades se pueden realizar en el parque de bolas?

Sin duda este tipo de fiesta será más cansada para los mayores, pero más gratificante. Porque al final, los niños habrán pasado un tiempo inolvidable con nosotros (y no junto a nosotros, mirándolos mucho o poco desde la distancia).

Yo reniego de los parques de bolas, aunque entiendo que sea una solución para muchas familias en el tema del cumpleaños. Y aunque haya ido en más de una ocasión porque nos han invitado o porque el grupo (de otros papás con niños, claro) quería quedar allí para juntarnos. Y he visto cómo disfrutaban mis hijas, aunque no más que en muchas otras situaciones sin piscina de bolas.

Si pudiéramos elegir disfrute y alegría de nuestros hijos en un lugar de pago o uno gratis, ¿con qué nos quedaríamos? Dogo yo que con el gratis, ¿no? Pero el entorno, la sociedad, el trabajo, las prisas, los convencionalismos… en ocasiones no nos dejan elegir, o no nos dejan ver que podemos elegir.

Si nuestros pueblos y sobre todo nuestras ciudades no fueran hostiles a los niños estos jugarían más en la calle, tendrían sus espacios para disfrutar al aire libre. El invierno no es excusa, porque también habría más espacios cubiertos de ocio, gratuitos, que combinaran el entretenimiento saludable y educativo, que permitieran organizar las fiestas infantiles…

Tal vez un mundo idílico, el de las ciudades amigas de los niños. Un mundo idílico que no me gustaría que olvidáramos, que no me gustaría que dejáramos de buscar en uno u otro sentido. ¿Qué lugar ocuparían los parques de bolas en ese mundo idílico de ciudades amigas de los niños? Pues sin duda uno no tan relevante como el que ocupa en la actualidad.

Fotos | Eva Paris en Bebés y más y Buscavientos en Flickr
En Bebés y más | Los juegos de toda la vida, La irresistible atracción por las piscinas de bolas, Fiestas infantiles en casa

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Comentarios cerrados
    • interesante

      Ja,ja me he tenido que reirme porque al mismo salir la foto con las bolas, mi hijo me dice:¡mamá quiero irrrr! A ver, siempre que escribes una entrada estoy de acuerdo contigo, pero vamos no veo nada infernal en el parque de las bolas. Supongo que si fueras todas las semanas y lo único con lo que se divierten tus hijos es de esta manera, pues como todo no sería sano. También te digo, que de casi tres años que tiene mi hijo solo hemos hido una vez y eso hace dos meses, a él le encantó se lo pasó pipa, aunque a nosotros si nos dejaban entrar, nos daba miedo dejarlo solo, siempre estabamos su padre o yo. Pero para ser sincero su lugar favorito es el campo de los abuelos, donde puede correr, jugar, saltar e investigar. Saludos

    • interesante

      El sabado estuve en un cumpleaños en uno de esos "malignos" lugares llamados parque de bolas y estoy totalmente en desacuerdo contigo. Y menos si la alternativa es un sitio totalmente contrario a un niño como es un bar.

      Estuvo haciendo ejercicio, interactuaba con otros niños (primero con los que mas conocia y conforme avanzaba la tarde con todos), un rato en un circuito de recinto de bolas persiguiendose entre ellos, otro en un castillo hinchable saltando, otro con una madre que se llevo pintura de cara y se la pinto a todos los que quisieron, otro con un juego que habia alli similar al twister, otro en una casita de plastico donde montaron su propia cafeteria.

      Y todo esto sin perder el contacto con los padres que estabamos a cinco metros y sin barreras mediante.

      No soy capaz de ver la mas minima pega a que acuda a un sitio de estos las cuatro o cinco veces al año que tiene un cumpleaños. ¿Lo peor? Demasiadas chuches, pero es no es culpa suya sino de algunos padres que no saben administrarselas.

      salu2

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    • Avatar de andraax Respondiendo a andraax

      Hola! Muchas gracias por tu comentario, veo q tenemos experiencias diferentes en esos parques :) Imagino q tb dependerá del sitio en concreto... Lo de las chuches... sí, totalmente de acuerdo.

      Un saludo!

    • interesante

      Pues mis recuerdos de cuando yo era una niña pequeña son que me encantaba ir a los parques de bolas. Me encantaba jugar con mis padres, con mis amigas, pero de vez en cuando ir al parque de bolas me fascinaba.. además alli iba con mis amigas y si que jugabamos juntas a diversos juegos, es más, recuerdo que cada vez que iba, como había niñ@s nuevos, hacía amigos nuevos. Creo que no es malo si no es en exeso. Como todo.

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    • Avatar de flopys1990 Respondiendo a flopys1990

      Estamos de acuerdo!! Yo no tengo esos recuerdos porq en mi época no existían :)

      Saludos y gracias por tu comentario!

    • Para empezar, pienso que no todos los parques de bolas son iguales, los hay donde los monitores se preocupan exclusivamente de que las bolas no se salgan del sitio y otros donde los niños tienen más espacio y autonomía para ir jugando. Como todo, tienen sus defectos, pero a mí me parecen una buena opción por ejemplo para que "salvajeen" un rato cuando llueve y no hace tiempo de parque o para celebrar un cumpleaños (mi hijo mayor cumple 7 dentro de unos meses y tiene clarísimo que quiere celebrarlo en un parque de bolas) si en casa no hay espacio suficiente.

    • Justo fuimos el viernes pasado con mi hija por primera vez, tiene 26 meses y lo pidió ella al verlo en un video. A pesar de que podíamos entrar los padres y de que elegimos un sitio con niveles de edades para entrar, se lo pasó mucho mejor al día siguiente en un parque con casita y puente de madera, con columpios y toboganes que en la piscina de bolas. Además tengo que añadir que mi hija, que nunca ha ido a a guardería, le gusta acercarse a otros niños, pero en las bolas, los niños que estaban solos, defendían su terreno, era como si se sintieran atacados y, claro, no estaban los padres para decirles nada.

    • Estoy completamente de acuerdo con lo que has escrito. Naturalmente mi hijo se lo pasa bien allí, pero la verdad, después de media hora ahí, qué? No le aporta nada, casi no habla con los otros y para los padres es la excusa perfecta para tomarse el cafelito dejando a los leones en la jaula. Prefiero pasar el cumple de mi hijo en el campo o jugando a fútbol con otros ninos para después merendar todos juntos que en esas jaulas.

    • Hola!

      Pues yo creo que es cuestión de edades, recuerdo perfectamente que celebré mi 10º cumpleaños en un parque de bolas de estos. En mi opinión es una edad en la que si estás con tus amigos, "pasas" bastante de los padres. Es un tiempo en el que todavía no sales con los amigos y no les ves fuera del colegio, en la que las actividades que haces con ellos se reducen al patio y a las clases, así que disfrutas un extra sólo por verles en un ambiente diferente. Y si encima ese ambiente te proporciona miles de actividades diferentes, toboganes gigantes, futbolines con muñecos hinchables en el que pasas a ser un muñeco, enormes campos de bolas, yincanas diversas (trepar, saltar sin caerte, escalar...), me parece el sitio ideal. Y más, si como yo, cumples los años en invierno.

      En cuanto a la comida, si no recuerdo mal, había panchitos y patatas fritas, pero también mini bocadillos de jamón cocido, chorizo y queso. Casi me llevé un disgusto con la tarta, que era cubierta de chocolate (desde que en Disneyland Paris me empaché con un batido de tripe chocolate y pasé 3 días mala, no soporto los postres de chocolate), al final resultó ser sólo la cobertura, porque el interior era de plumcake con banana y manzana.

      Resumiendo, no creo que sea comparable llevar a un bebé de 3 años a llevar a uno de 8-10, creo que tendrías que hacer esa diferencia antes de demonizar estos sitios. :)

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    • Avatar de noa.ortiz Respondiendo a noa.ortiz

      Hola Tulipe, muchas gracias por tu comentario!! Que no demonizo, ¿eh? Solo es una opinión :) De todas formas, respecto a diferenciar la edad, pues como en el blog hablamos de niños hasta los 5-6 años, pues a esas edades me refiero, imagino q con los más mayorcitos es diferente.

      Un saludo!

    • Hola, Yo llevé a mi hijo hace poco tiempo a un parquecito en Colmenar Viejo que me encantó, no es muy grande pero me dio muchísima seguridad. Se llama Ocio Park por si quereis visitarlo, recomendado 100%

      Un Saludo ;)

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