La pedagogía Waldorf fue fundada en 1919 por Rudolf Steiner y desde entonces existen cientos de escuelas que siguen esta metodología en todo el mundo. Christopher Clouder es el presidente de la Federación de Escuelas Waldorf y fue entrevistado hace dos años en La Vanguardia.
La idea fundamental es que la educación debe respetar y apoyar el desarrollo fisiológico, psíquico y espiritual del niño. Para conseguir un buen desarrollo intelectual debe existir una base emocional sólida.
La enseñanza se divide en septenios (ciclos de siete años), siendo el primero el comprendido entre los 0 y los 6 años. Clouder comenta que en esta etapa el aprendizaje viene a través del juego. Los objetivos se centran en estimular los sentidos y la imaginación y en fortalecer la voluntad de cada niño.
Los niños necesitan sentirse arropados y seguros para poder desarrollar sus virtudes: "Cuando ellos saben que los adultos a su alrededor respetan esos talentos, pueden hacerlos florecer", comenta. Lo más importante en esas edades es que los niños sean niños: "Hay mucho tiempo para ser adulto y muy poco para ser niño". Esto quiere decir que juegan y aprenden con el movimiento, dejando un poco de lado la típica disposición de las escuelas tradicionales en que los niños aprenden sentados en una silla.
Si en esta etapa prima el juego sobre todas las cosas muchos padres y lectores se preguntarán: "¿Y cuándo estudian?". La respuesta es que lo hacen a partir del segundo septenio, es decir, en el primer período no les enseñan a leer ni a escribir aunque eso no quiere decir que se desatienda esta faceta: "A través del juego se les dan las capacidades del lenguaje para que en la siguiente etapa aprendan rápidamente a leer y escribir. Lo fundamental es que perciban que aprender es una experiencia alegre, así pasan a la segunda etapa con muchas ganas de aprender."
Desde la pedagogía Waldorf tratan de permitir que los niños tengan desafíos en la educación desde una perspectiva integral. Tan importante es el qué se aprende como el cómo se aprende y por eso otorgan especial importancia al crecimiento personal y al establecimiento de un buen grado de empatía.
Para que los niños sean felices y para que se establezca un clima de cooperación y de sentimiento de grupo formado por personas de igual valía cada "niño debe competir consigo mismo, no con sus compañeros, esa educación emocional les da seguridad y capacidad de colaboración."
Clouder habla también de un problema acuciante en la infancia actual como es la hiperactividad y/o el déficit de atención y lo achaca a que "convertimos a los niños en consumistas. El consumo, por definición, nunca se satisface, siempre hay algo mejor, y los niños son muy vulnerables a eso" y a que tienen "demasiadas obligaciones. La tensión de medirse con los otros y la que soportan por un suspenso es un drama en su vida".
En referencia al importantísimo papel de los padres en la educación de nuestros hijos comenta que "ser padre hoy día es difícil, porque la extensión de la familia tradicional se ha perdido y con ella la diversidad de modelos. También han perdido el contacto con la naturaleza, que es muy nutritiva para ellos. Mi consejo sería que los padres sean conscientes de que sus hijos necesitan naturaleza y tiempo, porque la palabra que más oyen es corre. Einstein decía que si quieres que tu hijo sea sabio, cuéntale historias; y si quieres que sea más sabio todavía, cuéntale más historias. Cuéntenles a los niños historias cada día, cuentos y más cuentos de hadas".
Nuestro hijo empieza el colegio dentro de 8 meses y andamos enfrascados en la difícil elección de un colegio que nos guste para él. En plena preocupación pienso: "¿Por qué no habrá una escuela así donde vivo?"
La filosofía de trabajo de las escuelas Waldorf se asemeja bastante a la empleada en Finlandia, de la que ya hablamos en Bebés y más. No aprenden a leer ni a escribir hasta los siete años y si a algún niño le cuesta le permiten empezar a hacerlo incluso a los ocho. Puede resultar paradójico, pero los finlandeses son los que mejores resultados académicos obtienen según el informe Pisa (España está en el puesto 35 de los 57 países participantes).
El objetivo de ambas es que los niños crezcan los primeros años sentando unas bases emocionales sólidas que hagan crecer el amor por uno mismo y por los demás.
Más adelante, una vez se dan cuenta de su importancia como personas y como seres individuales (autoestima y confianza en sí mismos) comienzan a aprender, de esta manera empiezan a leer cuando son capaces de entender lo que leen y más importante aún, cuando tienen el interés y la curiosidad de hacerlo.
Vía | El blog alternativo Más información | Asociación de Centros Educativos Waldorf, Centro de Formación de Pedagogía Waldorf Foto | Flickr (SergioDJT) En Bebés y más | La felicidad y el amor como base de la educación, Educación Montessori, Espacio para crecer: La Serrada, Entrevista a Xavi Alá, socio fundador de la Asociación para la Libre Educación