Tener un bebé puede resultar agotador. De hecho. está estudiado que los padres pierden muchas horas de sueño el primer año de vida de su bebé. Y, si damos lactancia materna, este cansancio puede recaer más sobre la madre, que es la encargada de alimentar al bebé durante la noche.
Por eso, algunas mujeres deciden que su pareja dé un biberón a su bebé en alguna de las tomas nocturnas de manera que ellas puedan descansar unas horas seguidas. Sin embargo, esto puede no ser buena idea durante las primeras semanas de vida del bebé.
¿Cómo se regula la producción de leche materna?
La producción de leche materna tiene, entre otros, dos mecanismos reguladores fundamentales.
El primero es la prolactina, la hormona encargada por excelencia de la lactancia materna. Su nombre indica su acción: estimular la lactancia materna. Es secretada por la hipófisis (en el cerebro) y tiene unos niveles máximos tras el parto. Su secreción aumenta y disminuye en función de la frecuencia, duración e intensidad de la estimulación del pezón. Cada vez que el bebé mama, los niveles de prolactina aumentan mucho (alcanzando un máximo a los 45 minutos y disminuyendo después), estimulando la producción de leche materna. Cuantas más veces mame un bebé, mayores serán los niveles de prolactina.
Además, la secreción de prolactina sigue un ritmo circadiano, siendo sus niveles más altos durante la noche.
El segundo mecanismo importante es el FIL, factor inhibidor de la lactancia. Se trata de una proteína que se encuentra en la leche materna. Si está presente, inhibe la producción de leche. Así, si el bebé no vacía un pecho, habrá mucho FIL y por la tanto, no se producirá más leche. Si, por el contrario, el pecho se vacía, desaparecerá la FIL y se producirá más leche.
La "leche nocturna" es diferente
La leche materna tiene algunas propiedades que parecen casi mágicas. Una de ellas es que cambia su composición en función de las necesidades. Así, la leche de los primeros 2-3 días de vida (llamada calostro) tiene una composición diferente a la de la leche madura. De igual manera, la leche de madres que han dado a luz a bebés prematuros es diferente de la leche de madres cuyo embarazo ha llegado a término. Y también cambia su composición durante la toma y en función del momento del día. Así, la leche que secretan las madres durante la noche contiene melatonina, hormona implicada en el ritmo circadiano. Sus niveles son indetectables durante el día y aumentan por la noche, hasta un pico máximo a las 3 am. La leche materna durante la noche también tiene mayor contenido en triptófano (precursor de la melatonina), prolactina y algunos nucleótidos que pueden funcionar como inductores del sueño.
Además, las madres que dan el pecho concilian mejor el sueño y parecen dormir más profundo. Este efecto podría explicarse por los niveles más altos de prolactina durante la noche.
¿Por qué no es buena idea suprimir tomas de pecho durante la noche?
Con todo lo visto hasta ahora, probablemente ya sepamos que las tomas nocturnas son fundamentales para el correcto establecimiento de la lactancia materna, al menos durante las primeras semanas y meses.
Eliminar alguna toma de la noche (y sustituirla por un biberón que administre otro cuidador) durante las primeras semanas o meses postparto puede interferir con sistema de oferta-demanda que regula el pecho y afectar a la producción de leche materna:
- A menor succión, menores niveles de prolactina y menor estímulo para la síntesis de leche materna. Los recién nacidos necesitan realizar 8-12 tomas al día para un correcto establecimiento de la lactancia materna. Además ya hemos visto que la prolactina tiene ritmo circadiano y sus niveles son más altos por la noche.
- A menor succión, pechos más llenos y más cantidad de FIL, señal para que se inhiba la producción de leche.
- Además, si pasamos muchas horas sin dar el pecho podemos sufrir ingurgitación, obstrucciones e incluso mastitis. Esto sucedería también si pasamos muchas horas sin dar el pecho durante el día; sin embargo, por la noche el riesgo es mayor ya que al estar dormidas podemos sentir menos el malestar y percatarnos más tarde de la ingurgitación.
Por otro lado, las tomas nocturnas ayudan al establecimiento del ritmo circadiano pues, como hemos visto, la composición de la leche varía según el momento del día. Los recién nacidos no distinguen día de noche; duermen siestas a lo largo de las 24 horas indistintamente y, es hacia los 3-6 meses de edad, cuando adquieren su ritmo circadiano. La melatonina es una hormona inductora del sueño que se secreta de forma natural por la noche (con la oscuridad). Se ha comprobado en diferentes estudios que la leche materna que secretamos por la noche contiene melatonina; además, estas cantidades son superiores en el calostro y van disminuyendo según crece el bebé (cuando él adquiere ritmo circadiano).
Tendemos a pensar que los bebés que toman biberón duermen mejor; sin embargo, los estudios demuestran que, aunque los bebés que maman tienen más despertares, la duración total del sueño no se ve afectada. En cuanto a las madres que amamantan, según algunos estudios podrían incluso dormir más que aquellas que dan el biberón o tienen lactancia mixta,
Por último, la lactancia materna tiene una ventaja fundamental en relación al sueño y es que protege al bebé frente a la muerte súbita del lactante.
¿Qué hacer entonces para descansar mejor?
Los primeros meses del bebé pueden ser agotadores, así que os propongo algunas ideas para descansar mejor:
- Dormir cuando el bebé duerme. Debemos aprovechar cualquiera de sus siestas para descansar nosotras también. Los recién nacidos no distinguen día de noche así que hacen siestas y comen cada pocas horas independientemente del momento del día; por eso, ya que no vamos a dormir del tirón por las noches, debemos aprovechar las siestas diurnas para recuperarnos.
- Tener al bebé cerca. Es más fácil atender los despertares del bebé si lo tenemos cerca: cuna en nuestra habitación, cuna colecho o colecho seguro son buenas soluciones para no desaprovechar ni un minuto de sueño por la noche.
- Delegar todas las tareas posibles. Siempre que podamos, conviene delegar todas las tareas que podamos: tareas del hogar, cocinar... y centrarnos en la lactancia del bebé y en recuperarnos.
- Establecer rutinas. Hemos comentado que los recién nacidos no tienen ritmo circadiano y lo adquieren hacia los 3-6 meses. Aunque los primeros 2-3 meses de edad sea irrelevante, sí es recomendable a partir de entonces establecer rutinas que les ayuden a conciliar el sueño; por ejemplo: baño, masaje, toma y a dormir.
¿Y si quiero que la pareja le dé alguna toma?
Hay madres que deciden delegar alguna de las tomas a la pareja u otro cuidador para descansar. En este caso, puede darse una toma de leche materna previamente extraída (seguiríamos haciendo lactancia materna exclusiva) o de fórmula (hablamos entonces de lactancia mixta).
En este caso, os recomiendo:
- Tratar de evitarlo los primeros días de vida, para lograr que la lactancia materna se establezca, mitigar la subida de la leche y evitar ingurgitaciones. Es fundamental en esta etapa que la lactancia materna sea frecuente y a demanda. Si queremos sustituir alguna toma, es preferible que lo hagamos durante el día.
- Si no damos la toma y tampoco nos extraemos leche, debemos vigilar síntomas de ingurgitación mamaria; al no vaciar el pecho en varias horas, éste puede ponerse duro y doloroso. Esta congestión puede hacer que al bebé le cueste engancharse posteriormente. Podemos extraernos manualmente un poco de leche antes de la toma, darnos un masaje o realizar presión inversa suavizante para facilitar la succión.
- Disfrutar la lactancia. Cada mujer y cada familia tiene sus circunstancias. Si creéis que para disfrutar la lactancia necesitáis delegar algunas tomas, hacedlo así. Siempre aporta más beneficios una lactancia mixta que dar fórmula exclusivamente.
El destete nocturno
En este caso, hablamos de algo diferente. Se trata de eliminar todas las tomas durante la noche y mantener las del día. A veces se hace como un primer paso previo al destete completo y otras para tratar de mejorar el descanso nocturno, ya que muchos bebés y niños pequeños succionan el pecho para conciliar el sueño y lo reclaman de nuevo en los despertares.
Para destetar durante la noche se recomienda que el bebé tenga al menos 12 o 18 meses de edad, ya que muchos bebés menores siguen necesitando alguna o algunas tomas por la noche.