Muchas veces nos quedamos en casa cuando llegan los días fríos con la excusa de que nuestros niños tienen que estar siempre calentitos. Pero el mal tiempo nunca fue una razón de peso para no salir a la calle para las familias que viven en los países nórdicos donde las temperaturas pueden llegar a alcanzar los quince grados bajo cero. Siendo fieles a un dicho escandinavo que reza así: "No hay mal tiempo, solo mala ropa" te animamos a salir de excursión con tus pequeños hasta en los días más gélidos, siguiendo estos consejos para protegerlos.
Ropa adecuada, coche preparado
Si tienes un recién nacido, la regla general para vestirlo será la de ponerle una capa más que tú. Abrigar a un bebé siempre ha sido una tarea delicada puesto que tenemos miedo de que pasen frío por aquello de que apenas se mueven y, por tanto, no generan calor. Si bien es cierto que al ir metidos dentro de su cochecito están protegidos de algunos agentes meteorológicos como el viento y la lluvia, gracias a los complementos ideados para afrontar los meses más invernales, también estarán protegidos del frío y podrán disfrutar del aire y de la naturaleza.
La silla Urban de Chicco, por ejemplo, dispone de un pack Winter Edition compuesto por un cubremanos, que puede ser colocado tanto en el manillar de los padres como en la barrera de los niños, un suave cubrepiernas forrado de ecopiel que sirve tanto para la opción capazo como para la opción silla de paseo, un reductor reversible y un kit confort de hombreras y cubrepiernas acolchadas y suaves con los que tendrás asegurados la comodidad y el confort.
Y como padre previsor vale por dos, lleva siempre en el bolso de tu bebé una mantita y ropa más abrigada por si fuera necesario hacer uso de ella.
Eso sí, tan importante es llevar a tu bebé bien abrigado para que no pase frío como el no llevarlo con ropa de más. Aplica la lógica para abrigarlo de manera adecuada. Si sale el sol, quítale la mantita y ten cuidado con el efecto invernadero que produce la burbuja de plástico (que usamos para resguardarle de la lluvia y en los días de mucho viento). La mejor manera de saber si tu bebé tiene frío o calor es tocándole la frente o el cuello y comprobar si está húmedo, caliente o frío.
Prevén resfriados gracias a la alimentación
El sistema inmunológico de un niño es mucho más débil que el de un adulto. Mientras que un adulto puede experimentar un máximo de cuatro resfriados al año, un niño puede llegar a tener hasta 10 episodios anuales, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR). Por eso, a la hora de programar una salida cuando la temperatura no acompaña, igual de importante es saber vestir a tu hijo con la ropa de abrigo adecuada como ayudarle a fortalecer su sistema inmunológico a través de una alimentación sana y equilibrada.
Si tu bebé está en período de lactancia has de saber que la mejor manera de fortalecer sus defensas es a través de la leche materna, puesto que esta tiene en su composición todos los nutrientes y vitaminas necesarios para ayudarle a prevenir enfermedades.
Para los demás niños (de la misma manera que pasa con los adultos) la mejor alimentación es la conocida dieta mediterránea que, según la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria, se resume en reducir el consumo de carne roja y en comer más pescado, legumbres, verduras, hortalizas y frutas. También puedes leer estos consejos para mejorar sus defensas.
Así que en tus futuras escapadas con niños, elige fruta de temporada a modo de almuerzo para tener un sistema inmunitario óptimo. No hay nada mejor que un yogur edulcorado con miel para aliviar la tos y la irritación de garganta. Recuerda que es importante ingerir líquidos, sobre todo si tu hijo tiene mocos, puesto que el agua disolverá la mucosidad y mantendrá su cuerpo hidratado. Si prevés que va a ser una larga jornada para ellos, lo mejor es que metas en tu cesta de picnic alimentos energéticos como frutos secos.
En resumen, no dejes que las malas temperaturas sean un impedimento para que tus hijos estén en contacto directo con la naturaleza. Si vives en una ciudad, ve al parque entre semana y aprovecha los días libres para hacer escapadas a la montaña o a la playa. Déjales correr, saltar, escalar y descubrir el mundo que les rodea. Ser feliz es la mejor medicina para mejorar sus defensas.