Imagina estar conociendo a alguien, incluso, haber iniciado un vínculo sentimental, y que de repente, sin dar ninguna explicación, desaparezca. Esto es el ghosting, y si te lo han hecho alguna vez, estarás de acuerdo conmigo en que no es una experiencia nada agradable de vivir que además, supone un golpe para nuestra autoestima.
Y además de que es un acto de irresponsabilidad afectiva innegable, nos sentimos rechazados y nada valorados. Sin embargo, no todo es blanco o negro, y a veces incluso después de esta experiencia, estamos dispuestos a dar otra oportunidad a la persona.
Pero esto, claro, no es tan sencillo. Si estás en esta tesitura, de querer retomar una relación después de haber sufrido ghosting, te voy a dar algunas claves para que este proceso sea más manejable para ti.
1) Ten claro que estás dispuesto a hacerlo
Lo primero que te diría es que lo tengas claro. Volver a confiar en una persona después de que nos falle no es algo que suceda solo y mágicamente, de la nada: es una decisión personal. Y si la tomamos, estamos asumiendo la responsabilidad de remar a favor de esa decisión.
Sin embargo, para ello debemos tener claro que realmente, queremos volver a confiar. Porque si tenemos dudas, será muy difícil que esto suceda, y volverán a aparecer los fantasmas del pasado que nos recuerden lo que nos hizo esta persona. Así que, lo primero que te diría es que lo pienses bien; no pasa nada si tienes dudas, pero dales su espacio, hazte preguntas, y descubre si tienes claro que estás dispuesto a trabajar o no para volver a confiar.
2) Conecta con tus emociones y tu intuición
Para saber si lo tenemos claro o no, es imprescindible conectar con esa parte íntima, personal e intransferible, más allá de la razón: las emociones. Conecta con cómo te sientes, con cómo te hizo sentir ese acto de ghosting y con lo que quieres ahora. No reprimas nada, tan solo transita esas emociones y valídalas.
Son tu guía ahora, las que te ayudarán a saber si te apetece seguir conociendo a esa persona, o no (y todo es válido, fuera presiones). Dale espacio a la rabia si aparece, tal vez necesitas que aflore y depurarla para darle una oportunidad a esa persona.
Por otro lado, te diría que conectes con tu intuición; la intuición se nutre de experiencias pasadas para saber hacia dónde guiarnos. ¿Qué te dice tu intuición? ¿Merece la pena retomar esta relación?
3) Esto es una cosa de dos: el otro también deberá currárselo
Lo tercero que te diría es que, aunque tú tomes la decisión de volver a confiar, debes tener claro que esto es una cosa de dos; la otra parte también deberá trabajar (e incluso, te diría, más que tú), para ganarse de nuevo tu confianza.
Por ello, esta persona debe mostrar implicación y ganas de volver a retomar lo que dejasteis antes de que hiciera ghosting. Aquí somos adultos y, si ofrecemos madurez, debemos esperar lo mismo a cambio. Por lo que, valora si esta persona está dispuesta o no a ganarse de nuevo tu confianza.
4) Hablar y escuchar: las cartas sobre la mesa
Yo os recomiendo que tengáis una conversación clara y tendida sobre lo que sucedió y sobre el punto en el que estáis ahora. No es momento de dejarse nada en el tintero; al contrario, las cartas deben estar sobre la mesa. Expresa tus dudas, inquietudes, miedos, necesidades y expectativas.
¿Qué necesitas del otro para volver a confiar? ¿Cómo viviste tú ese ghosting? ¿Qué le motivó a él o ella a hacerlo? ¿Cómo se sintió al hacerlo? Son cuestiones que es importante que afloren para así, realmente ver en qué punto estáis y qué queréis construir a partir de ahora. También es importante que le dejes claro qué esperas tú de él ahora (y viceversa).
5) Empatizar para entender y tal vez, confiar
No es fácil empatizar con alguien que nos ha hecho daño, y esto dependerá mucho de cómo fue la situación y de cómo la vivimos; si fue un ghosting después de muchas citas, si fue el primer día, si no nos dijo absolutamente nada o nos dio un mínimo de explicación...
Y no para justificar nada, porque el acto en sí sigue siendo irresponsable. Simplemente, porque dependiendo de cómo fue, seguramente nos dolió más o menos, y podemos descubrir si la otra persona "tenía sus razones" o no (aunque, insisto, eso no lo justifique, pero nos puede ayudar a acercar posturas, a entender mejor al otro...).
El caso es que, el hecho de ponernos en el lugar del otro nos puede ayudar a comprender sus razones, y esto nos acerca a la confianza y a relativizar cuando eso sea posible. Empatizar no significa justificar al otro, y ni siquiera, entenderlo.
Simplemente significa entender que no todos vamos a actuar igual, y que somos seres humanos que se equivocan, aunque eso no quita que duela (ni nos quita el derecho a enfadarnos). Y de igual forma, el otro también deberá ponerse en nuestro lugar y validar nuestras emociones para facilitar ese acercamiento y confianza.
Foto | Portada (Película Ghosting, 2023)