Después de que Marck Zuckerberg anunciara la creación de Instagram Kids, una aplicación dedicada especialmente a los menores de 13 años, y su correspondiente oleada de críticas y cartas de asociaciones por considerarlo como un "sinsentido", Facebook ha decidido detener el proyecto, aunque Adan Mosseri, su director, no está muy convencido de que hacerlo sea una buena idea, según ha expresado.
"Creemos firmemente que es mejor para los padres tener la opción de darles un acceso a una versión de Instagram diseñada para ellos, donde los padres puedan supervisar y controlar su experiencia, que confiar en la capacidad de una aplicación para verificar la edad de los niños que son demasiado jóvenes para tener una identificación."
Según ha comunicado el mismo Mosseri, ahora van a trabajar con padres, expertos, legisladores y reguladores, escuchando sus preocupaciones y demostrando la importancia de este proyecto para los más jóvenes. Es decir, el proyecto aún no se ha cancelado por completo, sino que queda aparcado (no se sabe si de forma temporal o definitiva).
¿Es Facebook quien debe proteger la integridad de los niños?
Sinceramente creo que todo este revuelo debería ser una invitación a los padres para reflexionar. Está claro que los niños tienen móviles a edades cada vez más tempranas, ¿pero es necesario que tengan perfil en redes sociales? Si muchos de nosotros ni siquiera sabemos gestionar lo que implica el estar expuestos -a veces en tiempo real- a todo el mundo (literalmente), ¿cómo lo van a saber hacer los niños? ¿es sano y sensato que cualquier persona pueda ver sus fotos, sus vídeos, saber qué rutina tienen, cuáles son sus canciones preferidas e incluso, en qué barrio viven y a qué colegio van?
Creo que el problema es mucho más grave y más profundo de lo que a primera vista parece. Personalmente dudo muchísimo de las buenas intenciones de un gigante como Facebook, sobre todo teniendo en cuenta que sus ingresos dependen del tiempo que permanecemos frente a la pantalla, que Tik Tok les está comiendo un terreno brutal dentro de la población más joven y porque además se ha demostrado que hacen caso omiso de los informes que ellos mismos realizan, en donde ponen de manifiesto las consecuencias negativas que tienen su aplicaciones en la salud mental de los adolescentes, especialmente de las chicas.
No, definitivamente creo que este no es el camino para encontrar una solución. De hecho tal vez no esté en las grandes oficinas de un edificio de Sillicon Valley, sino de puertas para adentro, en nuestros propios hogares: un algoritmo nunca será capaz de supervisar lo que hacen nuestros hijos, ni les evitará las consecuencias que les puede generar el estar ahí.
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