Qué es más sostenible para el planeta, comprar por internet o ir a comprar a las tiendas

Qué es más sostenible para el planeta, comprar por internet o ir a comprar a las tiendas
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El comercio online venía avanzando con fuerza en los últimos años. La comodidad que supone que te traigan todo a casa y ahorrarte desplazamientos, el buscar entre burros llenos de ropa y filas en probadores y cajas no tiene competencia.

Ya se intuía que se convertiría en un caballo ganador, pero la pandemia le dio el espaldarazo definitivo para afianzarse como uno de los canales de venta más importantes y con más posibilidades de crecimiento a nivel mundial. Sin embargo, quienes somos asiduos de esta forma de comprar y nos preocupa la sotenibilidad, tenemos siempre en mente la pregunta del millón: "¿Qué es mejor para el planeta, comprar por internet o ir a comprar a las tiendas?".

Aunque a priori podríamos pensar que la opción más sostenible es comprar vía online, es un tema que tiene muchos matices. Como ha expuesto en un artículo para el New York Times Dionne Searcey, escritora y periodista experta en medio ambiente, es importante evaluar cada caso porque en realidad no existe una verdad absoluta.

Los recursos invisibles que consumen las compras online

Aún si pudiésemos equiparar los costos ambientales que suponen el transporte de las compras online con las que hacemos en tienda física, hay otros que generalmente no se suelen tener en cuenta. Por ejemplo, las ventas que se realizan de forma electrónica requieren una cantidad ingente de recursos tanto para el transporte como para el empaquetado. Se calcula que al año se talan alrededor de tres mil millones de árboles solo para satisfacer nuestra demanda global de envases de papel.

Pero la cuestión no termina ahí: según la experta, los centros de datos necesarios para gestionar los pedidos consumen aproximadamente 10 veces la cantidad de energía de un hogar americano típico y una gran cantidad de agua para enfriar los servidores en donde se almacena la información (aunque esta problemática se puede extrapolar a cualquier actividad que requiera el uso de datos por internet, desde ver una serie hasta hacer transacciones con criptomonedas).

Un estudio del MIT descubrió que las compras en línea podrían ser más sostenibles que las compras tradicionales en más del 75% de los escenarios que propusieron los investigadores, entre ellos, cuando se envía en vehículo eléctrico y con embalaje reducido.

Tambien afirma que cuando cada familia debe coger el coche para hacer sus compras, resulta mucho más ecológico que un solo vehículo transporte todos esos paquetes hacia un destino en particular. Aunque esto es evidente en un país como Estados Unidos en el que las distancias son kilométricas, tal vez en una ciudad con una red de comercio bien repartido y un transporte público eficiente, los datos cambiarían.

En línea con lo anterior, otro estudio realizado por investigadores ambientales de la Universidad de Radboud en Países Bajos, muestra esa variedad de matices que mencionamos al principio. Aquí realizaron una comparativa de la huella de gases de efecto invernadero (GEI) de las compras en línea versus las tradicionales, y descubrieron que comprar a través de una tienda online pero con entrega en tienda física probablemente reduce las huellas de GEI con respecto a hacerlo en la tienda directamente. Esto se debe a que pensamos mejor antes de añadir algo al carrito y las posibilidades de devolverlo se reducen drásticamente. Sin embargo comprar con entrega a domicilio generan una huella más alta.

También encontraron que sustituir las furgonetas de reparto con bicicletas eléctricas puede conducir a una reducción de las emisiones de GEI del 26%.

Acciones que podemos intentar para hacer las compras más sostenibles

Aunque los estudios indiquen que una u otra vía afecta en menor medida al medio ambiente, es inviable seguir con un modelo de consumo como el que tenemos en la actualidad.

Tal vez es algo que cada consumidor debería replantearse, empezando por comprar menos. La gran mayoría de los objetos que adquirimos son importaciones que suponen un traslado de mercancías muy contaminante. Según la experta, la industria naviera por sí sola representa el 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

Las organizaciones medioambientales también alientan la compra de artículos de segunda mano o la reparación de aquellos artículos que se estropean, algo que ya hacían nuestros abuelos y que se trata de un movimiento que está tomando fuerza a nivel local.

Leer opiniones de otros usuarios para identificar características de los productos que nos pueden gustar o no, tomarse el tiempo para elegir la talla adecuada y así evitar devoluciones, agrupar pedidos, comprar al por mayor o practicar la compra consciente (es decir, hacer una pausa antes de dar clic a "comprar" para pensarlo con más detenimiento), son otros gestos pequeños que pueden ayudar a que nuestras compras sean más sostenibles.

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