Viajar es probablemente una de las experiencias que más nos gusta a la mayoría de las personas, y que además de ser divertida y maravillosa, tiene muchos beneficios. Definitivamente es una actividad que se disfruta mucho, la hagamos en familia o con amigos.
Pero cuando tenemos bebés o niños pequeñitos, viajar se vuelve un poco complicado e incluso algunas personas piensan que no vale la pena hacerlo porque no lo recordarán. Pero yo pienso diferente, y hoy quiero contarte por qué recomiendo viajar con nuestros hijos cuando son pequeños.
Viajar: antes y después de tener hijos
Este escrito no va de pintar de color de rosa la vida o los viajes con niños pequeños o de decir que es una experiencia idílica. Soy realista y sé que teniendo hijos algunas cosas se pueden hacer complicadas, pero indudablemente, también las hace mejores. Y los viajes son una de esas cosas.
Antes de tener hijos, en todos o la mayoría de los viajes, era solo cuestión de buscar con quién ir (si no era con la familia), trazar el plan, comprar los boletos de avión o planear la logística del viaje en coche, preparar maleta y listo, ¡hora de partir! Pero después de tener hijos, aunque las bases pueden ser similares en cuanto a la planeación del destino y fechas, ahora tenemos que considerar muchos otros factores que antes no existían, como preparar también su ropa, asegurarnos de llevar todos los objetos o accesorios que ellos necesiten, ir preparados para cualquier imprevisto que pueda presentarse, etcétera.
Y también, viajar con hijos hace que esa imagen relajante y desestresante que tenemos de las vacaciones cambie, pues si antes empacábamos un libro para leer frente al mar, ahora la lectura está definitivamente fuera de los planes porque nos ocuparemos en otras actividades con ellos.
Pero a pesar de que las vacaciones cambien de significado y que ahora nos tome más tiempo planear un viaje o llevar cosas con las que antes no cargábamos, viajar con hijos no deja de ser una experiencia positiva para toda la familia. Como en todo, nos vamos adaptando a los cambios que nos trae la llegada de los hijos.
"No recordarán nada"
Además de situaciones especiales en las que por alguna razón no se pueda realizar un viaje, una de las principales razones por las que algunos padres deciden no viajar cuando tienen bebés o niños pequeños, es porque piensan que no tiene mucho sentido hacerlo, ya que no recordarán nada.
Esto lo entiendo a la perfección. Algunos de los viajes que hice con mis padres no los recuerdo (y ni siquiera estaba tan pequeña), pero de alguna manera, recuerdo la sensación y el sentimiento de haberlos hecho en compañía de ellos, y gracias a las fotografías de esos viajes, pienso con mucho cariño en la infancia que me dieron y en todas las cosas que vivimos juntos, a pesar de que no las recuerde claramente.
Y eso es lo maravilloso de la infancia, que queda grabada, aunque sea en el fondo de nuestra memoria. Seguro la mayoría no recuerda sus primeros juguetes o sus primeras veces en hacer algo, pero muy dentro de ellos, está el recuerdo agradable de haber compartido esos momentos con su familia. Para mí, esto sucede igual con las vacaciones.
Por qué deberíamos hacerlo si tenemos oportunidad
Naturalmente, estoy escribiendo esto porque desde joven amo viajar y es algo que siempre me ha apasionado. Pero ahora que soy mamá, es para mí una forma más de compartir con mi hija, mostrarle el mundo que nos rodea y descubrir a su lado nuevas experiencias.
Y sí, no es fácil viajar con niños pequeños, no solo por la carga extra de equipaje que ahora llevamos (y de la cual nosotros nos debemos hacer cargo pues ellos aún no pueden hacerlo), sino también porque pueden presentarse mil y un imprevistos. Pero siempre he pensado que disfrutar o no un viaje con hijos, también depende mucho de nuestra mentalidad y actitud.
Personalmente encuentro que viajar con niños pequeños ha sido una de las experiencias más bonitas que me ha dado la maternidad. En los viajes que he hecho con mi hija y mi sobrina, no hay un solo día aburrido, y esos momentos en los que les ves descubrir algo nuevo, son alimento para el corazón.
Quizás me estoy inclinando mucho por el lado sentimental, pero además de ser una bella experiencia que nos ayuda a fortalecer el vínculo con nuestros hijos, mientras vamos creando memorias juntos que perdurarán en sus sentimientos por siempre, viajar en familia es algo que beneficia a los niños en otros aspectos.
Por ejemplo, un estudio realizado en Estados Unidos, encontró que los niños y adolescentes que viajaban, tanto en familia como en viajes escolares, eran más tolerantes y respetuosos, y presentaban una mayor disposición para aprender y probar cosas nuevas.
Entiendo que no siempre se puede viajar, ya sea por cuestiones económicas o de tiempo, pero no se necesita hacer un viaje al otro lado del mundo para vivir esa linda experiencia junto a nuestros hijos. Algo tan sencillo como visitar un pueblo vecino es algo que ayuda a romper la rutina y regala experiencias nuevas y diferentes a nuestros hijos.
Así que si hay un consejo que puedo darles este día, es este: viaja con tus hijos, aunque sean pequeños. Quizás dudamos en hacerlo porque sentimos que no tiene sentido por su corta edad, pero les aseguro que para ellos será una aventura maravillosa al lado de su familia, y cuando vean ese brillo en sus ojos, sabrán que todo ha valido la pena.
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