¿Podemos sentirnos solos aún estando en pareja? Por supuesto que sí. Es un sentimiento doloroso que nos sitúa en una gran ambivalencia; por un lado, tenemos a alguien, físicamente, pero por el otro, no sentimos a esa persona a nuestro lado, psicológica y emocionalmente.
En este artículo vamos a explorar este sentimiento de soledad en pareja, analizando sus posibles causas y ofreciendo algunas ideas para empezar a abordarlo.
Soledad y sentimiento de soledad: ¿son lo mismo?
No es lo mismo estar solo que sentirse solo. Es la paradoja de la soledad; podemos sentirnos muy acompañados estando "solos" física y emocionalmente, y en cambio, muy solos estando en compañía.
La soledad se define como la "carencia voluntaria o involuntaria de compañía". En cambio, el sentimiento de soledad se define como "pesar y melancolía que se siente por la ausencia, muerte o pérdida de alguien o de algo".
Y de esta ausencia nace la soledad en pareja, cuando esa pareja no está físicamente con nosotros, o no está emocionalmente. Es decir, cuando no nos acompaña, no nos sostiene, no está a nuestro lado... Aunque, las causas también pueden encontrarse en uno mismo, o más allá de la pareja.
La soledad estando en pareja
Cuando este sentimiento aparece, la experimentamos de forma contradictoria, fruto de esa ambivalencia que describíamos antes. Puede originarse porque nuestra pareja muestra indiferencia hacia nosotros, por ejemplo, o puede que resulte de una crisis de pareja (por ejemplo, con la llegada del primer hijo; sobre todo las mujeres, podemos sentirnos especialmente solas en este momento vital).
O, en casos más graves, puede que la otra persona no nos trate bien, que no nos tenga en cuenta, que nos invalide o manipule, que se muestre fría, o que simplemente no estemos enamorados, no tengamos conexión emocional con esa persona. El vínculo se muere, se enfría.
Normalmente, este sentimiento, igual que una telaraña, se va tejiendo con el tiempo. No se forma de un día para el otro. Así, se va formando en esa cotidianidad, en ese día a día donde sentimos, cada vez más, la lejanía del otro.
Situaciones en las que nos sentimos solos en pareja
¿En qué situaciones o momentos podemos sentirnos solos en pareja? Algunos ejemplos son:
- Cuando sentimos que ya no tenemos nada que hablar con el otro. La relación se ha enfriado, la pasión ha desaparecido. Es como si cada uno hiciera su vida.
- Cuando sentimos que ya no tenemos nada en común con el otro; ni gustos, ni intereses compartidos... Y lo peor, no tenemos ganas de cultivar ese espacio común.
- Cuando experimentamos que el otro no nos tiene en cuenta, que no nos dedica tiempo, que no estamos entre sus prioridades. Es la tremenda indiferencia percibida que va agrandando el sentimiento de soledad.
- Cuando el otro no se ocupa de las tareas de crianza, y la responsabilidad de la maternidad o paternidad recae únicamente sobre nosotros.
Me siento solo estando en pareja: qué hacer
No hay una fórmula mágica para remediar esta situación, ni una solución que nos sirva a todos. Es importante que cada persona viva este sentimiento y lo valide sin juzgarlo, para poder explorarlo y analizarlo. Así, cada persona deberá encontrar su propio camino, aunque hay algunas consideraciones generales que nos pueden ayudar:
1. Identifica las causas
¿De dónde viene este sentimiento? ¿Tiene únicamente que ver con la relación con tu pareja, o hay algo más detrás? Tal vez influyan también otros aspectos del día a día, del trabajo, la familia, el estrés...
O tal vez, el único origen sea la relación con tu pareja. Reflexiónalo y valora cómo te sientes y por qué puede ser, para poder tomar las decisiones necesarias.
2. Habla con tu pareja
Si, efectivamente, esta soledad proviene del tipo de relación que tienes con tu pareja, es importante que lo puedas hablar con ella. Antes de hablarlo, eso sí, mentalízate sobre lo que quieres decirle.
¿Tal vez buscas alguna explicación? ¿O sencillamente, quieres expresar cómo te sientes? Sea lo que sea está bien; lo importante es saber dialogar y evitar discutir de malas formas, que os habléis desde el corazón, con respeto y asertividad y dando espacio al otro para que se exprese.
3. Valorar en qué punto estáis
Tras esa conversación, es importante valorar en qué punto de la relación está cada uno; cómo se siente cada uno, qué es lo que quiere o necesita a partir de ahora... Tal vez, ¿que las cosas cambien?
¿Comprometerse para que así sea? ¿O finalizar la relación? Es muy importante, en este punto, ser honestos con uno mismo y con la relación, para desde ahí, decidir con mayor libertad.
Vivir una relación plena
Todas y todos experimentaremos la soledad en algún momento de nuestra vida, con o sin pareja. Y esto no tiene por qué ser necesariamente malo. En esa soledad podemos crecer como personas.
Sin embargo, una cosa es eso, experimentarla en momentos puntuales (y que eso no nos genere sufrimiento), y la otra es que sea el pan de cada día de nuestra relación. Cuando este sentimiento nos genera malestar y vemos que se está cronificando, entonces es momento de actuar; no debemos normalizarlo. Valoremos qué es lo que necesitamos que la relación nos aporte.
Y seamos honestos; ¿nos lo está aportando? ¿Hay compromiso, por ambas partes, de un cambio? Si no es así, es importante que reflexionemos sobre nuestra relación y nuestros sentimientos y podamos darnos aquello que necesitamos para ser felices. Ten en cuenta que, una relación plena es aquella en la que, aún estando solos a momentos, nos sentimos acompañados por nuestra pareja.
Foto | Portada (Pexels)