No es la primera vez que la justicia tiene que tomar la palabra y decidir qué es mejor para el bienestar de un niño. Y esto supone a veces contradecir los deseos de los padres.
Según informa el diario 'Información', el Hospital General de Elche solicitó permiso de urgencia al juzgado de la ciudad para que un bebé de 32 semanas pudiera nacer con cesárea, a pesar de que su madre se negaba, porque quería un parto natural.
La magistrada entendió que la intervención debía llevarse a cabo porque existía riesgo para la vida del bebé, que tenía el cordón umbilical obstruido.
"Razones culturales"
Esa fue la alegación de la madre para oponerse a cualquier tratamiento médico, aunque se le advirtió del riesgo que implicaba para la salud del feto, según explica el diario que primero se hizo eco de la noticia.
La embarazada ingresó de parto en el Hospital de Elche en la semana 32 de gestación, poco más de siete meses. Fue entonces cuando los médicos detectaron que tenía obstruido el cordón umbilical. Indicaron una cesárea pero la mujer se negó.
El diario añade que el hospital trabajó a contrarreloj para poder realizar la cesárea, una vez que fue autorizada por la magistrada el miércoles pasado por la noche, ya que "el feto corría el riesgo de fallecer al no poder recibir el oxígeno y los nutrientes necesarios para sobrevivir".
El pequeño ingresó en la UCI Neonatal, como marca el protocolo en casos de niños prematuros, pero evoluciona favorablemente.
Vía | Diario Información
Fotos | iStock
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