"Los niños son especialmente vulnerables a las amenazas ambientales debido a que sus órganos y sistema inmunológico están en pleno desarrollo, y tienen cuerpos y vías respiratorias más pequeños". Así lo expone el informe 'No contamines mi futuro' elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Según la OMS, "de forma proporcional a su tamaño, los niños ingieren más alimentos, beben más agua y respiran más aire que los adultos".
Ahora, un estudio de la Universidad de Surrey asegura que los bebés en carritos de paseo pueden estar expuestos hasta a un 60% más de contaminación que sus padres, causando daño potencial a su lóbulo frontal e impactando en sus habilidades cognitivas y desarrollo cerebral.
Las investigación, llevada a cabo por el Centro Global de Investigación del Aire Limpio (GCARE, por sus siglas en inglés) en la Universidad de Surrey, del Reino Unido y publicada en la revista Environment International, examinó más de 160 casos para comprobar la exposición a la contaminación de bebés en cochecitos y las estrategias para reducirla.
Los investigadores descubrieron que los bebés en sillas y cochecitos de paseo respiran aire más contaminado, ya que se ubican entre 0,55 y 0,85 metros sobre el nivel del suelo y los tubos de escape de los vehículos usualmente se ubican a un metro por encima del nivel de la carretera. Esto aumenta la vulnerabilidad de los bebés a estar expuestos a más contaminación que los adultos.
Más contaminación, más enfermedades respiratorias
Según el informe de Calidad de aire y salud de la OMS, las infecciones respiratorias (un 32 por ciento del total) son la principal causa de fallecimiento por factores medioambientales, y añade que de ellos, 570 000 niños menores de cinco años fallecen como consecuencia de infecciones respiratorias (entre ellas las neumonías) causadas por la contaminación del aire en espacios cerrados y en el exterior y la exposición al humo de tabaco ajeno.
La OMS añade que:
"Debido al cambio climático, están aumentando las temperaturas y las concentraciones de dióxido de carbono, factores que favorecen la producción de polen, que se ha asociado a un incremento de las tasas de asma en los niños. Entre un 11% y un 14% de los niños de cinco años presentan síntomas de asma, y se estima que el 44% de esos síntomas guardan relación con la exposición a riesgos ambientales. La contaminación del aire, la exposición al humo de tabaco ajeno, y el moho y la humedad de los espacios interiores agravan el asma en los niños".
También la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (Seicap) ha alertado de que los altos niveles de polución que se registran en muchas ciudades y las infecciones de las vías respiratorias han multiplicado las visitas a urgencias de niños con crisis de asma y bronquiolitis.
La doctora Cristina Ortega, miembro del grupo de trabajo de Alergia Respiratoria y Asma de la SEICAP, explicaba tras un aumento de la polución en Madrid, una de las ciudades españolas más afectadas, que los productos de la combustión de los motores afectan a las vías respiratorias y agrava los síntomas de aquellos pacientes que están sufriendo episodios de infección en ellas: "En concreto, el dióxido de nitrógeno puede inducir cambios en el bronquio terminal, provocando la inflamación de la vía aérea y favoreciendo la broncoconstricción".
Proteger a los niños y a nuestro planeta
El estudio de GCARE en el Reino Unido, sugiere una serie de medidas para reducir el problema, como el control de emisiones de los vehículos en las ciudades.
También en ese sentido se postula la OMS. La Organización Mundial de la Salud estima que aproximadamente el 90% de las personas de todo el mundo respiran aire contaminado.
Los niveles más elevados de contaminación del aire se registran en el Mediterráneo Oriental y en Asia Sudoriental, donde los niveles medios anuales suelen quintuplicar con creces los límites establecidos por la OMS. En las ciudades de los países de ingresos altos de Europa, se ha demostrado que la contaminación del aire reduce la esperanza media de vida de 2 a 24 meses, dependiendo de los niveles de contaminación.
Para concienciar a los países y las personas la OMS:
Ha lanzado la campaña internacional 'Respira la vida 2018', dirigida por la Organización Mundial de la Salud y la Coalición del Clima y Aire Limpio. Pone de relieve las medidas normativas prácticas que pueden aplicar las ciudades (mejoras de la vivienda, el transporte, los desechos y los sistemas de energía) o las que pueden adoptar las personas a título individual (como dejar de quemar desechos, promover los espacios verdes y facilitar los desplazamientos a pie o en bicicleta) para mejorar la calidad del aire.
Organizará la primera Conferencia Mundial sobre la Contaminación del Aire y la Salud (30 de octubre al 1 de noviembre de 2018), con el fin de reunir a los gobiernos y los asociados en el marco de una movilización mundial para mejorar la calidad del aire y luchar contra el cambio climático.
Y a pesar de todo, hay que ser optimistas, porque como también señala la OMS:
"Cada vez hay más gobiernos que se están comprometiendo con el monitoreo y la reducción de la contaminación del aire, y el sector de la salud y otros sectores como el del transporte, la vivienda y la energía están adoptando más medidas a nivel mundial".
Vía | Science Daily
Fotos | iStock
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