La cojera es un patrón anormal de la marcha y es una causa frecuente de consulta en pediatría. Las causas puede ser múltiples y varían en función de la edad del niño.
La cojera en un niño nunca es normal y debe ser valorada. En muchos niños observaremos que caminan de forma rara y pueden indicarnos si les duele en algún punto; los niños más pequeños, en cambio, rechazarán caminar o incluso apoyar la pierna afectada.
Cojera en niños pequeños (menores de 3-5 años)
Displasia de cadera
Aunque por suerte esta enfermedad cada vez se diagnostica antes, existen casos en los que se detecta porque el niño cojea cuando comienza a caminar. Se trata de un desarrollo anormal de la articulación de la cadera; el hueso del fémur no encaja bien en el hueco destinado a ello en la cadera.
Para diagnosticarla en los primeros meses de vida se realiza una ecografía; si se sospecha más adelante (mayores de 4-6 meses) se realizará una radiografía.
En los bebés más pequeños el tratamiento es ortopédico, inmovilizando la cadera con las piernas en forma de rana con una dispositivo que se llama arnés de Pawlik. Si el diagnóstico es más tardío (como sería el caso de los niños que ya caminan) o este tratamiento fracasa, será necesaria la cirugía.
Fractura toddler o de primeros pasos
Suele ocurrir en niños que acaban de empezar a caminar hace poco (menores de 3 años) cuando sufren un traumatismo leve, de baja intensidad.
De repente rechazan caminar y, si lo hacen, cojean. Se trata de fracturas espiroideas en la parte distal de la tibia (la más próxima al tobillo). A la exploración, suelen presentar dolor a la palpación en algún punto de la tibia. En la radiografía no siempre se ve línea de fractura. El pronóstico es muy bueno.
Artritis séptica
Las infecciones osteoarticulares son más frecuentes en niños menores de 5 años. La artritis es una inflamación de la articulación, en el caso de la artritis séptica debida a una infección. La artritis séptica afecta con mayor frecuencia a la rodilla y la cadera.
Aparece dolor e inflamación de la articulación afectada (la rodilla aparecerá aumentada de tamaño, roja y caliente; en la cadera, en cambio, no lo veremos por su localización más profunda). En la mayoría de los casos hay fiebre (aunque no siempre) y afectación del estado general. En el caso de la rodilla, el pie, el tobillo y la cadera los niños cojean y pueden negarse a caminar.
Para diagnosticar una artritis séptica se realizará una analítica de sangre y una prueba de imagen. También suele ser necesario extraer un poco de líquido de la articulación y analizarlo. Podremos saber así qué microorganismo es el causante de la infección y poner el tratamiento más adecuado.
El tratamiento se realiza con antibióticos. En ocasiones puede ser necesario iniciarlo en el hospital (donde pondrán antibióticos intravenosos) y completarlo en casa.
Cojera en niños en edad escolar (3-10 años)
Sinovitis transitoria de cadera
Es la causa más frecuente de cojera en los niños entre los 3 y los 10 años de edad. Se trata de una inflamación de la capa que recubre la cadera, llamada membrana sinovial. Esto ocasiona que se acumule líquido, duela y se limite la movilidad. Lo más frecuente es que se afecte sólo una cadera; en un 5% de los casos se afectan ambos lados.
Los niños pueden referir dolor en el muslo, en la ingle y/o la rodilla y cojear; los más pequeños pueden rechazar caminar, incluso apoyar la pierna afectada. Por lo demás, tienen buen estado general y no tienen fiebre.
Es frecuente que estos niños hayan tenido un cuadro catarral una semana o 10 días antes.
El diagnóstico de la sinovitis transitoria de cadera suele ser clínico. En ocasiones puede realizarse alguna prueba que apoye el diagnóstico, como una ecografía.
El tratamiento consiste en reposo y antiinflamatorios (ibuprofeno) y suele curarse en 7 o 10 días.
Si no mejoran pasado este tiempo (7-10 días) o presentan varios episodios, debemos consultar.
Enfermedad de Perthes
Se trata de una destrucción progresiva de la cabeza del fémur (la parte del fémur que se une con la cadera). Es más frecuente en niños varones y entre los 4 y los 10 años de edad. En general afecta sólo a una cadera; en un pequeño porcentaje pueden verse afectadas las dos.
Se trata de una cojera prolongada (semanas o meses de evolución), generalmente más marcada tras el ejercicio físico o por la tarde-noche (cuando están más cansados). A veces empiezan con una simple molestia en la ingle o la rodilla que va progresando a una cojera que no mejora. No siempre hay dolor.
Para el diagnóstico puede ser necesario realizar una radiografía, ecografía y/o resonancia magnética.
Se trata inicialmente con antiinflamatorios y reposo. El pronóstico suele ser bueno; más de la mitad de los casos se curan con el tiempo con estas medidas conservadoras; otros casos pueden requerir tratamientos ortopédicos y/o quirúrgicos.
Cojera en adolescentes y preadolescentes
Epifisiolisis de la cabeza del fémur
Se trata de un desplazamiento de la cabeza del fémur, debilitándose la articulación de la cadera, Es más frecuente en varones adolescentes con sobrepeso. Con cierta frecuencia (20-50%) se afectan los dos lados.
Estos pacientes cojean y pueden referir dolor en el glúteo, la ingle, el muslo y/o la rodilla. Se diagnostica con una radiografía y requiere un tratamiento urgente quirúrgico, que consistirá en fijar el hueso desplazado.
Enfermedad de Sever
En esta enfermedad aparece una inflamación de los cartílagos de crecimiento del talón, porque músculos, huesos y tendones están crecimiento a distinto ritmo. Sucede en la época del estirón puberal, a partir de los 9 o 10 años y es más frecuente en niños varones. Con bastante frecuencia afecta a los dos talones.
Cursa con dolor en el talón que puede hacerles cojear y que típicamente es más intenso tras el ejercicio. El diagnóstico suele ser clínico. Se trata con reposo, antiinflamatorios y ejercicios de estiramiento. Aplicar hielo en la zona también puede mejorar.
Enfermedad de Osgood-Schlatter
Es muy frecuente. Aparece dolor y tumefacción en la parte anterior de la tibia. Afecta más a niños y niñas deportistas y a aquellos con sobrepeso u obesidad, ya que parece que esta enfermedad aparece por el sobreuso y/o sobrecarga de esa zona.
El diagnóstico suele ser clínico. Se recomienda reposo, frío local y analgésicos si es preciso. El cuadro mejora con el paso del tiempo, el pronóstico es excelente.
Mi hijo cojea, ¿consulto?
La cojera es una marcha anormal, así que siempre debe ser valorada. Si además de la cojera, el niño presenta fiebre y/o mal estado general, debemos acudir con rapidez.
Fotos | Allan Mas, Melike Benli y Ron Lach en Pexels
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