Los bebés de más de 3 meses deberían hacer colecho con los padres como protección ante la muerte súbita
El tema del colecho, de dormir con el bebé, es uno de los más candentes de la crianza de un bebé. Desde hace décadas se considera un peligro y algo a evitarse totalmente cuando el bebé es pequeño, y absurdo para su educación cuando es más mayor. Y sin embargo muchos padres lo siguen haciendo porque los bebés, contrariamente a lo que se nos recomienda a los padres, buscan (a veces desesperadamente) dormir con nosotros.
Gracias a estudios recientes y gracias a que los occidentales no somos el ombligo del mundo (aunque nos lo creemos) hemos descubierto que en muchos otros países los niños duermen con sus padres y para ellos es lo más normal del mundo, que los niños no son más dependientes por ello y, lo más importante, que a partir de los 3 meses no solo no es más peligroso, sino que es lo más recomendable para prevenir la muerte súbita.
¿En otros países duermen con los bebés?
Sí, así es. ¿Qué necesidad tienen de hacerlo de otro modo si muchas veces ni siquiera tienen habitaciones? Hay países a los que aún no ha llegado la psicología apocalíptica del mal reencarnado en madre o padre cariñosos ni Estivill con su retahíla del "insomnio infantil" y nadie intenta explicar a las madres y padres que donde mejor están sus hijos es solos, alejados de ellos y llorando. Es más, si ese alguien llegara, es poco probable que le hicieran caso, porque no tienen ninguna necesidad de enseñar a los niños a dormir solos, porque no le ven el beneficio y porque no consideran adecuado hacerlo.
"Son muy pequeños", me dijo una madre de China cuando le pregunté por qué dormía con sus hijos, viviendo aquí en España. No me argumentó nada más... "son pequeños y por eso los padres dormimos con ellos". Y algo parecido se encontró Michel Odent cuando viajó allí y descubrió que era lo más normal. Pero no fue esa toda la sorpresa: cuando les quiso preguntar acerca de la muerte súbita, no le entendían. No sabían a qué se refería:
Nadie entendió mis preguntas; el concepto de muerte súbita era desconocido por muchos de los profesionales y los habitantes de lugares como Beijing, Hsian, Loyang, Nanking, Shangai y Cantón. Además, me enteré de que los bebés chinos duermen con sus madres. Desde entonces, he tenido la certeza de que, incluso si sucede durante el día, la muerte súbita es una enfermedad exclusiva de aquellos bebés que pasan la noche en soledad y, también, de que este fenómeno solo se produce en aquellas sociedades en las que predomina la familia nuclear.
Y luego tenemos el caso de Japón, donde los niños sí tienen habitaciones, pero duermen con los padres igualmente. Y no les preocupa en absoluto lo dependientes que puedan llegar a ser porque dedican el día a promover su autonomía en las diferentes situaciones en que los niños se encuentran. Algo que, si pensamos fríamente, tiene mucha lógica: dedicar el tiempo de vigilia a enseñar a los niños a ser independientes y capaces y dedicar la noche a descansar, con el cariño, el cobijo y la seguridad de los padres.
Es más, en Japón han tenido siempre unas tasas de SMSL bajísimas, y en los últimos años han visto cómo han seguido disminuyendo. El Dr. James McKenna, catedrático de Antropología y director del Laboratorio del Comportamiento del Sueño Maternoinfantil de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, dice lo siguiente en su libro Dormir con tu bebé al referirse a Japón:
La Organización de Familia y SMSL en Japón informó que las tasas de muerte súbita continúan bajando en ese país a medida que el número de madres fumadoras se aproxima a 0, y que la lactancia exclusiva se sitúa en torno al 70-75%. De hecho, un informe muestra que al aumentar el colecho y la lactancia y reducirse el número de madres fumadoras, la tasa de SMSL disminuye. Esto sugiere, de nuevo, que puede que lo peligroso no sea el colecho en sí, sino determinadas formas en que se practica.
Pero ¡hay estudios que relacionan el colecho con la muerte súbita!
Así es. Hay muchos estudios que establecen esa relación y por eso cada dos por tres escuchamos recomendaciones relacionadas con este tema: "no duermas con ellos", "sí, duerme con ellos", "no duermas con ellos nunca", "duerme con ellos pero solo si no bebes alcohol", "no duermas con ellos si es en un sofá", y así la gente al final ya no sabe qué hacer, porque mientras leen estas recomendaciones y tratan de seguirlas los bebés siguen llorando porque quieren y necesitan a su madre y su padre al lado, y aún más si están tomando pecho.
Entonces, en el año 2014 la Asociación Española de Pediatría publicó unas recomendaciones de consenso al respecto en las que decían lo siguiente:
La forma más segura de dormir para los lactantes menores de seis meses es en su cuna, boca arriba, cerca de la cama de sus padres. Existe evidencia científica de que esta práctica disminuye el riesgo de SMSL en más del 50%.
Y después confrontaba estos datos con la necesidad de ser amamantados a demanda y entonces nos decían esto:
La lactancia materna tiene un efecto protector frente al SMSL y, por otro lado, el colecho es una práctica beneficiosa para el mantenimiento de la lactancia materna, pero también se considera un factor que aumenta el riesgo de SMSL por lo que no debe ser recomendado en:
- Lactantes menores de tres meses de edad.
- Prematuridad y bajo peso al nacimiento.
- Padres que consuman tabaco, alcohol, drogas o fármacos sedantes.
- Situaciones de cansancio, especialmente de cansancio extremo, como el postparto inmediato.
- Colecho sobre superficies blandas, colchones de agua, sofá o sillones.
- Compartir la cama con otros familiares, con otros niños o con múltiples personas.
Y a partir de los tres meses, parece ser totalmente recomendable para prevenir la muerte súbita
En Septiembre de 2014 se publicó una revisión de estudios en que se analizaron los datos de 400 niños que padecieron muerte súbita, comparándolos con 1386 niños vivos como muestra de control. Vieron que en el momento de la muerte el 36% de los niños del grupo de SMSL estaba durmiendo con los padres, frente al 15% de los del grupo de control. Con estos datos, podríamos pensar que el colecho es un factor de riesgo para la muerte súbita, pero al ver los datos de cerca vemos que:
- Las probabilidades de SMSL en los bebés que dormían con sus padres en un sofá o al lado de un padre que consumiera más de dos unidades de alcohol eran mucho (pero mucho) más altas que en los casos en que esto no sucedía (Odds Ratio de 18,3, cuando un Odds Ratio de 1 diría que el riesgo no aumenta ni disminuye, que es el mismo).
- Si dormían al lado de alguien que fumaba y tenían menos de 3 meses las probabilidades de SMSL eran también mayores (OR de 8,9), aunque ese riesgo era mucho menor en los mayores de 3 meses (OR de 1,4).
- Si los padres dormían con el bebé en ausencia de estas prácticas el riesgo de muerte súbita no era mayor que los que dormían en su cuna (OR de 1,1, que se considera no significativo), aunque esto habría que dividirlo por edades: los menores de 3 meses tenían algo más de riesgo (OR de 1,6) y los mayores de 3 meses mucho menos (OR de 0,1), confirmándose que a partir de los 3 meses el colecho es una práctica muy recomendable.
- El uso del chupete era un protector ante la muerte súbita solo en los bebés que dormían con sus padres, y dormir en posición prono (boca abajo) solo era más peligroso si los bebés dormían solos.
Dicho de otro modo: colechar si bebes alcohol es muy peligroso, una práctica totalmente desaconsejada. Dormir con un bebé en un sofá es muy peligroso, una práctica que los padres no deberían hacer. Dormir con un bebé si uno de los padres es fumadores es peligroso hasta que cumple 3 meses de edad, y en consecuencia el fumador debería dejarlo o bien dormir en otra habitación. Dormir con un bebé de más de tres meses, si no bebes alcohol ni consumes otras drogas y si duermes en una cama siguiendo las medidas habituales de seguridad para el colecho, hace que tu bebé tenga muchas menos probabilidades de padecer muerte súbita que si duerme separado de los padres.
Por eso el título de este post, por eso la recomendación. El colecho protege contra la muerte súbita si se hace de manera segura, pero puede resultar muy peligroso si se hace mal. Y probablemente sea seguro incluso desde el nacimiento, si se hace de manera segura (así lo señala UNICEF en su último informe al respecto).
¿Y hasta cuándo?
Hasta que cada padre, cada madre y cada niño quieran. No hay una fecha ideal, por más que teóricos expertos se empeñen en dárnosla. Los hay que hablan de los seis meses como la fecha a partir de la cual los niños deberían dormir solos, pero es una tontería: no van a aprender nada con ello y probablemente lloren más que si están con sus padres. Los hay que hablan del año, pero muchos no llevan demasiado bien eso de que, de repente, sin motivo aparente, tengan que dormir solos. Y aún no he leído a nadie que hable de más edad, porque pasar del año les parece a todos (a todos los que ponen fecha de caducidad) algo totalmente inconcebible.
Si acaso os puedo hablar del reputado neonatólogo Nils Bergman, que recomienda que los padres y los hijos duerman juntos al menos hasta los 3 años (no dice que duerman hasta los 3 años, sino "al menos hasta los 3 años", que es muy diferente) o de Margot Sunderland, directora de Educación y Entrenamiento del Centro de Salud Mental Infantil en Londres, que recomienda compartir la cama con los niños por lo menos los primeros cinco años para que crezcan sanos y tranquilos. Y luego, si queréis, podéis leer mi caso, el de mi casa, donde dormimos con nuestro hijo mayor hasta los 6 años, momento en el que empezó a dormir solo sin reproches, miedos, llantos ni nada por el estilo, con la misma naturalidad con la que un buen día un niño empieza a vestirse solo o se ata solo sus cordones por primera vez.
Fotos | iStock
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