A muchos nos gustaría que nuestros padres nos pidieran perdón

A muchos nos gustaría que nuestros padres nos pidieran perdón
42 comentarios
HOY SE HABLA DE

Hace unos meses Mireia mostró un vídeo sobre la violencia hacia los niños realizado en Francia que me pareció increíble. En él una madre desbordada daba un sonoro y violento cachete (una torta) a su hija en presencia de la abuela que, lejos de alabar o criticar su comportamiento (digo alabar porque hay de todo en la viña del Señor), que es lo que yo esperaba que hiciera (criticar o apaciguar), se acerca a su hija para darle un abrazo, pidiéndole perdón.
 
Perdón porque a menos que el modo en que te educaron tus padres dejara tanta huella que lo rechazaras, la mayoría de hijos ven bien y normal todo lo sucedido. Se dice habitualmente que cuando los perros son maltratados acaban pensando que eso es algo normal y con los niños acaba sucediendo algo parecido: para saber que algo está mal, debes conocer lo que está bien para poder comparar. Quien sólo conoce el mal, cree que es lo habitual y lo normal.
 
Por eso muchos niños crecimos creyendo que recibir algún cachete no nos gustaba, pero que en cierto modo lo merecíamos, crecimos creyendo que querríamos pasar más tiempo con nuestros padres, pero pensamos que lo normal es que no sucediera, y por eso muchos llegamos a la edad adulta con los mismos “tics” que tenían nuestros padres: miedo de tener hijos que se subieran a nuestra chepa, que nos tomaran el pelo o que quisieran tomar el control y por eso defendíamos, ya adultos, que “si tuviera un hijo y tuviera que corregirle con un cachete, probablemente lo haría”.
 
Sin embargo un buen día somos padres y todo lo que nos parecía normal, todo lo que hicieron nuestros padres para educarnos, empieza a verse desde otra perspectiva. Empezamos a madurar y empezamos a conocer esa referencia que hace falta para criticar aquello que antaño estaba bien y que ahora creemos que está mal. Entonces afloran sentimientos, vivencias y recuerdos que nos hacen pensar que podría haber sido diferente, hasta el punto que nos gustaría que nuestros padres nos pidieran perdón (lo siento, hoy estoy sensible… si tuviera psicólogo le haría ganarse el suelo, pero no es así).

Al ser padres volvemos a vivir nuestra infancia

Una de las razones por la que estoy más contento de haber sido padre es que desde el principio conecté tanto con él (hablo de mi hijo mayor) que en cierto modo he vuelto a vivir mi infancia a través de sus vivencias.

He conocido sus llantos, sus temores, sus inseguridades, los empujones de los niños desconocidos, el “tú no puedes jugar” de los que eran mayores que él, sus “esto no me gusta”, que yo me lo tenía que comer con arcadas y todo y otras muchas cosas que me han hecho recordar tiempos pasados, cosas que entonces creía que tenían que ser así y punto, cosas que hace pocos años creía que no podían ser de otra manera… cosas que ahora creo que podrían haber sido diferentes y que me hicieron “enemistarme” con mis padres.

No lo hicisteis bien

Entonces me volví crítico con ellos. Me obligasteis a comer, me castigasteis, me pegasteis (no mucho, pero lo recuerdo vívidamente), hicisteis más caso a los que hacían más ruido y “no siempre el que grita más es el que está peor”. Faltó comunicación, faltó confianza y faltó libertad ya que nunca me dejasteis elegir. Así, cuando crecí y tuve que tomar por primera vez mis propias decisiones la inseguridad me carcomía hasta el punto de no saber hacerlo.

Fallasteis, no lo hicisteis bien, y por eso os señalé en su día desde mis adentros (faltó comunicación y sigue faltando ahora).

Pero os perdono

Os perdono porque hace ya cinco años que nació mi primer hijo y hace ya al menos tres años que dicté sentencia. Ha pasado el tiempo y yo solo, sin ayuda de nadie, he reconstruido muchos de los vacíos de mi infancia y he lamido las heridas que queriendo o sin querer me provocasteis, aquellas que entonces no veía y ahora reconozco claramente.

Os perdono porque sé que lo hicisteis del mejor modo que supisteis y que lo hicisteis todo desde vuestra manera de amar, diferente a la mía, pero amando igualmente.

Sin embargo, me encantaría recibir ese abrazo de perdón

Sin embargo, tal y como hace la abuela del vídeo, abrazando a su hija para pedirle perdón por todos los momentos que hicieron de ella una hija capaz de perder los estribos y golpear violentamente a su hija, me encantaría recibir un abrazo de perdón.

A muchos nos gustaría saber que en el fondo, aquellos que te hicieron sentir miedo, cuando querían que sintieras respeto, se han dado cuenta que podrían haberlo hecho mejor. Cuántas barreras caerían y cuántas heridas sanarían si vinieran y nos dijeran: “lo siento hijo, antiguamente se hacía así y en ese momento creíamos que era lo mejor, si pudiera volver a hacerlo lo haría de otra manera”.

PS: Hoy no os cebéis mucho conmigo… me he desnudado completamente para escribir esto y ando sensible.

Foto | Atkinson000 en Flickr
En Bebés y más | Los gritos también dejan huella en la personalidad de los niños, Por qué no me gusta el método de crianza de Amy Chua, Método Truby King: la fábrica de la infelicidad (I) y (II)

Temas
Comentarios cerrados
    • brillante

      Pues yo no quiero que me pidan perdon porque el daño ya está hecho. Un perdón no anula años de castigos e incomprensión.

      Además, no se cómo algunos padres se han dado cuenta de que lo hicieron mal, cuando lo normal es que no lo sepan y sigan haciendo las cosas mal. U os creeis que porque mis hermanos y yo seamos adultos (muy adultos) no se nos tiene que cuidar y no sigan la misma linea? Ya no nos pegan o nos castigan contando hasta tres, pero lo hacen de otra manera, sin darse cuenta, pero igual de dañina que es el chantaje psicológico o el querer quitar importancia a las cosas que puede que sí la tenga.

      Yo no he recibido malos tratos, que quede claro, pero he recibido azotes, muchos castigos y poco cariño para lo que yo hubiera necesitado. No se dieron cuenta entonces y no se dan cuenta ahora tampoco. Pero son así y así los quiero yo, por muy llenos de defectos que estén.

      Y además, quien dice que no van a seguir con sus esquemas aplicándoselos a sus nietos? Yo he visto a mi padre dar un azote a mi sobrino de 3 años, y se lo recriminé. Le dije que no volviera a pegar a ninguno de sus nietos, y me calificó de exagerada, de tremendista, de que era necesario y toda su artillería de argumentos.

      Si siguen viviendo sordos y ciegos en su mundo, ¿cómo van a saber que tienen que pedir perdon?

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de ainara27 Respondiendo a ainara27
      interesante

      Buena pregunta... A mi me pasa igual...no sólo no ven el herror sino que cualquier alusión a no castigar o no pegar a los críos es motivo de burla...A mi me han llegado a decir que tengo que ir al psiquiatra pq tengo un problema con eso de no querer ni grita ni pegar a mis nenes pq según ellos eso no es normal...

    • Avatar de ainara27 Respondiendo a ainara27

      Gran pregunta... el perdón se pide cuando estás arrepentido por algo. Claro, si ellos no han hecho ese ejercicio, no lo harán.

      En fin...

    • interesante

      Armando, has tocado una tecla muy sensible...

      Muchos nos sentimos así. Y me gusta tu reflexión entera. Ser capaz de ser crítico con tus propios padres te ayuda a ser mejor padre (y mejor persona). Casi todos los padres lo hacen/hacemos lo mejor que pueden y saben, pero cada uno arrastramos nuestras propias limitaciones desde nuestra infancia. Muchos de nuestros padres y madres tuvieron infancias atroces, muchísimo más duras que las nuestras. Y aunque eso no justifica a nadie, es un punto desde el que tenemos que ver a veces las cosas. La organización de la familia patriarcal es un despropósito, si no las consultas de los psicoanalistas no estarían a reventar, ni existirían tantos problemas que conocemos. Pero es un ejercicio difícil de hacer. Lo que más nos cuesta, de lejos, es reconocer que nuestros propios padres nos hicieron daño. Porque es imposible encajar que alguien que te quiere, te pueda hacer daño (y el mandamiento lo dice claro: honrarás a tu padre y a tu madre. Los buenos hijos no critican a sus padres). Así que sólo queda la negación, y el 'lo hicieron porque me lo merecía'. La víctima que se culpa a sí misma.

      Por supuesto, cuando hablamos de cosas perdonables yo al menos me refiero al exceso de autoritarismo, a la falta de corporalidad, a las pocas demostraciones de afecto, ... los delitos, como el maltrato o los abusos sexuales no son perdonables de ninguna manera.

    • interesante

      Pues sí que gustaría sí, pero a veces uno tiene que asumir que eso no va a pasar y aprender a perdonarse y a "autoabrazarse".

      En mi caso mi padre jamás será capaz de pedirme perdón, él sabe que hay algo roto entre nosotros, pero es tal su miedo a enfrentarse a sus errores que prefiere no sacar jamás el tema, alguna vez tantea a mi madre pero nunca viene ni vendrá a mi y si yo voy tampoco me recibe.

      Mi madre por contra estuvo leyendo algún libro que yo tenía por casa y el día que me puse de parto, simplemente me dijo "cuantas cosas no supe hacer porque simplemente no sabía y cuantas cosas habría hecho de otra manera" y eso fue más que suficiente para mi.

      Uno de dos no está mal. Yo no te puedo dar ese abrazo que te hace falta, y quién te lo puede dar igual ni sabe hacerlo, pero ya es todo un paso que seas capaz de sacarlo de dentro, seguro que ahora es una carga que pesa menos.

    • interesante

      Armando, te mando otro abrazo, creo que lo necesitas también :-) Ojalá no sintieras esto que sientes. Leyéndote creo que soy muy afortunada, porque tengo una madre que siempre estuvo ahí, aún con sus defectos, y si echo la vista atrás, a pesar de que yo ahora haga muchas cosas diferentes con mi hijo, no cambiaría nada de lo que ella hizo.

      Hay algunos errores de los padres que los hijos entendemos cuando llegamos a la edad adulta. Y nos mostramos indulgentes porque comprendemos la distancia, las circunstancias, las carencias, etc. Por supuesto hay otro tipo de errores que entiendo que son muy difíciles de perdonar.

    • interesante

      Me has dejado sin palabras... suscribo totalmente lo que dices. Yo durante años no quise tener hijos para evitarles lo que yo pasé. Afortunadamente al madurar fui caaz de cambiar de idea. Yo tampoco recibiré el abrazo, pero espero que aceptes, bueno todos los que lo necesitéis el mío.

    • interesante

      Armando, yo no estoy de acuerdo con tu artículo. Aunque un padre cometa un error, o dos o tres... en la crianza de sus hijos, creo que siempre lo hace con la mejor de las intenciones, creyendo que es la mejor forma que tiene de criarle y educarle. Ninguno somos perfectos ni nadie nace sabiendo.

      Mis padres me pegaron algún que otro azote de vez en cuando pero jamás les reprocharé que "lo hicieron mal". Me han dado la vida y todo lo que soy y tengo ahora se lo debo a ellos. Los quiero con toda mi alma, ¡por Dios, ¿cómo voy a echarles en cara los errores que pudieran cometer conmigo?!

      Como madre yo también cometo errores pero amo a mi hijo por encima de todas las cosas y me moriría de pena si algún día mi hijo me reprochara que no lo "hice bien"...

      De los errores se aprende, pero jamás hay que echarlos en cara, y menos cuando se trata de un padre que, sin duda, daría la vida por su hijo

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de bimbazaid Respondiendo a Silvia Díaz
      brillante

      Siento contradecirte, pero eso no es siempre verdad. No todos los padres cometen errores movidos por lo que creen es lo mejor para sus hijos.

      Hay padres a los que simple y llanamente les va grande y el papel y ni están preparados ni están dispuestos a hacer el esfuerzo.

      Entiendo que tú partes de la base de lo que has vivido, pero no se puede convertir una experiencia en algo aplicable a todo el mundo.

      Te voy a poner un ejemplo de lo que yo considero que es una de las cosas que mi padre hizo mal y que no esta ni movida ni motivada por pensar que hacía lo correcto. Cuando yo era pequeña y mis hermanas también, como todo niño teníamos nuestros miedos, pues mi padre los aprovechaba para echarse unas risas a nuestra costa, simplemente le parecía la mar de divertido aterrorizarnos, encerrarnos en el baño a oscuras, contarnos que nos iban a comer las tripas mientras dormíamos, cosas así, la mar de normales que un padre les hace a sus hijas pequeñas. Entonces ya me parecía cruel, pero ahora que tengo un hijo me parece simplemente imperdonable por parte de un adulto.

      Lo siento pero no, no todo se hace desde la perspectiva de hacer lo mejor para los hijos. Algunas cosas las harán por eso, otras por no saber o no poder hacerlo mejor y otras simplemente están mal hechas y no hay más vuelta de hoja.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de mipetisa Respondiendo a mipetisa
      interesante

      Mipetisa... gracias por poner un ejemplo personal :S es un asunto muy difícil. Porque a nadie nos es plato de gusto 'airear' esas cosas de nuestros padres. Nos produce vergüenza y dolor. Pero que alguien lo haga es un gran ejercicio de sinceridad y de honestidad. Y ayuda a los demás a 'situarse en el contexto' y saber de qué estamos hablando.

      Si cada uno de los que estamos aqui comentando se pusiera la mano en el corazón y contara esas cosas que más le dolieron de sus padres, empezaríamos a llorar y no pararíamos. Y si nuestros padres se atrevieran a contar las que les dolieron de los suyos, ni te cuento. Pero todo el mundo calla. ¿Qué hay detrás de objeción total a la mínima crítica a los padres? Quizás un 'Si yo no critico a mis padres, mis hijos no me criticarán a mi'? ¿Y por qué nos duele tanto la posibilidad de que puedan criticarnos, qué miedo tenemos? Contar la verdad...eso se deja para la privacidad del psicoanalista. Para no avergonzar a nuestros padres, y no tener que llorar en público.

    • Avatar de bimbazaid Respondiendo a Silvia Díaz
      interesante

      Bueno Silvia, opiniones hay mil... ya he dicho que mis padres lo hicieron lo mejor que pudieron y supieron, con el amor por bandera, por supuesto.

      Yo a mis hijos los amo con locura, pero hay días en que mi paciencia es mínima y sin querer lo pago con ellos, contestándoles peor a lo habitual, poniéndome demasiado nervioso con cosas tan absurdas como que se les caiga un vaso de agua y a veces incluso gritando... cuando veo que me he pasado les pido perdón y les explico por qué he perdido los nervios. ¿Quieres decir que no hace falta que pida perdón porque les amo? Si algún día se me escapa una torta, ¿no podrán quejarse porque les amo?

      Yo a mis padres les quiero un montón y sé que ellos también me quieren a mí y como dices darían su vida por mí, pero eso no hace que lleve conmigo una mochila que durante mucho tiempo me ha pesado demasiado. Ahora no pesa tanto, pero en cierto modo, como dices, todo lo que soy se lo debo a ello, lo bueno y lo menos bueno.

      Siempre podría relativizar y compararme con aquellos cuyos padres maltratan, pegan, insultan, etc... así no tendría nada de que quejarme, pero claro, éstos también podrían relativizar y compararse con los niños abandonados en la calle o en orfanatos inhumanos, y tampoco deberían quejarse... y así podría seguir un buen rato.

    • interesante

      Cuando tenía unos 6 ó 7 años, pasé una mala época de terrores nocturnos relacionados con los celos hacia mi hermano. Mis padres se quedaban conmigo por la noche hasta que me quedaba dormida, me daban la mano hasta que el sueño me vencía y ellos podían levantarse de la cama, seguir con sus cosas, su descanso… muchas veces me despertaba a media noche y vuelta a empezar… ‘¿me haces compañía, papa?’. ‘Claro que sí, pero venga, tranquila, no pasa nada. Estamos aquí. No tienes que tener miedo de nada?’. ‘Es que tengo miedo de monstruos, de la oscuridad, es que los niños de mi clase tiene unos cromos que me dan miedo y sueño con ellos’.’Son cromos, solo cromos, no existe.. venga, a dormir…?, Y así muchas noches seguidas. Fuimos a hablar con la pedagoga del colegio y ella asoció esos temores a los celos. Puede ser… no sé. El caso es que yo tenía miedo de verdad. Mis padres decidieron que mi hermano y yo durmiéramos juntos. No funcionó y yo empecé a levantarme cada noche para ir al cuarto de mis padres para que me dejaran dormir con ellos. Recuerdo recorrer el pasillo a oscuras, tocando la pared con la mano, con lo ojos cerrados porque me sabía el camino de memoria, muy rápido, muy rápido para llegar a su habitación. ‘Tengo miedo. ¿Puedo dormir aquí?’. ‘Venga…ven’. La pedagoga y el cansancio, junto con la sensación/convicción de que una niña de 7 años tenía que dormir en su cuarto acabaron por hacerles pensar que lo mejor era llevarme a mi cama. Y, bueno… pues noche sí, noche no, la misma historia. ‘Tienes que dormir en tu cama, no pasa nada, estamos aquí al lado’. Una noche, a mi padre le venció el cansancio y… sí… se enfadó mucho. Me dijo que no había monstruos, que no tenía razones para tener miedo y me dijo que entre los dos lo íbamos a comprobar. Me llevó por toda la casa para que viera que no había nada que temer y salimos de casa al rellano y me dijo que allí tampoco había nada, que no llorara más o me dejaría allí fuera. Enseguida me cogió en brazos, me llevó al salón, me tranquilizó y nos quedamos los dos dormidos en el sofá.

      Unos 20 años después de aquel día, en una comida familiar, mi hermano y yo bromeábamos sobre recuerdos de nuestra infancia: desde el capítulo de Verano Azul en el que decían ‘te pesa el culo piraña’, hasta los pantalones granates que se compró mi padre para ir un verano a Menorca, pasando por la frase de mi madre cuando nos oía discutir ‘si voy, veréis!!!’ que mi hermano y yo acabamos convirtiendo en un verso rapero. ‘Y lo miedica que era mi hermana de pequeña, que tenía que darme todas las noches la mano para dormirse…’. ‘Jo, papa, pues y me acuerdo de la noche que me sacaste al rellano porque tenía miedo’. A mi padre le cambió la cara. Miró a mi madre. Me miró a mi. ‘¿Te acuerdas de eso?. ‘Sí, ja, ja, ja, es que me acuerdo de aquellos cromos con caras de extraterrestres color blandiblud…, que susto me daban, ja, ja, ja’. ‘Me gustaría que no te acordaras de esa noche, me gustaría recordarla sólo yo. Me he arrepentido siempre de haberlo hecho y me costó mucho quitármelo de la cabeza’. ‘Papa, que no pasa nada, que no me ha quedado ningún trauma’. ‘No me lo recuerdes, por favor’.

      Mi padre se levantaba de la cama cuando éramos bebés 3 segundo antes de que tosiéramos. Con una bebé recién nacida como yo que pasó tres meses sin dormir, se recorrió kilómetros y kilómetros de pasillo conmigo en brazos, cantando, meciendo… Y kilómetros también en coche por las calles de la primera ciudad en la que vivimos los tres juntos para que me durmiera. En mis adolescencia, cuando los eccemas de mi dermatitis atópica se infectaban y me quería arrancar la piel del picor y beberme toda la botella de atarax, se sentaba a mi lado en la cama y me hablaba y me miraba las manos y se aseguraba de que tuviera las uñas bien cortas y me las cogía entre las suyas para que no me rascara. Siempre ha estado ahí, hasta hoy, a mis 39 y a sus 74 años está cada día a mi disposición como lo ha estado siempre.

      Me riñó de pequeña por pelearme con mi hermano, por no acabarme la comida, me impuso algún castigo si suspendía, jamás me pegó (mi madre sí, alguna palmada al culo), me exigió lo máximo en los estudios y no siempre cumplí. Hasta el mismo día de mi boda, en el coche, me dijo que siempre podría contar con él y creo que sólo me ha dicho ‘te quiero’ en una ocasión. No siempre nos hemos comunicado bien, muchas veces nos hemos enfadado y me molesta que a veces me considere una niña, cuando el año que viene cumpliré 40 tacos.

      Llevo muchos días pensando en este post. Desde el primer momento me vino a la memoria la noche del rellano… no sé, es lo más visual, lo más concreto de las ‘malas prácticas’ de crianza de nuestros padres. Decir ‘fallasteis, no lo hicisteis bien…’ me parecía muy poco concreto y a mi me gusta hacerme una idea de las cosas con ejemplos, aunque al final cada caso sea diferente. Y yo también he llorado pensando en mi respuesta, recordando y escribiendo estas palabras. Y he rebuscado hasta en el lugar más recóndito el más mínimo resto de rencor, de resentimiento, de necesidad de ser resarcida. Esa mala noche ha sido tan compensada que no puedo más que perdonar sin que me hayan pedido perdón explícitamente. Entiendo ahora que cuando me dijo ‘no me lo recuerdes’ me estaba pidiendo perdón…

      No sé, Armando… no nos conocemos personalmente, pero me pareces una buena persona, una persona a la que merece la pena conocer y tratar. Y esto es, en un porcentaje muy alto, mérito tuyo. Pero tus inseguridades como padre, (ojo, que todo esto te lo digo a ti, pero me lo estoy diciendo a mi también) como persona, también entiendo que son responsabilidad tuya. Evolución personal. En mi caso, alguien pensará que aquel episodio ha contribuido a que yo le haya pegado una palmada en el culo en alguna ocasión a mis hijas, o que les riña cuando yo creo que están jugando con la comida cuando otro puede pensar que no tienen hambre. O que mi ojeriza hacia la CN en su versión más ortodoxa proviene de ese día porque soy víctima de un tipo de crianza. Bueno, yo no tengo la verdad. Sólo tengo mi verdad y no pienso transformarla en una venganza personal y global. Personal contra mis padres. Global contra una generación.

      Uff, qué rollo. Ánimo y un abrazo.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR
      interesante

      Anna, te quedaste con la frase y por lo que veo no te la sacas de la cabeza... el problema es que tu enfoque no puede ser como el mío. Yo escribí esa frase porque es una manera de poner letras a un sentir, a una sensación... tú estás intentando poner ese sentimiento, buscándolo, a esas palabras, y no es posible, porque tú no dirías eso de tus padres.

      Lo que sucedió ese día con tu padre es una anécdota, tan anécdota que tu padre se avergüenza de ella, casi como pidiendo perdón por una situación concreta. Mi padre no se avergüenza de nada, porque cree que todo lo que hizo fue correcto, tanto que a veces aún da consejos a los que ahora somos padres...

      Hablar de los padres de uno es algo muy relativo, porque nosotros somos 6 y estoy seguro de que nuestra visión hacia ellos es diferente en los seis hermanos. Yo tengo cosas guardadas que algún hermano mío probablemente ni recuerde, o que quizás recuerda como anécdota.

      Digamos que mi padre consiguió que yo le temiera, cuando a mi hermano mayor le daba bastante igual lo que mi padre dijera. Es decir, después está el carácter de cada niño. Yo era tímido e introvertido y aprendí rápido a agachar la cabeza. Mi hermano mayor era más extrovertido y más fuerte y discutía más con mi padre. Yo no era capaz de rebatir ni la primera palabra.

      Sé que quieres ejemplos, pero no puedo dártelos... quédate con esto que te comento. Son sensaciones, una suma de hechos, de vivencias, de palabras, de tratos... son más de veintipico años a la sombra de mis padres, que no eran malos padres, había mucho amor, pero también faltaba mucho respeto y faltaba capacidad para darnos autonomía (con 25 años aún me decía qué coche me tenía que comprar y qué coche no, y no como consejo precisamente).

      En fin, el día que escribí la entrada me desnudé por un momento y ahora me he vuelto a vestir... hace frío para andar sin ropa.


      Edito para añadir espacio entre párrafos...

    • Cerrar respuestas
    • Bueno… pues, siento mucho que los abrazos desde la discrepancia no sean bienvenidos, en fin, no pasa nada. También creo que al vestirte te has descubierto. Al menos para mi. Debería haber dicho en mi comentario de manera más clara que cada caso es diferente y que si coincidimos en esto y en que ‘hablar de los padres de uno es algo muy relativo’ lo suyo era decir ‘a mi me gustaría que mis padres me pidieran perdón’. Aunque, visto lo visto y por desgracia, veo que sois muchos en esta situación. La verdad es que no sé si mi padre aún piensa que hacía lo que debía. A veces las cosas que toca hacer no son las que más nos gustan… no sé… hablo en general. En ese caso particular no sirvió de nada, porque yo seguí yendo al cuarto de mis padres. Algún día dormía con ellos, otros días me quedaba dormida en una butaca que tenía en el cuarto y, o me llevaban a la cama o me metían en la suya… y poco a poco fue pasando y la verdad es que hoy en día prefiero dormir acompañada. Aún me dan miedo los monstruos.

      Yo también he temido a mi padre cuando llegaba a casa con las matemáticas suspendidas evaluación tras evaluación. Y en otras muchas ocasiones también he temido que se enfadara conmigo. Nunca me ha gustado decepcionarles como ellos no me han decepcionado nunca a mi. Y me ha dado consejos para comprarme el coche, la casa, para tomar ciertas decisiones de trabajo… me los ha dado porque se los he pedido, eso también es cierto. Y la verdad es que mi hermano y yo no tenemos ni mucho menos, la misma percepción sobre las virtudes y defectos de nuestros padres. Bueno, ni sobre eso ni sobre nada más.

      Sí que te doy la razón en una cosa (en las otras no se trata de dar la razón, no busco yo, ni mucho menos defender a tus padres)… yo he hecho el proceso contrario: sí, he buscado ese sentimiento quizás de manera artificial y forzada. Pero lo he buscado mucho, trataba de empatizar porque te leía desanimado y fastidiado y… ¿ves?... yo a veces me siento así cuando hago cosas que no me gusta hacer con mis hijas. Reñirlas, ceder al enfado, al cansancio… Y me siento fatal y me cuestiono si lo estoy haciendo tan mal y me pregunto qué quedará más en su memoria… En este odioso proceso de desenganche del chupete de Marta, que está siendo como destintoxicar a un drogadicto… ¿de qué se acordará más?. ¿De lo mal que lo pasa, de lo que llora? ¿O se acordará de que voy a hacer todo lo posible por que lo pasemos juntas? El chupete es un ejemplo concreto: Marta tiene 3 años y 4 meses y tiene una gran dependencia del chupete. A mi no me importa que lo use cuando está cansada, cuando nos vamos a dormir pero no me gusta esa dependencia que tiene de él. No me parece buena. Creo que no le hace bien. No el chupete, sino la necesidad. Y supongo que vendrán un montón de cosas en las que yo pensaré que actúo por su bien aunque parezca lo contrario. Intentaré hacerlo desde la reflexión, desde la convicción a la que normalmente tanto me cuesta llegar.

      Sí que hace frío sí en estas mañanas de casi otoño.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR

      Anna, perdona... claro que acepto tu abrazo. Es lo que tiene comunicarse por escrito, que no sabes cómo me siento ante lo que escribes ni cómo siento lo que escribo.

      Si estuviéramos cara a cara y me abrieras los brazos para abrazarme, seguro que lo habría hecho (bueno, ya me entiendes, en un contexto que nos conocemos, nos apoyamos, etc.)... porque esto es como una charla entre amigos en la que uno explica cómo se siente ahora que echa la vista atrás y el otro (la otra) dice que intenta verlo también, pero no lo ve igual porque no vivió lo mismo... no hay ataques ni defensas, sólo conversación (y lo digo porque tú y yo acabamos muchas veces así, ataque, defensa, tanteo, defensa, ataque...).

      El caso es que no quiero entrar en ejemplos concretos porque no me siento a gusto haciéndolo. Quizás de tú a tú, sí contaría muchas cosas, porque a veces sólo hace falta sacarlas para revivirlas mentalmente y sentirte mejor. Pero aquí, así, en el tecladito, no me veo...

      Un beso.

    • Cerrar respuestas
    • Pues no sabes lo bien que me ha venido a mi este ejemplo: 'en mis 5 años como padre he metido la pata decenas de veces, he perdido los estribos más veces de las que quisiera y, sin pegarles ni castigarles, seguro que les he asustado en más de una ocasión', porque parece que lo hubiera escrito yo. La única diferencia -podría obviarla y quedar la mar de bien- es que yo sí que le he pegado más de una palmada al culo a mi hija pequeña. Para nada me siento orgullosa, me siento más mal que bien, la verdad. Y esos momentos que describes me dejan hecha una piltrafa por eso me vienen bien ejemplos concretos de que 'esto pasa hasta en las mejores familias'. No para caer en la complacencia, ojo... si no para intentar convencerme de que lo voy a hacer bien la próxima vez.

      Otro beso pa ti, casi triple papi!!!

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR

      Gracias!!

      En esto estoy, en tratar de hacerlo lo mejor posible, siendo consciente de que no existe el padre perfecto, básicamente porque no existen los hijos perfectos.

      Ayer sin ir más lejos el pequeño le tiró una pila C (de las "gordas") al mayor y le abrió el labio... el ladrido que le pegué no puedo relatarlo (y los que le pegó Miriam tampoco). Luego, una vez el mayor estaba curado y tranquilo, fuimos a por el otro, que lloraba como un poseso para calmarlo también. Cariño, besos y todas las explicaciones del mundo de por qué se había llevado semejante bronca: "mira el labio de Jon...", "le has hecho mucho daño...".

      Y como tiene dos años y entiende hasta donde entiende, las pilas las he guardado en otro sitio.

      Digamos que es una de las pocas veces que no me arrepiento de haber perdido la compostura (si a perder la compostura se refiere gritar, que supongo que sí). No me arrepiento, pero tampoco me alegro. Supongo que podría haberlo hecho mejor y podría haberlo hecho peor. Ahora mismo prefiero mirar hacia adelante, porque como ésta me esperan muchas.

    • interesante

      A mi me gustaría proponeros un ejercicio de empatía... imaginaros en el año 2040, con vuestros hijos ya mayores, adultos. Y os encontrais este post, sobre la forma en que les criasteis, ¿qué pensaríais?. No lo digo como critica, si no como reflexión. El post me ha parecido muy bueno, y aunque no es mi caso (como ya os he comentado en algun otro post, mis padres han sido geniales para mi) si creo que es bueno ver que hay gente que se siente igual que tu.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de calistaalvir Respondiendo a calistaalvir
      interesante

      Bueno, partiendo de la base de que trato de no levantar la voz, pido perdón si lo hago, no les pego ni castigo y trato de respetar y de enseñar a que respeten, utilizando "métodos" humanos y mucho diálogo, no sé si tendrán mucho de qué quejarse.

      En cualquier caso, si se quejaran por algo, lo leyera y estuviera de acuerdo, les diría que lo siento y que sólo lo hice lo mejor que pude y supe.

    • Cerrar respuestas
    • Armando, gracias por tu reflexión y por esta respuesta de tu autoexámen como papá. Creo que como hijos es importante evaluar todo en contexto histórico, que muchas veces a la luz y a la sombra de la experiencia personal se desdibuja, pero es importantisimo. Laura Gutman dice: Una madre siempre es madre al máximo de sus capacidades, lo cual no significa, que alcance para el hijo". Si hay algo que estoy aprendiendo desde que tuve a mi hijo, es a trabajar la compasión, la tolerancia, la paciencia y las ganas de aprender TODOS LOS SANTOS DÍAS, ojala nunca me quede corta. Desde aqui va mi abrazo!

    • Avatar de calistaalvir Respondiendo a calistaalvir
      interesante

      Pues yo creo que se trata un poco de eso, Calistaalvir. Yo he hecho ese ejercicio de empatía con mis padres, y por eso, como comprendo las circunstancias de sus vidas, creo que lo han hecho lo mejor que han sabido. No me importa el que mis hijos dentro de 30 años tengan algo que criticarme, por supuesto. Sería hipócrita que yo lo hiciera con los míos, y no esperara que mis hijos pudieran hacer lo mismo. Y lo espero porque ni soy ni pretendo ser la madre perfecta. Sólo espero hacerlo lo mejor posible, y sí, aprender de las cosas tanto de las que me han gustado como de las que no me han gustado de mis padres como padres. Y si lo hago medianamente bien, no necesitarán escribirlo en ningún sitio, porque me lo habrán dicho a mi a la cara, y habré sabido encajarlo y pedirles perdón (cosa que hago desde ya). Si yo me encontrara un post como este me sentiría dolida como madre no porque mis hijos me critiquen, sino porque querría decir que LA COMUNICACIÓN entre mis hijos y yo no ha funcionado en treinta años. Y eso sí que es triste.

    • interesante

      Gracias Armando por este articulo, es como si lo hubiera escrito yo, un abrazo muy fuerte

    • Se suponia por lo que habia oído que al tener un hijo te identificas más con tus padres en especial con tu madre.. pero en mi caso empecé a cuestionar todo... y cosas que antes me parecian normales ahora no me lo parecen... se que mi madre lo hizo como a su parecer era mejor... aunque me encantaría, no que me pidiera perdón pero si que reconocierá que se equivocó.. que no necesitaba cosas si no que la necesitaba a ella, que no queria un gran regalo en mi cumple, hubiera preferido un beso y una felicitación y haber pasado el dia con ella... Pero por lo menos me alegro después de leer este post que no soy un bicho raro y que este sentimiento lo tiene más gente... parece que compartidas las cosas duelen menos.

    • Desde que nació mi hija han vuelto recuerdos de mi infancia que creía borrados. Estoy de acuerdo contigo Armando en que sería estupendo recibir disculpas por los errores cometidos pero estoy segura de que, mejor o peor, los padres lo hacemos lo mejor que sabemos/ podemos...

    • 'Fallasteis, no lo hicisteis bien'... eso es para mi lo más duro de tus palabras. ¿Crees que tú no fallarás nunca?.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de annajuanroch Respondiendo a Anna JR
      interesante

      No, por Dios, en mis 5 años como padre he metido la pata decenas de veces, he perdido los estribos más veces de las que quisiera y, sin pegarles ni castigarles, seguro que les he asustado en más de una ocasión.

      Ahora bien, en la calma post-crisis he sabido explicarme, he hablado con tranquilidad sobre lo sucedido y me he reconciliado con ellos... no es una maravilla, pero creo que es mejor que nada.

      No sé si lograré hacerlo mejor que mis padres que, repito, mal (o fatal) no lo hicieron. Simplemente creo que se puede hacer de otra manera y en eso estamos.

    • Te felicito por tu articulo Armando.Es un gran tema.Mis padres nunca me pegaron pero a veces me hacían comparaciones con otros niños que yo eso odiaba( pues esta niña lo hace mejor que tu...)eso me traumatizaba la verdad y me acuerdo perfectamente me dolía mas eso que un cachete.Es algo que siempre tengo presente en la educación de mi hijo para no repetirlo con el,pues me hizo tener una autoestima y un complejo de inferioridad increíble que hasta que no he sido adulto no he conseguido superarlo.Y claro que le pido perdón a mi hijo cuando estoy agotada y no puedo mas y le chillo necesito pedirle perdón a mi peque y siempre lo haré

    • Pues yo pienso que mirándome al espejo soy una persona feliz, estoy orgullosa de cómo y quién soy y soy como soy gracias a todo lo bueno y lo malo que ha hecho mi madre a lo largo de mi crianza incluidos los bofetones que más de una vez me ha dado, así que no quiero que me pida perdón sino todo lo contrario ¡gracias mamá! Por todo lo que me has dado y hacerme la persona que soy.

    • armando, me identifico con cada una de tus palabras, aqui me tienes llorando a moco tendido.

      Gracias. Gracias por poner en palabras lo que yo también siento. Gracias por ayudarme a dar otro paso más en el camino hacia el perdón.

      Ese abrazo que pides te lo mando yo, porque en mi caso, tengo claro que no lo recibiré nunca.

      Gracias de nuevo.

    • Me he emocionado con este artículo de Armando y todos vuestros comentarios, no puedo parar de llorar. Todos tenemos recuerdos, buenos y malos. Por supuesto que muchas veces no hemos entendido el comportamiento de nuestros padres pero más que el abrazo del perdón prefiero el de la reconciliación, después de una de las charlas con mis padres. Y en concreto con mi madre, la quiero tanto que, aunque en muchas ocasiones discrepe con ella, no soportaré vivir sin ella. Escribir ésto, a estas horas y con la peque que tengo malita, va a provocar que me cueste conciliar el sueño. Ojalá todo el mundo empatizara y pensara un poco en los demás.

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de maroire Respondiendo a M.Carmen

      Claro... el perdón ya lo tienen, son mis padres... de hecho yo creo que hasta sobrarían las palabras. Un abrazo, no el que le das a tu hijo adulto, sino el que le das al niño que lleva dentro, ese que tuvo que construir una coraza, para lo bueno y para lo malo, por heridas que durante mucho tiempo dolieron.

    • Armando, suscribo todo lo que dices y me siento totalmente identificado contigo. Un fuerte abrazo...

    • Tengo la piel de gallina y los ojos llenos de lágrimas!!!!Es que lees la mente? Estoy totalmente de acuerdo en todo, sobretodo por que no hay mejor manera de curar las heridas que con nuestros hijos...yo también me he sentido tremendamente identificada con situaciones de mi hija (o quizá mi niña interior se reflejaba en ella), y siempre intento pensar qué hubiera querido yo que me hubieran dicho o echo...y eso te va curando por dentro. Ahora mi pregunta es la siguiente...Qué haces cuando ese perdón no sólo no llega sino que todo lo contrario, se critica constantemente tu forma de educar a tus hijos????Es un problema que me trae de cabeza... Para que me entendais...mi nene (el 2º) tiene ahora recién 5 meses y mis padres ya me han preguntado que hasta cuando le voy a dar el pecho (pq según ellos más alláde los 6 meses es "tercer mundista"..., que si el niñoya duerme solo en la cuna o que empieza a ser hora de "despegarlo de mi"... Y aunque suene ridículo, les miento...si supieran que mi nena de 4 años duerme con nosostros, me desheredan... Alguien ha pasado por esto???Cómo se les dice que no se metan en mi crianza sin desatar un drama familiar???? Gracias y siento haberme ido del tema, pero yo tb me he lebantado muy sensible y este post me ha removido todo!!

    • Cerrar respuestas
    • Avatar de fifaspey Respondiendo a ana

      Exacto! Eso mismo es lo que yo he dicho.

    • Armando, me siento muy identificada con tus palabras. Un abrazo grande para vos.

      Ana: en mi caso también se meten en como crío a mis hijos, no sólo mis pades si no mis amistades. Que cómo le decis que no se metan? Así de simple: Son MIS HIJOS y los crío como lo creo conveniente. Acaso tu hijo de 4 años dueme con ellos? NO, entonces qué les molesta? Mi hijo de 5 recién hace un mes decidió irse a domir a su domitorio, el solito. Ni te cuento las barbaridades que tuve que escuchar. Tengo una nena de un año y medio y dueme conmigo también. Ya llegará su momento y se irá a su cama solita también.

    • Excelente artículo, lo leí anoche y supongo que tocó fibras sensibles porque hasta me decidí a comentarlo, despues de mas de dos años leyendo este blog nunca lo habia hecho. Al leerlo también lloré y muy dentro desee ese abrazo de perdón. Te felicito Armando, me encantan los articulos y en particular los tuyos. Con este blog me instruyo para aducar a mi hijo. Gracias!!

    • Por cierto, antes de leer este artículo habia visto el video de un bebé que tomaba de la teta de una vaca porque su madre lo dejó para ir a buscar trabajo a otro pais, creo que eso me dejó un poco sensible. Aqui les dejo el link a ver que les parece....http://keseyoke.blogspot.com/2011/09/el-chamaquito-que-pega-beber-leche-de.html

    • un artículo grandioso. yo soy de las que opinan que mis padres se equivocaron en muchísimos aspectos a la hora de educarme pero todo ello me ha servido para reflexionar y saber que conductas son buenas y cuáles no a la hora de emplearlas. un saludo

    • sólo los que nos hemos criado con ese tipo de educación podemos entender al 100% este video. Los que tenemos hijos y sabemos lo que cuesta cambiar patrones, y cada vez que te desvias un poco de lo que tu crees mejor y ves los ojos de incomprensión de tu hijo, entiendes este video precioso!!! ojalá en mi caso se diera esa imagen aunque fuera tan breve porque con eso ya no haria falta explicaciones

    • Mi madre tiene ya 92 años y jamás ha reconocido un solo error en esta materia que yo haya intentado hacerle ver. Por lo tanto no me queda ninguna esperanza de recibir ese abrazo que se dice en el mensaje. Es una pena. Sería justo lo que necesito para borrar todo lo que tengo contra ella. Soy creyente y espero encontrármela de nuevo en la otra vida. Seguro que allí lo recibiré.

    • Enhorabuena armando por el artículo, me identificó totalmente contigo, a mi me pasó Li mismo que a ti. En mi caso una madre autoritária que no me educó en el respecto, que queria que pensara como ella porque ella sabia Lo que era Lo correcto para mi en cada momento, un desastre la verdad. Desde que tengo a mi hijo menos entiendo el trato que recibí. Un beso y aqui estaremos educando a nuestros hijos en la empatia, el respecto, el esfuerzo, la responsabilidad, con mucho, mucho cariño.

    • Y con mucha alegria!

    Inicio
    ×

    Utilizamos cookies de terceros para generar estadísticas de audiencia y mostrar publicidad personalizada analizando tu navegación. Si sigues navegando estarás aceptando su uso. Más información