"Mi suegra me dice constantemente cómo tengo que educar a mis hijos..." ¿Te ha ocurrido? ¿Sentir que tu familia política se entromete demasiado en la crianza de tus hijos?
A veces sucede, que nuestra suegra, cuñada, cuñado, primos de nuestra pareja, etc., intentan decidir cómo tenemos que educar a nuestros hijos, aunque no sean suyos.
Es una situación que genera tensión y malestar y que, además, puede acabar perjudicando también a la relación de pareja, generando discusiones.
Si estás en esta situación, es normal que te sientas incómoda. Primero de todo: ¡no te sientas culpable por ello! Tienes derecho a educar a tus hijos cómo tú y tu pareja consideréis.
No es lo mismo aconsejar que entrometerse
Además, que una cosa es aceptar consejos, dejarse acompañar, estar abiertas a aprender, y la otra muy distinta es soportar que se entrometan en nuestras decisiones y aguantar comentarios que nos dañan o que cuestionan nuestra forma de maternar.
Pero, ¿cómo salir de esta situación y mejorar la relación con la familia política? ¿Cómo aprender a poner límites?
Cuando tu familia política se entromete demasiado en la crianza de tus hijos: ¿cómo podemos actuar?
Si, con tu familia política, te encuentras constantemente justificando el por qué educas así a tus hijos, esquivando comentarios desafortunados, ahorrándote ciertas palabras para no crear malestar, quizás sea hora de poner las cartas sobre la mesa y empezar a proteger tus necesidades.
¿Cómo actuar si nuestra familia política se entromete en nuestra crianza de los hijos y esto tiene un impacto también en la pareja? Primero de todo, estate tranquila: tienes derecho a sentirte así. Respira hondo y empieza a leer las ideas clave que te proponemos para empezar a trabajar en ello:
1. Háblalo con tu pareja
El primer paso que puedes hacer es hablar de todo ello con tu pareja. Exprésale lo que te preocupa de la situación, qué actitudes te molestan de él y/o de tu familia, cómo podéis resolverlo juntos...
Es importante que fomentéis una comunicación honesta y abierta y que os habléis siempre con respeto, escuchando la opinión del otro y dejándole hablar.
El hecho de hablar con tu pareja os acercará, te permitirá conocer cuál es su visión, llegar a puntos comunes y, sobre todo, empezar a actuar como el equipo que sois.
2. Deja claro que respetas a su familia
Cuando hables con tu pareja, y antes de hablar con tu familia política, es importante que dejes claro que respetas a su familia, su forma de ser y sus costumbres, pero que hay situaciones que te generan malestar y límites que no puedes tolerar.
Se trata de mejorar la situación y protegeros de lo que os hace daño, no de generar más conflicto.
3. No compares tu familia con tu familia política
Ya lo dicen, que las comparaciones son odiosas... por ello, intenta evitar comparar a tus familias. Son familias distintas, con integrantes distintos, y además, el vínculo que te une a cada una de ellas es de una naturaleza muy diferente también.
Por ello, no sirve de nada comparar a ambas familias, salvo para sentirnos aún peor. Si realmente sientes que tu relación con tu familia política es tensa, o que hay conductas suyas que no te gustan, es hora de dejar de compararse y hablarlo con ellos.
Recuerda que decir las cosas no es faltar al respeto y que hablando se entiende la gente. No temas y dirígete hacia el siguiente paso.
4. Habla con tu familia política
Es importante que también puedas expresar lo que te ocurre directamente con tu familia política. Está claro que no todos tenemos la misma confianza con la familia de nuestra pareja, y quizás tú no tienes una confianza máxima con ellos.
Aún así, es importante que puedas verbalizar aquellas cosas que te molestan. Para que te sea más fácil, prueba a hacerlo primero con aquel miembro de la familia con el que sientas un poco más de sintonía, o con quien tengas un poco más de confianza.
Exprésale lo que te molesta, por ejemplo, que se entrometen demasiado en vuestra vida, la manera de dirigirse a ti, la forma de hablar de tus hijos, etc. Sea lo que sea lo que quieras expresar, opta por la transparencia y la asertividad, dos herramientas que facilitarán la comunicación.
5. Pon límites
Y llegamos al gran "quid" de la cuestión: los límites. Poner límites es actuar con asertividad, que no es otra cosa que la capacidad para expresar lo que opinamos y sentimos desde el respeto y la franqueza, sin herir o dañar al otro.
Si realmente sientes que tu familia política se entromete demasiado en vuestra vida, es hora de poner límites. Para poner límites, primero deberás identificar aquellas conductas que te molestan y tener claro qué es lo que necesitas (tú y tu familia).
El segundo paso es comunicarlo; puedes empezar por límites que te sean más fáciles de poner. Por ejemplo: "no nos va bien que vengáis cada tarde a ver a los niños, por cuestiones de logística preferimos que sean solo un par de tardes a la semana". ¿Qué otras cosas nos ayudan a poner límites?
¿Cómo poner límites?
Y es que muchas veces los conflictos con la familia política surgen por esa tendencia que tienen a entrometerse en nuestra crianza. Y son cosas que generan bastante tensión, no solo en la crianza, sino con la pareja.
De ahí, la importancia de poner límites. Algunos consejos que pueden ayudarnos a ponerlos son:
- Identificar qué nos molesta y qué necesitamos.
- Verbalizarlo, es decir, establecer los límites (con la familia política y con la pareja).
- Empezar por cosas "pequeñas", que nos cuesten menos.
- Confiar en nuestro criterio y en nuestro instinto a la hora de criar a nuestros hijos e identificar lo que necesitamos.
- Recuerda: no necesitas una "gran razón" para poner límites, simplemente confiar en ti.
- Tampoco tienes que "justificar" por qué poner ciertos límites, aunque sí puedas expresar el por qué los pones (que no es lo mismo).
- Y sobre todo, recuerda que tienes derecho a poner límites; ¡de esto trata el autocuidado!
Y tú, ¿te has agobiado por los consejos de tu suegra? ¿Has sentido alguna vez que tu familia política se entrometía demasiado en vuestra forma de educar? Si es así, te animamos a permitirte enfadarte y a empezar a ser práctica, probando algunos de nuestros consejos.
Y sobre todo, recuerda que tienes derecho a mostrarte tal y cómo eres y a decidir qué es lo mejor para tu familia. Escojas lo que escojas, estará bien. ¡Confía en ti!
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