La autoestima es una de las bases del bienestar en la infancia; de hecho, podríamos decir que es la base sobre la que se construye un desarrollo psicológico sano, y además, nos permite vincularnos de forma sana con los demás.
Si esta autoestima está dañada, puede surgir el complejo de inferioridad. Hablamos de un sentimiento de inferioridad, y de una sensación de inseguridad constante que se refleja en la toma de decisiones, en las conductas en general...
Pero, ¿qué señales pueden ayudarnos a identificar este complejo en nuestros hijos? ¿Cómo podemos acompañarlos para que se sientan bien consigo mismos, capaces y válidos?
¿Qué es el complejo de inferioridad?
El complejo de inferioridad engloba una serie de síntomas, siendo el que prevalece una baja autoestima. La persona con este complejo se siente insegura, además de inferior a otras personas, aunque no tenga razones objetivas, realistas o racionales para creerlo.
Así, es alguien que siente que los demás son mejores, que tienen más cualidades y son más capaces.
Es importante remarcar aquí que no se trata de un trastorno, y por lo tanto, no hablamos de ningún diagnóstico oficial, sino más bien, de una serie de características y síntomas conductuales y emocionales.
Cinco señales para detectarlo
¿Qué señales nos estarían indicando que nuestro hijo padece complejo de inferioridad? Hablamos de las más importantes (ten en cuenta que deben cumplirse varias de ellas, y no únicamente una):
Miedo exagerado a cometer errores
Una de las señales del complejo de inferioridad es un miedo exagerado a cometer errores. Si observas que tu hijo teme mucho equivocarse, y que, además, cuando se equivoca, no lo tolera o lo pasa realmente mal, esto podría ser una señal de alerta de este complejo.
Dificultades para reconocer los propios méritos
Otra de las señales del complejo de inferioridad es la dificultad para reconocer los propios méritos.
Si a tu hijo le cuesta identificar sus habilidades, reconocer cuando algo se le da bien, o directamente reconocer sus propios méritos (y reforzarse por ellos), y a esta señal se le suman otras, podría estar padeciendo el complejo de inferioridad.
Inseguridades
Las inseguridades son otra de las señales de alerta del complejo de inferioridad. Cuando hablamos de inseguridades, nos referimos a una dificultad para reconocer las propias capacidades, así como para escoger entre diferentes opciones a la hora de conseguir un determinado objetivo.
También pueden traducirse en dudas constantes acerca de lo que hemos hecho o dicho, y en el pensamiento continuo de si hemos acertado o no.
Dificultades para aceptar elogios
Una dificultad para tolerar o aceptar elogios puede ser señal de baja autoestima, lo que se relaciona también con el complejo de inferioridad.
Muchas veces, esta dificultad surge por la incapacidad para reconocer, en uno mismo, aquello que nos están elogiando.
Así, los niños con complejo de inferioridad suelen sentirse incómodos ante los elogios.
Sensibilidad antes las opiniones ajenas
Los niños a los que les afectan mucho las opiniones ajenas también pueden padecer complejo de inferioridad.
Así, son niños que suelen molestarse o sentirse incómodos ante los comentarios de los demás, y que muestran una gran sensibilidad ante las opiniones ajenas, opiniones que chocan con esa baja autoestima.
En este sentido, les afecta mucho lo que puedan pensar de ellos, y pueden sentirse fácilmente heridos o atacados.
Cómo puedes ayudarlo: cinco ideas clave
Os dejamos cinco ideas clave para ayudar a vuestro hijo a salir de ese complejo de inseguridad.
Identifica las causas
A la hora de resolver cualquier situación o problema, es importante conocer las causas del mismo. Por ello, intenta identificar, y entender, las posibles variables o factores que han intervenido en el origen (y mantenimiento) de estos síntomas en tu hijo.
¿Puede ser una situación traumática en el colegio, por ejemplo? (Como por ejemplo, sufrir bullying). ¿Comentarios negativos de otras personas? ¿Algún aspecto de su personalidad? ¿Dificultades para reforzarse a sí mismo? ¿Alguna anomalía física?
¿O bien algo relacionado con el estilo educativo, la crianza...? Recuerda que no estamos buscando "culpables", sino entender el origen del problema para poder abordarlo de forma más eficaz. Si la causa o causas del mismo se pueden especificar, será más fácil buscar soluciones concretas.
Refuerza sus logros y habilidades
El reforzamiento positivo no solo es beneficioso para conseguir potenciar conductas positivas en los niños, sino también para reforzar su autoestima.
Así, reforzar las habilidades y logros (aunque sean pequeños) de tu hijo puede ayudarle a identificarlos más fácilmente y a sentirse satisfecho por ellos.
Y esto contribuirá a mejorar su autoconcepto y su autoestima, dos aspectos que están un poco dañados en el complejo de inferioridad.
Anímalo a participar en actividades familiares
La participación social y las actividades en familia también pueden favorecer la autoestima; además, es una buena opción para conocerse a uno mismo, darse la oportunidad de opinar, de verbalizar lo que uno siente y quiere...
Y estas pequeñas acciones acercarán a tu hijo a ser poco a poco más capaz de ir construyendo su autoconcepto y la visión que tiene de sí mismo, también gracias al contacto social (una oportunidad para ser reforzados también por el entorno, en este caso la familia).
Acompáñalo a desarrollar la asertividad
La asertividad es la capacidad para decir las cosas que pensamos sin ofender, de forma respetuosa y clara y siendo fieles a nosotros mismos; también, la habilidad que nos permite poner límites.
Se trata de una muy buena herramienta a la hora de potenciar la autoestima; ¿por qué? Porque a través de los límites, los niños aprenden a identificar qué necesitan, cómo conseguirlo y qué cosas les molestan o les hacen daño (y conectar con todo eso ya es autoestima).
Así, poniendo límites nos protegemos, nos rodeamos de las personas que realmente nos aportan, y alejamos aquellas que nos hacen sentir mal y por lo tanto que pueden minar nuestra autoestima.
Anímalo a no culparse por los fallos, sino a aceptarse
Los niños con complejo de inferioridad tienden a "machacarse" mucho por lo que hacen mal. Por ello, anímalo a cambiar su funcionamiento, modificando este machaque y sentimiento de culpa por un sentimiento de responsabilidad y de aceptación.
Esta responsabilidad seguramente le llevará a analizar qué le ha llevado a equivocarse. Por otro lado, es importante que pueda reparar aquello que no le ha salido bien, y que no se quede en esas críticas negativas que a veces surgen hacia uno mismo y que tanto dañan.
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