Un nuevo test ensayado por profesionales del Institute of Child Health permite saber el sexo del bebé a través de un análisis de sangre cuando el feto tiene apenas siete semanas.
Con una muestra de sangre materna se obtiene el ADN fetal lo que hace al test no invasivo a diferencia de otras pruebas. El test está pensado para descartar algunas enfermedades genéticas en el feto como el mal de Duchene o el cromosoma X en embarazadas de alto riesgo.
Aunque por ahora tendrá un uso terapéutico, muchos padres querrán utilizarlo para saber el sexo del bebé y –eventualmente- decidir o no la continuación del embarazo. Esto puede ocurrir con mucha frecuencia en países como China, donde los varones son mucho más buscados que las mujeres y hay una importante tasa de abortos de fetos femeninos.
Vía | adnmundo.com