Cuando toca hacer la compra para llenar la despensa, seguro que lo que menos nos apetece es hacerla con los niños. Y es que, por lo general, los niños se aburren en el supermercado, se cansan enseguida y si son pequeños pueden incluso ponerse nerviosos y estallar en una rabieta cuando menos lo esperamos.
Pero es posible enfocar esta tarea de forma positiva y productiva, aprovechando los grandes beneficios que tiene hacer la compra con los niños.
Fomentamos su sentido de pertenencia
Los niños necesitan sentirse útiles y aportar a la familia. En este sentido, no hay nada que les haga más felices que saber que son tenidos en cuenta y que su ayuda es importante para nosotros. Este sentimiento no solo mejorará su comportamiento en el supermercado (ya no se aburrirán porque tendrán una tarea que cumplir, y que además saben que es necesaria para la familia), sino que les ayudará a fortalecer su autoestima, confianza y conexión, al tiempo que ganan autonomía.
Así pues, da la vuelta a la situación y en lugar de ver un engorro el hecho de que hacer la compra con tus hijos, conviérteles en tus ayudantes y asígnales tareas específicas que les motiven y les hagan sentirse útiles (empujar el carro, pesar la fruta y la verdura, elegir el tipo de pescado que vais a cenar...)
Aprenden y practican matemáticas
La mejor forma de aprender matemáticas es 'manipulándolas', practicándolas y adaptándolas a la vida diaria, y el supermercado se convierte en el escenario perfecto para ello.
Pesar las verduras y las frutas, hacer el cálculo mental de lo que llevamos gastado, clasificar objetos, medir, entender cuánto es una docena o media docena, pagar y supervisar el cambio, aprovechar las ofertas más óptimas... En definitiva, el aprendizaje matemático que nos ofrece el supermercado es incalculable.
Aprenden y practican lectoescritura
Cualquier ocasión es buena para que los niños practiquen la lectura, y en el supermercado también pueden hacerlo leyendo carteles, folletos o etiquetas de alimentos. Si además, queremos que practiquen también la escritura, un buen método es pedirles que elaboren ellos la lista de la compra antes de salir de casa, y pedirles que después supervisen lo que han escrito y vayan tachando los alimentos según los metamos en el carro.
Poniendo a prueba sus cinco sentidos
En el supermercado se ponen a prueba los cinco sentidos, y en el caso de los niños puede llegar a ser una experiencia muy rica a nivel sensorial. El olor a fruta y verdura fresca, a carne recién cortada o a pescado y marisco crudo, se combina con una explosión de colores y texturas de todo tipo que despertarán el interés y la curiosidad de los más pequeños.
Conocen los alimentos y su origen
Es fundamental tener 'cultura' de los alimentos, saber de dónde provienen, cuáles son sus formas, colores y texturas originales, qué nutrientes nos aportan, cómo se cosechan, cuáles son los productos de temporada o nuestras carnes y pescados más típicos.
Además, los expertos insisten en que cuando los niños conocen el origen de los alimentos y saben las características de lo que están consumiendo, tienden a aceptarlos mejor, sobre todo si además se involucran en su cocinado.
Inculcamos alimentación saludable
Pero el supermercado también puede ser un terreno peligroso si nos dejamos influenciar por los envases atractivos que tienen muchos de los alimentos menos saludables y especialmente dirigidos al público infantil. En este sentido, es importante recordar que los adultos debemos ser quienes tengamos el control de lo que entra y no entra en el carro de la compra, aprovechando la ocasión para hablar con los niños sobre los alimentos poco saludables y las repercusiones que tiene su consumo en nuestra salud.
El primer paso para iniciarse en la cocina
Si queremos que los niños se inicien en la cocina, el primer paso es llevarles con nosotros a comprar y hacerles partícipes de la elección de los ingredientes que vamos a necesitar para elaborar nuestras recetas. Además, podemos aprovechar el momento para pedirles que sean ellos quienes elijan las verduras que quieren que tenga la crema que vamos a preparar, el tipo de carne que vamos a asar o los frutos secos que vamos a incorporar a nuestro bizcocho casero.
Les prepara para la vida práctica
Hemos de enseñar a nuestros hijos desde pequeños a colaborar en las tareas del hogar, y sin duda hacer la compra es una de ellas. Esta tarea lleva además aparejadas otras labores importantes, como supervisar la despensa para ver qué hace falta antes de ir al supermercado, sacar la compra de las bolsas cuando lleguemos a casa, y clasificar y colocar los alimentos en los armarios o refrigerador.
Como hemos comentado en otras ocasiones, participar en las tareas domésticas no solo fomenta la autonomía de los niños, sino que les enseña el valor del esfuerzo y les prepara para la vida práctica.
Pasamos tiempo en familia
Si enfocamos el momento de ir al supermercado como una oportunidad de aprender y fomentar la autonomía de los niños, conseguiremos que esta actividad, -tan ingrata y aburrida para la mayoría,- se convierta en un pasatiempo con muchos beneficios para disfrutar en familia.
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