Cada vez que empieza el colegio, una de las circulares típicas que siempre solemos recibir los padres es la de alerta por pediculosis en la clase de nuestro hijo. Aunque quizá este año no lo suframos con tanta frecuencia como otros cursos pasados (el distanciamiento social y la recomendación de no compartir objetos para prevenir la COVID no se lo pondrán nada fácil a los piojos), es importante saber cómo actuar por si en algún momento descubriéramos visitantes indeseados en las cabecitas de nuestros peques.
Ante todo, calma. Sabemos que este 'descubrimiento' es realmente desagradable y si sois aprensivos os picará el cuerpo entero. Pero debemos asegurarnos de que erradicamos estos parásitos definitivamente para que no vuelvan a hacer acto de presencia. Te contamos cómo hacerlo, paso por paso.
Utiliza la lendrera dos veces por semana
La lendrera es un peinecillo metálico de púas largas y muy estrechas que permiten atrapar al piojo y sus huevos (liendres) de forma fácil. Es realmente tedioso pasar la lendrera con frecuencia (especialmente si el niño tiene el pelo largo y/o muy rizado), pero es muy importante si queremos detectar de forma precoz la presencia de visitantes.
Si no hacemos este ritual de forma periódica y nuestro hijo tuviera piojos, lo acabaríamos descubriendo de manera accidental o cuando le viéramos rascarse sin remedio; y quizá para entonces tenga la cabeza infestada y nos lleve mucho más tiempo quitarlos todos.
A la hora de pasar la lendrera es recomendable hacerlo después del baño diario, con el cabello húmedo. Esto es así porque los piojos son muy rápidos en el cabello seco, pero más lentos cuando está mojado, por lo que en caso de haber alguno te resultará más fácil atraparlo de esta forma.
Para agilizar la tarea de pasar la lendrera de forma eficaz, te recomendamos estos sencillos consejos:
- Empapa el cabello con el suavizante habitual que utilice tu peque, de este modo el peine deslizará con mayor facilidad y no le dará tirones.
- Separa el cabello en cuatro secciones diferentes y ve deslizando la lendrera mechón a mechón, desde el cuero cabelludo hasta las puntas.
- Si te ayudas de un flexo de luz que incida directamente sobre la cabeza del niño será mucho más fácil localizar algo, si es que lo hubiera.
- No olvides incidir especialmente detrás de las orejas y en la zona de la nuca, ya que son los lugares preferidos de los piojos para anidar.
- Repite esta operación dos veces por semana como medida preventiva.
- Si en algún momento descubres piojos o liendres en su cabecita... ¡sigue leyendo!
¿Cómo son los piojos y las liendres?
Como es importante saber qué estamos buscando exactamente, os contaremos que los huevos de los piojos (liendres) pueden tener dos tonalidades: amarillenta-marrón, que significa que el piojo aún sigue dentro (es decir, que no ha salido del huevo) o blancas, que son los huevos vacíos porque ya han eclosionado.
Las liendres son muy pequeñas y ovaladas, y a simple vista podría costarnos diferenciarla de la caspa. Pero la la caspa no se adhiere al cabello como lo hacen las liendres (si soplas se va, mientras que la liendre hay que agarrarla con los dedos y tirar de ella hacia abajo para que se desprenda del pelo), además de que la caspa suele presentarse en el cuero cabelludo, mientras que la liendre puede ubicarse en cualquier parte del pelo.
Los piojos no tienen alas, por lo que no saltan ni vuelan y solo pasan de una cabeza a otra a través de contacto directo
En cuanto a los piojos, aunque son muy pequeños seguro que no te cuesta identificarlos en cuanto lo veas. Miden alrededor de dos o tres centímetros (similares a una semilla de sésamo), tienen seis patas y su color es marrón grisáceo.
Se alimentan de sangre y para ello inyectan una toxina que provoca picazón en la cabeza (aunque a algunos niños no les causa molestias).
He visto piojos o/y liendres, ¿y ahora qué hago?
Si en tu repaso semanal con la lendrera descubres piojos o liendres en la cabecita de tu hijo, esto es lo que debes hacer:
1) En primer lugar se recomienda no llevar al niño al colegio si tiene piojos hasta haberle desparasitado por completo, pues los piojos se contagian con suma facilidad. La presencia de liendres no es motivo para quedarse en casa ya que no hay evidencia de que esto evite la propagación.
2) Acudiremos a la farmacia para comprar un tratamiento antipiojos para niños, que suelen incluir en el mismo pack la loción y el champú. Seguro que el farmacéutico te recomienda el más efectivo, teniendo en cuenta también el tipo de piel y edad de tu hijo.
3) Aplicaremos la loción sobre el cabello seco y preferiblemente sin lavado previo, ya que los champús convencionales y el acondicionar podrían actuar como una barrera que impida la acción total del producto. Dejaremos actuar durante el tiempo recomendado (de 15 a 30 minutos) manteniendo la cabeza tapada con un gorro de plástico.
4) A continuación, lavaremos la cabeza con el champú pediculicida (antipiojos) dejándolo actuar durante unos minutos. Aclararemos con abundante agua y no secaremos con secador.
5) Una vez lavado el cabello, dividiremos la cabeza en sectores y mechón a mechón iremos pasando la lendrera como indicábamos al inicio. Es importante hacerlo con el cabello mojado y muy lentamente, de la raíz a las puntas. Después de cada pasada examinaremos el peine para ver si hemos arrastrado piojos o liendres, y siempre mojaremos la lendrera bajo el chorro de agua para eliminar posibles restos antes de volver a peinar.
6) Una vez hayamos repasado todo el cabello, dejaremos que este termine de secar al aire, y revisaremos con la lendrera todos los días durante al menos 10 días. Esto debe ser así porque las liendres tardan aproximadamente siete días en eclosionar y unos diez en convertirse en piojos adultos y poner huevos si son hembras. Por lo que si tras el tratamiento inicial se nos ha escapado alguna liendre, con un seguimiento riguroso durante los días posteriores no daremos pie a que esta llegue a eclosionar o convertirse en piojo adulto.
7) No obstante, hay tratamientos que están indicados repetirse en el plazo de una semana, con el fin de eliminar los piojos que hayan salido de las liendres que no murieron la primera vez.
8) Es recomendable revisar las cabezas de todos los miembros de la familia que conviven en casa con el niño, y realizar el mismo procedimiento en caso de detectar piojos o liendres. En caso de que una mujer se encuentre en periodo de lactancia, es necesario consultar qué producto es el más indicado para ella.
¡Pero aquí no acaba todo!
¡Por fin has conseguido eliminar los piojos y liendres de la cabeza de tu hijo, pero aquí no acaba la tarea! De hecho, son muchos los padres que olvidan el siguiente paso, que es tanto o más importante que todo lo que acabamos de hacer.
Los piojos viven como máximo 48 horas fuera de la cabeza de su huésped, por lo que podrían quedar depositados en superficies en las que el niño apoye la cabeza con frecuencia como sofás y sillones, sillas de coche, cojines, alfombras, ropa de cama, toallas, peluches... También por supuesto en la ropa y accesorios de uso frecuente como gorros, peines o diademas.
Es por ello, que tras finalizar el tratamiento se aconseja lavar las toallas, ropa del niño, sábanas y fundas de la silla del coche o cojines en agua caliente (a 60º C), pasar la aspiradora a conciencia a las alfombras y sofás, y sumergir los peines y accesorios del pelo en la loción parasitaria durante 10 minutos. En cuanto a otros objetos como peluches, por ejemplo, podemos meterlos en una bolsa de plástico cerrada durante unos días, y si hay piojos acabarán muriendo por inanición y/ falta de oxígeno.
Si te estás preguntando si existe alguna forma eficaz de prevenir el contagio, los expertos aseguran que el uso de repelentes los está haciendo más fuertes, por lo que no solo no estarían indicados sino que sería contraproducente. En cuanto a otros productos como el conocido aceite de árbol de té, no hay evidencia científica de que funcione. También es importante indicar que tener piojos no es sinónimo de tener una mala higiene o un cabello sucio.
Además de pasar la lendrera con frecuencia, la mejor prevención es educar a nuestros hijos en la importancia de no compartir o intercambiar objetos personales o prendas de ropa y accesorios, aunque como decíamos al inicio, este año las medidas anti-COVID se lo van a poner muy difícil a los piojos.
Fotos | iStock
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