Con la introducción de la alimentación complementaria después de los seis meses, cuando el bebé ya se mantiene sentado con más facilidad, muchos padres optan por poner a sus bebés en la trona o silla alta para comer. Un pasito más en su crecimiento y un hito al compartir mesa con los papás. Pero no hemos de descuidar la seguridad, ya que no son infrecuentes los accidentes en esta situación, por ello os ofrecemos siete consejos para que el niño esté seguro en la trona.
Los principales accidentes en la trona son las caídas de los niños, una caída que puede resultar aparatosa ya que se trata de una silla alta junto a la mesa para que los padres lleguen sin inclinarse a darle la comida o en cualquier caso, aunque el niño empiece a aprender a comer solo, estén a la misma altura.
En los últimos años se ha detectado un incremento de los accidentes relacionados con la trona en niños menores de tres años: caídas que provocan contusiones o cortes en manos, cabeza o tronco del niño. Estas caídas se producen principalmente porque el pequeño se pone de pie sobre la trona o se balancea y cae al suelo.
Siete consejos básicos para evitar accidentes relacionados con la trona
Utiliza siempre las correas de seguridad que toda trona debería incorporar. De este modo el niño se mantiene bien sujeto a la silla. Las tronas de mayor calidad disponen de entre tres y cinco puntos de sujeción. La mesa no es un buen elemento de seguridad, por muy pegada que esté la trona a ella.
Utiliza la trona nada más para el momento de las comidas. Si creamos una rutina para comer, entenderá que no se utiliza para ver la televisión o jugar y nunca solo.
No dejes que el niño se ponga de pie, se balancee, salte en la trona ni que suba ni baje él solo. No es un buen lugar para jugar.
No dejes a tu hijo desatendido en la trona, siempre ha de estar bajo nuestra vigilancia, ya que en un descuido es cuando más accidentes se producen.
Es recomendable que alrededor de la silla no haya objetos o superficies sobre los que el niño pueda empujar con las piernas, con el riesgo de desplazar la trona e incluso caer hacia a atrás. Intenta que no coincida con las patas de la mesa (solo si es una mesa muy pesada se evita este riesgo).
Antes de comprar una silla alta, asegúrate de que sigue la normativa vigente e incluye las directrices de seguridad y las instrucciones de montaje en su caso. También después hay que estar atento a las alertas, por si tuviera algún defecto que provocara su retirada del mercado. Revisa el estado de la trona si es antigua.
Hay que comprobar que la correa de la entrepierna está bien asegurada para que el niño se siente cómodamente, que no quede suelto en la silla. Atención a la hora de engancharlo, pues en un descuido podríamos pellizcar al niño.
Cuando el niño crezca y pase de la trona a la silla normal, también habremos de estar atentos, ya que los accidentes infantiles se siguen produciendo desde estos muebles. Vigílalo y no dejes que juegue con las sillas o que las utilicen para alcanzar objetos que están fuera de su alcance. Poco a poco entenderán el peligro que entrañan, pero mientras tanto, es nuestra responsabilidad procurar que no se lastimen.
Foto | iStock
Vía | Cleveland Clinic
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